Ezequiel 45:16 – 46:18 (Ashkenazi); Ezequiel 45:18 – 46:14 (sefardí)
Esta sección del profeta Ezequiel fue seleccionada por los sabios de Israel para ser la Haftará de este día de Rosh Jodesh Aviv. Este es un día muy especial, por varias razones, entre ellas por ser el primer día del primer mes según el mandamiento que el Eterno dio a los hijos de Israel.
El primero de los meses del año
El mes de Aviv, al cual posteriormente se le conoce como Nisán, tiene tres nombres, a saber:
- HaJodesh HaRishón (el primer mes)
- Rosh Jodashim (Principal de los meses)
- Jodesh HaAviv (el mes de la primavera)
En el uso contemporáneo, el término Aviv significa “Primavera”; sin embargo, literalmente, denota una etapa en la maduración del trigo. Por lo tanto, Jodesh HaAviv también puede ser traducido como “el mes del trigo inmaduro”.
Los Sabios posteriores interpretaron la palabra Aviv como un acrónimo: Aviv puede dividirse en “Av”, que significa “padre”y las dos últimas letras (Yud) y (Bet), que poseen un valor numérico de 12, corresponden a los 12 meses. Es decir: Aviv es “la cabeza o padre de los doce meses del año”.
Aviv es el primero de los meses del calendario que la Torá establece para Israel, este fue el mes en el cual todas las huestes de los hijos de Israel salieron de Egipto (Shemot 13:4). El nombre Nisán es de origen babilónico, y fue el que los judíos continuaron utilizando a su regreso del exilio de 70 años. La evidencia escritural que tenemos tocante al uso de su nombre, está en el libro de Ester, en donde leemos: “En el mes primero, que es el mes de Nisán.”(3:7).
El mes de Aviv es el mes de los comienzos, esto lo podemos deducir por tres razones (pueden existir otras) principales:
- Comienzo del calendario festivo: Este es el mes en donde comienza el calendario festivo descrito en el libro de Vayikra (Levítico) 23, comenzando con Pesaj y las demás fiestas de primavera, hasta finalizar con las fiestas de otoño: Yom Teruá, Yom Kippur, Sukot y Shemini Atseret.
- Comienzo de la historia del pueblo de Israel como nación libre: En este mes el Eterno envió sus últimas plagas contra Egipto y luego el faraón permitió salir a los hijos de Israel de la casa de esclavos. (Shemot 12:2; 13:4-5)
- Comienzo de la adoración en el Tabernáculo: Fue precisamente en el primer día del mes de Aviv cuando se erigió el tabernáculo en el desierto. Como lo registra la Torá: “En el primer mes del año segundo, el día primero del mes, fue erigido el Tabernáculo.”(Shemot 40:17).
Los sabios comentan este hecho: “El período de Inauguración del Mishkan (Tabernáculo) duró siete días, y la shejiná (presencia divina) se radicó en el octavo, que coincidió con el primero de Nisán, 2.449. Moshé mandó llamar a Aharón (Aarón) para informarle que por primera vez su función sería la de kohén gadol (gran sacerdote) en el Mishkan.”(Shemot, El Midrash Dice, paréntesis añadidos por el autor)
El nuevo nacimiento
La Torá y el profeta Ezequiel
“R. Judá transmite una tradición de su maestro Rav. En cuanto a la forma en que Ezequiel estaba calificado y recibido por los rabinos como un verdadero libro sagrado. La tradición es que Hananías ben Ezequías hizo un estudio de Ezequiel para reconciliarlo con la Torá. Para ello, lo primero que reunió fue a trescientos barcos de aceite para sus lámparas y entró en una cámara superior.”(Shabat 13b).
Precisamente la razón por la cual los sabios de Israel iban a excluir el libro del profeta Ezequiel del canon del TaNaK, fue por aparentes contradicciones entre el profeta y la Torá; sin embargo, al final se demostró que no existía ninguna contradicción entre ambos libros y finalmente el libro de Ezequiel fue reconocido como uno de los libros inspirados que hoy conforman la biblia.
Sin ánimos de entrar en un estudio profundo del asunto en cuestión, analizaremos una de las aparentes contradicciones que encontramos entre el profeta Ezequiel y la Torá.
¿El Eterno visita la maldad de los padres sobre los hijos o el hombre morirá únicamente por su pecado?
La Torá declara que El Eterno visitaría la maldad de los padres en los hijos. Esto quiere decir, al verlo de una manera simple, que el Eterno enviaría su castigo tanto al padre como al hijo por el pecado del padre. Aunque no está dicho de una manera clara, se podría creer que la torá está diciendo eso de una manera implícita.
Por otro lado, Ezequiel dice de una manera explícita y clara, que el hombre morirá por su pecado, tal como está escrito: “El alma que peque, ésa morirá. El hijo no cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él y la maldad del impío será sobre él.”(18:20 LBLA)
Como vemos, los textos en cuestión demuestran una aparente contradicción, al verlos más detenidamente vemos que no es así. Si leemos los textos de una manera superficial, podríamos llegar a la conclusión que en efecto la Torá menciona que por los pecados del padre los hijos también cargarán con esa culpa, mientras que Ezequiel es muy claro en decir que el hijo no morirá por el pecado del padre, sino que cada individuo es responsable de sus actos. ¿Qué podemos decir ante esta divergencia?
- En primer lugar esta “contradicción”surge por un dicho que se había popularizado dentro del pueblo, tal como lo menciona Jeremías: “En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera.”(31:29, Ver también Ezequiel 18:2). Este pensamiento se había impregnado tanto en la cultura que dio como resultado que se llegara a pensar que, una persona podía llegar a heredar la culpa de sus congénitos, tanto así, que los discípulos preguntaron al maestro: ¿Quién pecó este o sus padres? (Juan 9.2).
- En segundo lugar, podemos señalar de una manera confiada que no existe ninguna contradicción entre la Torá y Ezequiel, ni que el pensamiento de Ezequiel es sin precedentes en la Torá. Dentro de la misma Torá se aclara el punto: “Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.”(Devarim 24:16 LBLA). Ezequiel no discrepa con la Torá, Ezequiel está diciendo a los hijos de Israel lo mismo que Moshé les había dicho hace varios siglos atrás, él solamente les estaba explicando y ampliando el punto de la responsabilidad individual. El pueblo se había desviado de la letra de la Torá y se habían dejado guiar por un refrán, buscando una justificación a su castigo en el exilio.
- En tercer lugar, los sabios explican y concluyen diciendo que cada individuo morirá por su pecado, tal como lo dejaron escrito en el talmud: “La visita de la culpabilidad de los padres sobre los hijos es en aquellos que continúan las obras de sus padres”. (Sanedrín 27b).
Podemos concluir que en este punto, no existe ninguna contradicción entre la Torá y el profeta Ezequiel, la Torá es clara en decir que el Eterno visitara la maldad de los padres sobre los hijos pero de los que lo aborrecen, esto es, de los que no se vuelven del mal camino emprendido antes por sus padres (Shemot 20:5).
El servicio descrito por la Torá y Ezequiel en este día de Rosh Jodesh Aviv.
Este texto fue muy controversial mientras los rabinos estudiaban el libro del profeta:
- En primer lugar, cuando se erigió el Tabernáculo, nunca se “ungió”con sangre, sino que, cuando Moshé inauguró el tabernáculo en el primero de Aviv del año segundo después de la salida de los hijos de Israel de Egipto, se ungió con el “aceite de la unción”(Shemot 40:9). ¿Por qué el cambio en Ezequiel?
- En segundo lugar, la torá nunca menciona que en los inicios de mes se haga un sacrificio de “Jatat”(ofrenda de purificación u ofrenda por el pecado) con un novillo o becerro; sino que cada inicio de mes se debería tomar un macho cabrío, como ofrenda de “Jatat”(Bamidbar 28:15).
- Por último, después del cautiverio Babilónico, cuando inauguraron el templo de Zorobabel, no ocurrió lo dicho por el profeta Ezequiel, sino que según el libro de Esdras: “ofrecieron en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de Israel.”(6:17) ¿Está Ezequiel hablando de otro suceso? ¿por qué la diferencia?
¿Cómo explicaron los rabinos todas estas diferencias entre la consagración del tabernáculo y el templo y lo dicho por Ezequiel? En primer lugar no hay ninguna contradicción debido a que la Torá legisla únicamente sobre el tabernáculo, el libro de Ezequiel habla del templo, con medidas obviamente diferentes. ¿Por qué entonces dice algo que no aconteció en los días de Esdras? La respuesta es que esto sucede precisamente porque Ezequiel está hablando de algo que aun no ha acontecido, sino que pasará en la era Mesiánica, en un templo mucho más glorioso con medidas mucho más imponentes y por lo tanto, con particularidades en su dedicación.
Por ejemplo, Rambam nos dice lo siguiente: “Las medidas de las libaciones, en el libro de Ezequiel y el recuento de los sacrificios y el orden de adoración escritos existen todos los suplementos y no deben practicarse siempre, el profeta ordenó y explico cómo iban a hacer los sacrificios suplementarios para la dedicación del altar en el momento del Mesías Rey, cuando el Tercer Templo será construido”. (Maimónides, Leyes de Sacrificios 2:14)
En conclusión, en ningún momento existe una contradicción entre el profeta Ezequiel y la Torá. La Torá describe todo el ceremonial que se realizó en el momento de la inauguración del Tabernáculo en el desierto. Esto no quiere decir que así como hizo Moshé, así tendría que hacerse en el caso de un templo. Cuando salomón dedicó el templo no siguió el ritual descrito en la Torá, y de igual manera cuando se dedicó el templo de Zorobabel no se siguió ni lo hecho por Moshé, ni lo hecho por Salomón. Entonces lo que está describiendo el profeta, es algo más grandioso, esto es la dedicación y/o la purificación del tercer templo, el que estará en pie en la era mesiánica.
Dicho esto, finalizamos diciendo que no existe ninguna contradicción, sino más bien es la descripción de lo que ocurrirá en el templo que este en pie o el templo que construirá el rey Mesías y su dedicación y todo el servicio de este, esta descrito de una manera precisa por el profeta Ezequiel.
Bajo las alas de Dios de Israel
Francisco Hidalgo