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¿Cuál es el tema principal de los cuatros evangelios? Sin duda alguna todos diremos la resurrección de Yeshua, es ahí a donde las cuatro narraciones nos llevan. Los evangelios contienen cosas importantísimas, pero lo importantísimo entre lo importantísimo es la resurrección de Yeshua, pues si Yeshua no resucito: “vana es nuestra fe”(1a Corintios 15:17).

¿Qué pasaría si nos hiciéramos la misma pregunta con respecto al libro de Hechos? ¿Cuál es el propósito principal? ¿Cuál es el suceso primordial que motivo a Lucas a escribir el libro o por lo menos el que fue el punto neurálgico del mismo? ¿Qué fue lo que le dio forma al libro? ¿Cuál es el suceso que marca el punto de referencia para el orden y el sentido de la narración? ¿Hacia adonde conducen los primeros capítulos? ¿Hay un hecho central, después del cual, todo lo que sigue tiene sentido o se entiende? ¿Hay algo en Hechos que nos ayude entender el desarrollo histórico de la fe en Yeshua?

Atreviéndome a entrar en la mente de Lucas, puedo decir que un suceso es lo más neurálgico: El concilio de Jerusalén y Hechos 15. Seguramente muchos estén pensando en que esto no es lo más importante (¡¡Isaac te olvidaste del derramamiento del espíritu santo!!) pero cuando vemos que todas las narraciones previas (el avance del movimiento de Yeshua, la conversión de Cornelio, la conversión de Pablo, su ministerio en las dos Antioquias) apuntan a Hechos 15 y como todo el resto del libro narra acontecimientos de Pablo, quien era el apóstol de los gentiles, entonces algo nos dice que Hechos 15 es muy importante en la narración de Lucas.

¿Por qué esto era importante? Hechos 15 ayuda a entender de donde surgieron las primeras controversias dentro del movimiento de Yeshua y como fue la resolución, como esta resolución impacto la universalidad del movimiento del Mesías y como esto explica la aplicabilidad de los mandamientos de la Torah. Para Lucas era importante pues era la nota que explicaba como los gentiles eran recibidos en las comunidades judías y como los creyentes judíos lo aprobaron.

Es por ello que Hechos 15 debe de ser muy importante para nosotros, este capítulo de la biblia impacta poderosamente en la manera en como uno entiende el resto de la biblia como pocos. Por ejemplo, muchos sectores en el cristianismo consideran que en ese concilio se discutió una pregunta: ¿Es necesario seguir observando la ley ahora que el Mesías ha venido? Y partir de la respuesta que ellos dan a esta pregunta, gira toda su teología.

De igual manera, algunos sectores dentro del movimiento de “Raíces hebreas” enseñan que lo que apóstoles dictaminaron ese día fue que los gentiles tienen que llevar un camino paulatino de conversión al judaísmo. En otras palabras: Los apóstoles enseñaron que los gentiles tienen que circuncidarse pero “todo se hará a su tiempo, sin forzarlos”. Al tener esta cosmovisión, virtualmente todos sus postulados giran en torno a esta idea

Nuestra idea de Hechos 15 impacta la mayoría de las áreas de nuestra creencia, nuestra creencia sobre la relación entre judíos y gentiles en el cuerpo del Mesías es formada mayoritariamente por este capítulo. Es debido a ello que debemos de acercarnos a este capítulo conociendo su contexto escritural, histórico y teológico para entender lo que paso en el concilio de Jerusalén. ¡Empecemos a estudiar el apasionante capitulo de Hechos 15!


Antecedentes de Hechos 15: Lo que pasó antes de lo que pasó.

¿Te imaginas si llegaras a una discordia bastante grande y no tuvieras los detalles de lo que paso antes? ¿Crees que estarías en condición de juzgar adecuadamente lo que está pasando? O peor aún, supón que SI sabes lo que pasó antes ¿Considerarías justo descartar eso y juzgar sin tener en cuenta los antecedentes? Claro que no, todos sabemos que los antecedentes de una disputa son importantísimos pues permiten tener una visión clara de lo que está en juego, el origen de la discusión, la coherencia de los resultados y las partes involucradas.

Esto es exactamente lo que tenemos que hacer antes de arribar a Hechos 15: conocer que causó el concilio. El ejemplo de la disputa es totalmente correspondiente pues Lucas dice:

“Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.”(Hechos 15:2).

Hechos 15 no era una cita en la agenda de los apóstoles planeada como parte de sus reuniones periódicas. El concilio de Jerusalén surgió de una disputa, de una convulsión teológica, de un desacuerdo fuerte entre Pablo y Bernabé y ciertos judíos creyentes de Judea.

¿Qué generó esa disputa? Lucas nos informa: “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.”(Hechos 15:1)

¿Qué generó esta opinión? ¿A qué hermanos dijeron esto? ¿Por qué esa importancia sobre la circuncisión? ¿Cuál era la creencia de Pablo y Bernabé? ¿Era esto también compartido por los apóstoles? ¿Qué había pasado antes para que generara esta reacción? ¿Era solo la circuncisión el tema? ¿El debate era sobre cómo los gentiles creyentes debían de vivir? ¿O era también de cómo los creyentes judíos debían de vivir? ¿Qué era y que NO era el objeto del debate? Estas preguntas serán contestadas al considerar el contexto de Hechos 15 y con la ayuda del Eterno podremos restaurar su significado.

¿Qué antecedentes debemos de considerar antes de Hechos 15? Escrituralmente debemos de considerar los dos antecedentes que Pedro, Pablo y Bernabé expusieron en el debate: La conversión de Cornelio y el ministerio de Pablo y Bernabé entre los gentiles.


La conversión de Cornelio.

“Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;” (Hechos 15:7-8)

¿A quién se refería Pedro? Claramente se refería a la conversión de Cornelio y su casa acontecida en Hechos 10. ¿Cómo sabemos que se refiere a Cornelio? Por las siguientes razones:

  1. Kefa menciona que los gentiles oyeron la palabra de la buena nueva de arrepentimiento y perdón de pecados en Yeshua “por primera vez” por medio de él. Esto no puede ser una referencia a los samaritanos que recibieron la palabra, ellos oyeron por primera vez la palabra de la buena nueva por Felipe, no por Pedro (Hechos 8:5-13). De hecho, no se menciona a Pedro predicando sino únicamente orando e imponiendo las manos (Hechos 8:14-17). La referencia a la “primera vez” que los gentiles oyeron la palabra por medio de Kefa es inequívocamente el suceso de Cornelio.
  2. Pedro indica que esto era conocido por los creyentes de Judea al decir: “vosotros sabéis, “. Esto es referencia a la conmoción que surgió entre los creyentes de Judea al saber que Pedro había entrado en la casa de Cornelio (Hechos 11:1-3).
  3. Kefa menciona que Elohim (Dios) les dio el espíritu santo lo mismo que “a nosotros”, una clara referencia al suceso de Cornelio pues se nos dice: “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.” (Hechos 10:44-46). Es el incidente de Cornelio donde la ruaj Hakodesh (Espíritu santo) se manifestó haciendo que hablaron en otros idiomas tal como había pasado al inicio con los apóstoles en Pentecostés (Shavuot) en Hechos 2.

¿Por qué es tan importante el incidente de Cornelio? Debido a que marcó un precedente importante en el cuerpo del Mesías: Hashem también ha dado salvación a los no judíos“Temerosos de Dios”, esto es a los de las naciones que temen a Elohim.

Cuando se da el debate, Pedro recuerda que no es nuevo el concepto de Elohim dando vida eterna, salvación o perdón de pecados a no judíos: Cornelio era la prueba viviente de ello. Cornelio no era un caso aislado, no era una excepción antojadiza del Eterno, no era la anomalía a ser evitada, era el precedente mediante el cual se podía saber que El Eterno aceptaba a los gentiles por su fe y purificación en Yeshua HaMashiaj.


El ministerio de Pablo y Bernabé y el origen del problema.

“Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.” (Hechos 15:12)

¿Dónde habían hecho esto Pablo y Bernabé? Hechos habían predicado en las regiones de Antioquía y en las sinagogas de Galacia. Es bueno recordar que Galacia era una región (provincia romana) compuesta de varias ciudades, entre ellas Antioquía de Pisidia, Derbe, Listra e Iconio. Fueron en estas ciudades donde se desarrollaron los incidentes de Hechos 13 y 14 y en donde Pablo sufrió muchas persecuciones por causa de su mensaje de inclusión de los gentiles. Por ejemplo, en la sinagoga de Antioquia de Pisidia él dijo:

“Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.” (Hechos 13:26).

Como hemos mencionado en otros lugares, el término “Temeroso de Dios” o “Yire Elohim” es una manera judía para referirse a un gentil que ha venido al Eterno Dios de Israel, teme su nombre pero no se ha convertido en judío vía circuncisión. Hay referencia a “Temerosos de Dios” en el Tanaj y en la tradición judía refiriéndose a gentiles que sin ser judíos adoran a El Eterno, por ejemplo:

“Casa de Israel, bendecid a El Eterno; Casa de Aarón, bendecid a El Eterno; Casa de Levi, bendecid a El Eterno; Los que teméis a El Eterno, bendecid a El Eterno.” (Salmos 135:19-20).

Después de mencionar a todo Israelita, a los levitas y a los sacerdotes hijos de Aarón, el salmista menciona otro grupo que no es ni sacerdotal, levita ni Israelita: Temerosos de El Eterno. Estos “Temerosos de Dios” eran bienvenidos en la sinagoga para que aprendieran del Eterno sin ser judíos.

En lo que parece radicaba el desacuerdo es si el estado de “Temeroso de Dios” era un estado momentáneo para a la postre convertirse en judío o si podía ser un estado permanente. Cuando Pablo dijo que la palabra de salvación en Yeshua era enviada también a los “hijos de Abraham y a los temerosos de Dios” su palabra fue recibida por muchos no judíos (Hechos 13:42) a tal grado que parece ser ¡Invitaron a sus amigos o familia! Leemos en Hechos 13:44

“El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.” (Hechos 13:44)

¿Cómo es que toda la ciudad llegó a la sinagoga de Antioquía de Pisidia? Muy probablemente porque los “Temerosos de Elohim” que estaban en la sinagoga los invitaron pues Pablo hablaría de esto el siguiente día de Shabbat. Algunos judíos tuvieron celo por el judaísmo pues quizás pensaban que al Pablo abrir la puerta a tanto no judío, entonces la asimilación estaba a las puertas. Su miedo era que si Pablo decía a los no judíos: “No tenéis que ser judío para ser salvo”entonces no tendría sentido ser judío. A parte de esto, muchos quizás pensaban que los “Temerosos de Dios” eran unos “ciudadanos de segunda clase” que tenían tarde o temprano que convertirse en judíos para ser plenamente aceptados por El Eterno. Es por ello que leemos:

“Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.” (Hechos 13:44-48).

La historia se repitió en Iconio (Hechos 14:1-2), y en Listra (Hechos 14:19) donde Pablo y Bernabé experimentaron una gran conversión de gentiles pero también enfrentaron una persecución de los judíos que no creyeron y que veían en el mensaje de Pablo, una terrible amenaza. Esta amenaza era ya sea porque consideraban que los gentiles no podían ser salvos si no daban el paso a ser judíos, o porque pensaban que el mensaje de Pablo podía traer asimilación.

En ese contexto podemos darnos cuenta de cuál fue el problema que originó Hechos 15: El rechazo de la creencia que los gentiles pueden tener parte en el mundo venidero sin convertirse en judío. Debemos de recordar que cada vez que se menciona a la “circuncisión” no se hace por ser un mandamiento más. La circuncisión era el mandamiento que hacía la división entre quien es judío y quien no es judío.

Estos creyentes judíos celosos de la Torah y del pueblo pensaban que la inclusión de gentiles sin ser “viajeros de segunda clase” era inconcebible. A la larga, si adoras al Dios de los judíos, y crees en el Mesías de los judíos, parece razonable creer que debes de ser judío ¿No?

Pablo y Bernabé tenían buenas bases para creer que esto no era así: un gentil puede adorar a Hashem sin ser judío y tener parte en el mundo futuro por el perdón de pecados que Yeshua El Mesías concedió a todo el mundo.

Al abrirse la puerta a los gentiles para ser considerados hermanos en todo el sentido de la palabra, muchos judíos reaccionaron contra dicha posición. Daniel Lancaster expone claramente esto cuando nos dice:

“La religión que había sido previamente un club exclusivo estaba siendo repentinamente declarado abierto al público, no era necesaria una reservación de mesa, Ellos no levantaron objeciones hasta que vieron a los gentiles hacinando la sinagoga. Para la comunidad judía de Galacia de Antioquía de Pisidia, la ofensa de la cruz era la inclusión de los gentiles” (The holy epistle to the Galatians, Daniel Lancaster, First fruit of Zion, 1-800-775-4807, www.ffoz.org).

Al considerar estos antecedentes, Hechos 15 comienza a cobrar sentido. El problema era uno muy sencillo y al mismo tiempo muy complejo: ¿Puede un no judío tener parte en el mundo venidero sin hacerse judío y guardar las exigencias de la Torah como judío? Es por eso que en el primer verso de Hechos 15 leemos la opinión de la parte que contestaba “¡NO!” a esa pregunta y después leemos a la parte que contestó ¡SI! Ese es el tema de Hechos 15, al tenerlo en cuenta con todos los antecedentes podemos fácilmente restaurar su intención sin quitarle ni añadirle.

Parece ser entonces que no había consenso en el primer siglo sobre si los gentiles “Temerosos de Dios” podían permanecer así indefinidamente o si tarde o temprano debían dar el paso a ser judíos. Ya vimos capítulos enteros de Hechos donde la discrepancia se hace evidente, ahora veamos una historia del mismo tiempo (¡más o menos del mismo año en que Yeshua murió!) que puede arrojar más evidencia sobre ello.


Izates y su conversión.

Más o menos en los años cercanos a la muerte y resurrección de Yeshua, un rey llamado Izates se convirtió al judaísmo y su historia arroja mucha luz sobre la discrepancia que hemos mencionado. Daremos un breve resumen de la historia la cual puede encontrarse en su totalidad en el libro de Flavio Josefo, Antigüedades 20:2

El Rey de Adiabena, Monobazes, tuvo un hijo al que amaba mucho llamado Izates. El quería que fuese su sucesor pero temía que los hijos de sus demás esposas le hicieron daño por su obvia predilección. Para no correr riesgos, envió a su hijo a Abenerig, rey del campo de Espasina quien se hizo cargo de él, incluso le dio como esposa a su hija Simaco.

Al pasar el tiempo Izates conoció a un judío llamado Hanania (Ananías) quien lo introdujo en la fe judía. Izates llegó a convertirse de la idolatría al único Elohim verdadero y adoraba a Hashem según el judaísmo. Izates buscó circuncidarse pero Ananías lo impidió diciéndole que no era necesario, el podía adorar a Hashem sin ser judío y guardando los demás mandamientos. El llegó a decirle que: “las leyes ancestrales de los judíos eran más importantes que la circuncisión” (Antigüedades 20.2.4).

El padre de Izates murió para ese tiempo dejando a Izates como el rey sucesor. Ananías y la madre de Izates, Elena, también añadieron que no era sabio que él se convirtiera al judaísmo pues sus súbditos podrían ver con malos ojos a un rey que siguiera costumbres extranjeras y que fuera judío. En síntesis, Ananías y Elena querían que Izates fuera un “Temeroso de Dios” y no un “prosélito”.

Sin embargo, otro judío de nombre Eleazar llegó donde Izates y lo convenció de circundarse pues estaba haciendo una “gran impiedad” al permanecer circuncidado. Josefo nos dice las palabras de Eleazar las cuales fueron:

“Tú ignoras que estás cometiendo la mayor ofensa contra las leyes y por consiguiente contra Dios. No basta con leerlas, es necesario ante todo cumplir lo que ellas ordenan. ¿Hasta cuándo seguirás incircunciso? Si hasta ahora no has leído lo que dice la ley sobre la circuncisión, léelo de inmediato para saber lo grande que es tu impiedad.”(Antigüedades 20.2.4)

Por la influencia de Eleazar, Izates mando a buscar a un médico y este lo circuncidó convirtiéndose al judaísmo. Izates goza de un lugar en la literatura rabínica como un hombre que hizo muchos bienes al pueblo y se circuncido.

Tal como Ananías, Pablo y los apóstoles sufrían un mismo problema: ellos predicaban que no era necesario ser judío para adorar a Hashem y ser aceptado por él y otros después de ellos venían y hacían sentir mal a los hermanos indicando que la circuncisión no era una opción. Al igual que Eleazar, ciertos creyentes de Judea decían a los gentiles que la circuncisión (esto es la conversión a judío) era absolutamente necesaria.


Conclusión.

En esta primera parte sobre Hechos 15 hemos visto los antecedentes del concilio, el origen del problema, y cual era este: La discordia sobre la inclusión de los gentiles ¿Debían tarde o temprano convertirse a judíos y guardar toda la Torah si o no? El incidente de Izates da más contexto sobre la falta de consenso dentro del judaísmo del primer siglo sobre los gentiles que adoraban a Dios.

En el próximo estudio, veremos cuál fue el desarrollo del concilio y la conclusión de Ya’akov el hermano del Señor quien legisló para todo el movimiento al ser la cabeza del mismo. Mientras tanto recordemos las sabias palabras de Pedro quien tenía toda la razón cuando dijo: “Antes creemos que por la gracia del Señor Yeshua seremos salvos, de igual modo que ellos.”(Hechos 15:11).

Es por su gracia, por su sangre derramada como el justo sufriente que podemos tener acceso al trono de la gracia, el es nuestro Mesías quien fue apartado desde antes de la fundación del mundo para darnos vida y ser el medio de perdón de pecados, tanto para judíos como para gentiles. En su nombre y en su sangre hemos sido declarados “Hijos de Elohim”.

Con bendición
Yitzjak

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