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Bereshit (Génesis) 41:1 – 44:17

Haftara: Zacarías 2:14 – 4:7

Resumen de la parasha:Al cabo de dos años El Faraón tiene dos sueños que lo turban grandemente, el primero es de siete vacas gordas que son devoradas por siete vacas enjutas de carne. El segundo es de siete espigas muy hermosas que son devoradas por siete espigas muy feas y marchitas. Nadie puede interpretar el sueño de Faraón, cuando esto sucede el copero se recuerda de Yosef y habla al faraón sobre él. Faraón hace salir a Yosef quien interpreta el sueño: Siete años de abundancia vendrán sobre Egipto y serán seguidos de siete años de hambre terrible. El faraón pone a Yosef sobre todo Egipto por su gran sabiduría y su conocimiento de los misterios de Hashem. Los hermanos de Yosef llegan a comprar comida, Yosef les habla ásperamente y los acusa de ser espías metiéndolos en prisión por tres días. Luego Yosef los libera con la condición que traigan al hermano menor que estaba ausente. Los hijos de Jacob vuelven a Canaán pero Yaakov rehúsa darles a Benjamín al inicio. Después de acabarse la comida, Jacob accede a enviar a Benjamín, los hermanos llevan a Benjamín a Yosef quien organiza un banquete para ellos en donde come y bebe delante con ellos. José pone su copa en el saco de Benjamín para probar a sus hermanos y saber que harán al ver que el otro hijo de Raquel es tomado ¿Lo dejarán a su suerte en Egipto como hicieron con él?


“La exaltación de Yosef”.

Esta parasha es preciosa y nos habla a los empecinados optimistas, esas necias personas que piensan que no importa lo obscuro de la noche, siempre habrá un nuevo y brillante amanecer. En la historia de Yosef la humillación y el sufrimiento inmerecido no podrían ser peores. Sufriendo por simplemente hacer la voluntad de su padre y por informar las maldades de sus hermanos, arrojado a un pozo por sus hermanos, vendido por precio semejante a un esclavo, puesto en casa de Potifar, por retener su santidad fue encarcelado. Estando en la cárcel, interpretó un sueño y al copero se le olvido hablarle a Faraón sobre su caso. Si no supiéramos la historia y su final, y si estuviéramos en el tiempo de Yosef viendo como su vida va de calamidad en calamidad, quizás pensaríamos que le está pasando por ser tan malvado, por ser un impío y que el cielo le está dando su merecido.

O quizás pensáramos que simplemente la fatalidad de la vida se fijo en Yosef, un destino impersonal y ciego lo destino para estar sufriendo sin ninguna razón. Podríamos decir quizás como el necio: “No hay Dios” (Salmo 14:1).

Esta parasha nos habla de cómo el sufrimiento inmerecido de Yosef empieza a finalizar con su ascenso al trono de Egipto, aquel hombre que fue por decirlo así “humillado a la sumo” fue exaltado para fungir como Virrey de Egipto, solamente el faraón estaría sobre él, tal como está escrito:

“Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú” (Bereshit [Génesis] 41:40).

Leyendo la parasha todos sabemos la historia: El faraón tuvo dos sueños que lo turban, uno de siete vacas gordas que salían pero después eran devoradas por siete vacas enjutas de carne. El otro de siete espigas buenas que brotaban pero después eran devoradas por siete espigas marchitas que salían después de ellas. Yosef interpretó los sueños como refiriéndose a un solo acontecimiento: siete años de bonanza que vendrían sobre la tierra seguidos de siete años de hambre.

El faraón quedó atónito sobre la revelación que Yosef tenía y por lo tanto mudo sus vestidos para poner lino finísimo y un anillo sobre su cuello (Génesis 41:42), hizo que la rodilla se doblará ante él (41:43) y lo puso sobre todo Egipto y su casa (41:41) a excepción de él, quien sería el único sobre Yosef (41:40)

Yosef pasó de ser el siervo (esclavo) a ser el virrey de Egipto vestido de lino fino con toda autoridad recibida de Faraón. A pesar de todo el sufrimiento, El Eterno tenía el plan para su vida: la exaltación después de la humillación, ¡Bendito sea su nombre! ¡Bendito es aquel que hace que todas las cosas nos ayuden a bien!

Algo muy similar paso con nuestro Mesías quien se humilló hasta lo sumo siendo un siervo sufriente por todos nosotros, si nosotros hubiésemos estado en sus días probablemente lo hubiéramos considerado como alguien castigado por Dios, tal como está escrito:

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” (Yeshayahu [Isaías] 53:4).

El profeta Isaías viendo proféticamente los sufrimientos del Mesías, lo describe con las palabras “nosotros le tuvimos por herido por Dios y abatido”. La gente común al ver su muerte, lo consideraría como un castigo de Dios dado a él por alguna maldad; sin embargo algo muy distinto estaba sucediendo como en la vida de Yosef: El Eterno estaba permitiendo su sufrimiento para después salvar a muchos.

Es decir, la humillación del Mesías fue tanta que se despojó de todos sus derechos como hijo del Eterno, como el segundo Adam, como aquel que no tenía que morir porque nunca pecó, y se hizo siervo al morir en la cruz por todos nosotros, tal como está escrito:

“se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:8).

Sin embargo, su humillación tuvo un fin, tal como Yosef que fue levantado por Faraón de su humillación para ser exaltado hasta lo sumo. La exaltación del Mesías empezó con su resurrección, cuando el Eterno lo levantó con un cuerpo glorificado (correspondiente al lino fino de los vestidos de Yosef), tal como está escrito:

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,” (Filipenses 2:9).

El profeta Isaías después de decir que el Mesías moriría por expiación por el pecado, dice:

“Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.” (Yeshayahu [Isaías] 53:11-12).

Desde ese entonces, Yeshua ha sido puesto como el Rey del mundo, para que toda rodilla se doble delante de él. El Eterno mismo lo puso en esa posición, someterse al hijo del Eterno, a su Ungido quien ha sido puesto por él, es reconocer su soberanía y traer gloria a su nombre. Es por eso que se nos dice con respecto a Yeshua:

“Para que en el nombre de Yeshua se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Yeshua El Mesías es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11).

Desde su resurrección, su exaltación ha comenzado, toda rodilla se ha comenzando a doblar delante de él. Millones de millones han venido a él, miles de miles han recibido vida eterna en su nombre, miles de miles lo reconocen hoy como la autoridad de sus vidas. Sin duda alguna, Yeshua ha sido exaltado hasta lo sumo y sigue siendo el Señor de todos nosotros. ¡Cuán gran privilegio es ser parte del cuerpo del Mesías que es su congregación!

Su humillación fue necesaria, no porque él estaba pagando algo malo que haya hecho; sino por causa de nosotros. Tal como Yosef atravesó su sufrimiento para a la postre salvar a la humanidad de hambre, Yeshua fue entregado a sufrimiento por El Eterno para salvar al mundo, tal como se dice:

“Con todo eso, El Señor quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento” (Yeshayahu [Isaías] 53:10).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Todos los días, El eterno es digno de ser loado y exaltado por el gran regalo de salvación que nos dio a través de su hijo. Haber sido declarados hijos de Dios (Juan 1:12) y haber recibido perdón de pecados y vida Eterna es el regalo más grande del cielo (Efesios 1:7).

La exaltación del Mesías será completa cuando la humanidad entera lo honre como la autoridad puesta por El Eterno sobre todo el mundo, cuando todo el mundo lo reconozca como el cordero de Elohim que quita el pecado del mundo, y como el Rey de reyes y Señor de Señores.

Yeshua ha sido puesto como el Señor del mundo y todo ha sido puesto bajo sus pies. Cuando se dice que todo fue puesto bajo sus pies, obviamente se excluye al Eterno mismo, quien puso estas cosas bajo sus pies, tal como está escrito:

“Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” (1 Corintios 15:27-28).

Así como Yosef fue puesto sobre todo Egipto exceptuando al Faraón mismo, Yeshua fue puesto sobre toda la creación, exceptuando al Creador mismo. Yeshua reinará sobre toda la creación, exceptuando a aquel que lo resucitó y le dio toda la autoridad sobre Israel y el mundo. Eso se llevará a cabo en la era Mesiánica, donde Yeshua reinará sobre todo el mundo desde Jerusalén y todos los pueblos subirán para aprender de la palabra del Eterno, tal como se nos dice:

“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de El Señor como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de El Señor, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de El Señor.” (Isaías 2:2-5).

Debemos de estar sumamente alegres al haber recibido vida eterna en Yeshua HaMashiaj, el fue humillado pero también exaltado hasta lo sumo. Yosef es el mejor paralelo en la Torah para describir y ver la gloria del Mesías del Eterno. El vendrá para hacer que tengamos un cuerpo como el suyo, el cuerpo de su gloria y para que nuestra humillación también pase para siempre.

¡Que sea prontamente y en nuestros días!


Yosef= Tzafnat Paneah. Yeshua HaMashiaj = Jesucristo.
Muchas veces he oído malentendidos provenientes de algunas personas en el cristianismo y en algunos círculos que se autodenominan mesiánicos. Dichos malentendidos son algo como: “¿Pero ustedes no creen en el Señor Jesús verdad?” o también “¿Son Yeshua y Jesús la misma persona?” e incluso el disparate de “¡Yeshua y Jesús no son la misma cosa porque el ultimo es un ídolo Grecorromano!”.

Hay algo en esta parasha que puede ayudarnos para comprender esto: El suceso donde Yosef es llamado Tzafnat Paneah.

Yosef era un hebreo, un Israelita y tenía la sangre de Abraham en sus venas, su cosmovisión era totalmente hebrea. Cada vez que tenía oportunidad de hablar, decía algo como: “Es Dios el que dará respuesta propicia” o “Dios ha mostrado a Faraón”. Cuando se refirió a la tierra donde sus padres habitaban, lo hizo diciendo: “fui hurtado de la tierra de los hebreos” (Génesis 40:15). A pesar de que su familia aun moraba en la tierra de Canaán como extranjera y aun la conquista Israelita no se daba, Yosef creía en las promesas dadas a sus padres.

Su nombre era hebreo y el significado de su nombre también hebreo, el mismo que había sido dado por su madre. Sus hermanos eran hebreos y su lengua era el hebreo, incluso su aspecto era el de un hebreo.

¿Qué sucedió con él en Egipto? El Faraón mudo su nombre a un nombre Egipcio y le hizo lucir como egipcio, tal como está escrito:

“Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.” (Génesis 41:14)

“Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea.” (41:45).

De esta manera, sus hermanos no pudieron reconocerle cuando lo vieron después, para ellos ahí estaba Tzafnat Paneah (según algunas fuentes significa “Revelador de misterios” o incluso según otros “Salvador del mundo”), el señor de la tierra, el hombre que les hablaba ásperamente y no podían concebir la idea de que esa persona era su hermano. Su aspecto era gentil, su lenguaje era gentil (Yosef incluso puso un traductor para que no se sospechara de eso), su nombre era gentil; por lo tanto ¿debía ser un “No hebreo” verdad?

Sin embargo lo que ellos desconocían era que ese mismo hombre de apariencia egipcia era ni más ni menos que su hermano, Yosef, al que habían vendido a Egipto. Así que Yosef y Tzafnat Paneah eran una misma persona, pero con aspectos diferentes o visto de maneras distintas.

¿No es esto exactamente lo que ha pasado con Yeshua el Mesías? El mundo entero le conoce como Jesucristo, un nombre que le fue dado por sus seguidores de habla griega al ser la transliteración más cercana al hebreo (Para más información sobre los nombres “Yeshua” y “Jesús” ver el artículo que se encuentra en el link, ahí se habla del uso de “Iesous”) Significa Jesus he aqui el caballo?

Así como Yosef recibió un nombre gentil y un aspecto gentil a tal grado que sus hermanos no lo reconocieron (42:8), Yeshua recibió un nombre griego “Jesucristo” y la cristiandad tradicional lo ha hecho lucir de muchísimas maneras, todas menos como un judío. El mundo entero ha estado promocionando un Jesús que ha venido a abolir la Torah y habla cosas “ásperas” contra el pueblo judío.

Todo esto es parte del plan del Eterno, así como Yosef salvó una gran cantidad de gentiles bajo el nombre de Tzafnat Paneaj dándoles comida y obteniéndolos para el Faraón; de igual manera, Yeshua ha estado salvando muchas almas bajo el nombre “Jesucristo” y adquiriéndolos para la única autoridad sobre él: El Eterno Dios de Israel.

Por ello es totalmente nefasto, cuando ciertos sectores de poca profundidad en la escritura y en la historia, dicen que Jesús es un personaje totalmente distinto al Rabí Yeshua de Nazaret. Ambos son exactamente el mismo personaje histórico. Cuando Tácito, Plinio el Joven, Josefo, Mara Ben Serapio, y otros, hablan sobre “Jesús”, ellos se refieren al rabino que camino las calles de Judea y Galilea. Yeshua y Jesús son dos maneras para referirse a la misma persona, la primera preserva óptimamente su legado judío y nos recuerda que significa su nombre: Salvación, esa salvación que él ha estado dando desde que fue exaltado y resucitado por El Eterno.

El hecho que Yeshua haya tenido un nombre gentil y que haya gentiles que lo vean con una cosmovisión griega, sorprendentemente es parte del plan de Hashem. Ese hombre que aparentemente habla cosas ásperas contra el pueblo judío, en realidad ama a sus hermanos y en los últimos días su identidad judía empieza a ser restaurada. El se está revelando cada vez más a su pueblo, y paulatinamente, muchas cosas son entendidas por sus seguidores no judíos, al considerar sus palabras bajo un contexto judío.

El finalmente se mostrará a sus hermanos cuando todos le digan: “¡Bendito el que viene el nombre del Señor!”


Yosef y Yeshua: cualquier similitud NO es pura coincidencia II
A continuación presentamos más similitudes entre Yosef y Yeshua de Nazaret, los paralelos son increíbles y hablan poderosamente a nosotros para darnos cuenta de las grandezas de la Torah. Yeshua cumple ser el perfecto Mashiaj Ben Yosef pues su vida fue asombrosamente similar a la del patriarca. Hashem ideo ambas historias, levanto a los dos para salvar al mundo y a los hijos de Israel y por tanto trazó su historia de manera muy similar.

  • En Yosef reposaba el espíritu de Elohim para revelar misterios y hablar grandes cosas (Génesis 41:38). En Yeshua también estaba el Espíritu de YHWH tal como está escrito: “Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca” (Lucas 4:17-22).
  • El faraón dijo a Yosef que él tenía conocimiento, sabiduría e inteligencia dadas por el Espíritu del Eterno, tal como está escrito: “Y dijo Faraón: Puesto que Dios te ha hecho saber (del hebreo Da’at “conocimiento”) todo esto, no puede haber entendido (de la raíz hebrea de Binah “inteligencia”) ni sabio (Del hebreo Jojmah, sabiduría) como tú” (Génesis 41:39).
    De igual manera Yeshua, recibió el espíritu del Eterno quien le dio espíritu de sabiduría (Jojmah), inteligencia (Binah) y conocimiento (da’at), tal como está escrito: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu del Señor; espíritu de sabiduría (Jojmah) y de inteligencia (Binah), espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento (Da’at) y de temor del Señor.” (Isaías 11:1-2)
  • El nombre de Yosef fue cambiado por el rey del mundo de ese entonces a un nombre gentil, Tzafnat-Paneaj (Génesis 41:45). A Yeshua también se le cambió su nombre hebreo Yeshua HaMashiaj por el nombre griego, esto es “Jesucristo”.
  • Yosef tenía 30 años cuando empezó su trabajo público (Génesis 41:46). Yeshua también tenía 30 años cuando empezó su ministerio público, tal como está escrito: “Yeshua mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años”(Lucas 3:23)
  • Yosef sació el hambre de todas las naciones (Génesis 41:57). Yeshua también ha alimentado a los gentiles durante 2000 años y lo hará en los últimos siete años de la historia en la semana 70 profetizada en Daniel 9:27.
  • Los hermanos de Yosef lo daban por muerto ya que ellos lo habían vendido a los gentiles (Génesis 42:13). La mayoría de Israelitas piensan que Yeshua murió y nada puede hacer por ellos, ignoran que Yeshua su rey está vivo salvando la vida de los gentiles.
  • Sus hermanos no reconocieron a Yosef cuando lo vieron por primera vez convertido en el Señor de la tierra (Génesis 42:8). De igual manera, los lideres de Israel no reconocieron a Yeshua como Mesías, y gran parte del pueblo judío aun no lo reconoce como su Mesías (Juan 1:11, Romanos 11:25)
  • Yosef vio el fruto de su aflicción después de todo su sufrimiento (Génesis 41:52). Yeshua también después de su humillación y su sufrimiento, vio el fruto de la aflicción de su alma, tal como está escrito: “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”(Isaías 53:11).

Esperemos los días en donde veremos al Mesías Ben Yosef revelarse a sus hermanos, tal como Yosef se reveló a los patriarcas. Será el momento más grande de toda la historia.

¡Bendito sea el nombre del Eterno por revelarnos estas cosas y por hacernos sus hijos por medio de ungido!

Shabbat Shalom!
Yitzjak

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