El mandamiento más grande en la biblia es el shema Israel en donde está escrito: “Y amarás a YHWH de todo tu corazón, de toda tu alma y de todas tus fuerzas” (Devarim 6:5), el amor es algo frecuentemente malinterpretado en círculos sociales y religiosos. Si hacemos una encuesta a diferentes personas la mayoría dirán que aman a Elohim.
El amor a Elohim tiene que abarcar todo nuestro ser, de ahí que la Mishna diga que hay que amarlo por lo bueno y lo malo, aun si nos quita nuestra vida con todos nuestros bienes. A pesar que el shema dice: “con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” la unidad del ser humano se pierde. Podemos distinguirlas pero no podemos separar esas partes.
En la visión hebrea el amor a YHWH está compuesto de un sentimiento profundo hacia él y también de acciones concretas que muestran ese amor. El Rambam dice: “¿Cual es la manera que deberíamos amar a Dios? Deberíamos amar con amor ilimitado y abrumador, hasta que nuestra alma se convierta en algo permanentemente atado a Dios como quien está enfermo de amor y no puede sacarse de la mente a la mujer que ama, sino que siempre piensa en ella-cuando se acuesta o cuando se levanta, come o bebe. Aun mas grande que esto debería ser el amor a Elohim en los corazones de quienes lo aman, pensando el él constantemente, como nos mandó” (Messiah journal 110, Russ Resnick, ffoz, pág. 25).
Efectivamente, el judaísmo considera el amor a Elohim como un profundo amor que nos lleva a pensaren el siempre, no poderlo sacar de nuestra mente y siempre tenerlo presente en todas las circunstancias. Ahora, el amor a Elohim debe tener un aspecto visible, palpable y rastreable. Debido a ello, el judaísmo considera que el amor a Elohim incluye observar sus mandamientos.
Uno de nuestros padres en la fe lo expresó claramente: “Y en esto sabemos que lo hemos conocido: si guardamos su mandamientos. El que dice: Lo he conocido, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso” (1a Yohanan 5:3-4).
Y otra vez: “porque éste es el amor a Elohim para que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1a Yohanan 5:3)
Yeshua dijo: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi padre y permanezco en su amor” (1a Juan 15:10). Para la visión hebrea el hombre interior o espiritual no se divorcia del hombre exterior o corpóreo. No hay dualismo en nuestra santidad, tanto el sentimiento como el accionar son parte del amor, el segundo siendo el resultado visible del primero.
El Rab Pinchas Lapide dice: “Sin embargo para los judíos, amar a Dios sin obras que agraden a Dios, es hipocresía, tontería vacía”. En palabras de Yeshua: “Por sus frutos los conoceréis” (The sermon of the mount: Utopia or program for action, pág. 31 ).
Un verdadero amor se manifiesta en procurar guardar los mandamientos de Elohim, esto no significa obviamente perfección moral, el mismo Juan dirá: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos” (1a Juan 1:8). Lo que implica una constante por tratar de vivir en los estándares de Dios y en una vida de santidad y mejoramiento constante.
Muy a menudo, la cristiandad tradicional, ha visto el amor a Dios como algo opuesto y contrario a la observancia de la torah. Por ejemplo, comentando a las filacterias, el vocabulario teológico del antiguo testamento dice: “La judería posterior tomó estos frontales en una manera ostentosa y fueron reprendidos por Jesus”(Laird Harris, Gleason L Archer, Jr. Y Bruce K.Wahlke,”Teological wordbook of the old testament”, 1:341).
Los autores lastimosamente fallan en entender que Yeshua no criticó la observancia literal ni de tefilim ni de tzitzit sino la actitud de algunos en su época(Mateo 23:5). Russ Resnik, acertadamente indica, que Yeshua también criticó aspectos de la oración, el ayuno y las dádivas a los pobres (Messiah Journal 111, “Shema: Living the great commantment”. Russ Resnik, FFOZ, pág. 72). ¿Piensan los autores que Yeshua también abolió la oración, el ayuno y la tzedaka? ¿No será que el criticó la actitud y no la obra o acción misma?
Esto ha hecho un gran daño al nombre del eterno en el mundo, todo creyente debe amar a Elohim y servirle con obediencia. “Por sus frutos los conoceréis” sigue siendo una palabra viva para nosotros. Aquellos que hemos nacido de nuevo y hemos aceptado la soberanía de Elohim, debemos obedecerlo. Ese es el resultado lógico y esperado de una fe que salva.
La Mishna Berajot 2:2 dice: Dijo Rabí Yehoshua Ben Korha, “Por qué precede el pasaje de la shema al de Y sucederá[si guardáis mis mandamientos]? Para que uno pueda aceptar primero sobre sí mismo el yugo del reino de los cielos y después pueda aceptar el yugo de los mandamientos”.
Así como Moshe sacó a nuestro pueblo de Egipto para servir a YHWH, Yeshua nos salvó para obedecer a YHWH. Sea la voluntad del Elohim altísimo que todos aquellos que dicen haber sido salvados por él, vivan su salvación amándolo y obedeciéndolo.
Con bendición
Yitzjak Bonilla Castellanos