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¿Bautismo en el Tanaj?

Desde hace unos días alguien me pidió hablar un poco sobre el bautismo y si tiene alguna analogía con el judaísmo y la tradición hebrea y como es diferente o similar al bautismo en Yeshua. Muchas dudas surgen cuando un creyente de origen gentil descubre las raíces hebreas de su fe y cuando interactúa con ciertos grupos o personas que se autotitulan “mesiánicos”. Generalmente estos grupos tienen un conocimiento muy superficial de la escritura y además poseen en prejuicio anti-cristiano bastante curioso; su manera de arribar a la biblia es algo como creamos-lo-que-los-cristianos-no-crean.

En el tema del bautismo, he oído una sarta de enseñanzas incautas y graciosas como por ejemplo que es un invento del cristianismo, que es algo pagano y que por tener una palabra griega en su nombre es algo ajeno al judaísmo. Si esto es así, entonces estas personas deberían de descartar también la palabra sinagoga puesto que ¡viene de una palabra griega!

He visto este patrón repetirse una y otra vez: Alguien cristiano es un creyente en Yeshua, descubre las raíces hebreas de su fe, se junta con un grupo que le dice que ahora es “superior” o que ya es “judío”, acto seguido procede a despreciar todo lo que aprendió en el cristianismo, considera que los únicos bien delante de Dios son su grupo mínimo, y todos aquellos que creen algo que también los cristianos creen, creen algo de “Grecia” de “Roma” o de “Babilonia”. De ahí que el no puede hablar de “bautismo”, “fe”, “salvación” pues son “cosas cristianas”.

Si bien es cierto el cristianismo necesita ser reformado o restaurado en varias cosas (la judeidad de Yeshua, el papel del pueblo judío como el pueblo que goza con la elección de Hashem, la continuidad de la Torah, etc.) también es cierto que preserva cosas correctas que son herencia apostólica.

Una de las cosas que la mayoría del cristianismo preserva del movimiento original de Yeshua es la práctica del Bautismo, en hebreo “Tevilah”. La palabra griega “Baptizo” significa “sumergir” y designa técnicamente a la acción de sumergirse en agua para propósitos rituales con un propósito escritural.

La palabra griega tiene su equivalente en el término “Tevilah” que significa lo mismo, también puede significar “mojar”. Una palabra con la misma raíz de “Tevilah” (esto es Vayitbol que significa y “se sumergió”) se halla en el texto hebreo en donde Elisha (El profeta Eliseo) manda a Naaman el sirio al Jordán para ser libre de la Tzaraat (lepra bíblica), ahí leemos:

“El entonces descendió, y se zambulló (Vayitbol) siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.” (2 Reyes 5:14).

Claramente la palabra “Tevilah” designa a una inmersión en aguas con propósitos rituales, simbólicos y espirituales. Como podemos ver “Tevilah” es el equivalente hebreo de la palabra griega “Baptizo” y estamos hablando del mismo concepto. Incluso la septuaginta, la traducción al griego de la escritura, utiliza la palabra “baptizo” en 2 Reyes 5:14. De esta manera Bautismo o Tevilah en el judaísmo es el acto de sumergirse ritualmente en un recogimiento de aguas, de preferencia aguas vivas.

¿Para qué hay que hacer Tevilah?

En la Torah están prescritas diversas razones para hacer Tevilah, la más conocida es cuando la mujer termina su periodo menstrual. A pesar de que la Torah dice únicamente “se lavará con agua” esto fue entendido por el judaísmo como Tevilah. Es debido a ello que todas las mujeres judías hasta la fecha hacen Tevilah cada vez que su periodo menstrual (Nida en hebreo) finaliza.

El judaísmo también consideraba (y considera) la Tevilah necesaria para completar la conversión a judío, y de hecho era el último paso, en el talmud leemos:

“Rab Zera dijo en nombre de Rab Yohanan: Alguien no se convierte en prosélito hasta que ha sido circuncidado y hasta que ha efectuado la Tevilah” (Berajot 47b, ver también Yevamot 46a).

Es decir que un hombre podía haber sido instruido en la Torah y en la ley judía (halaja) y podía ser circuncidado pero no era considerado legalmente parte de la nación de Israel, hasta que hacía Tevilah. Como es obvio, esta Tevilah para conversión o consagración se daba una vez en la vida.

Es así donde encontramos dos categorías de Tevilah según las veces que son repetidas en la vida: la que es una sola vez y la que se hace repetidamente por aspectos rituales de purificación simbólica.

Vemos algo similar en la vida de Aarón y sus hijos. Al inicio de su ministerio, Moisés los lavo con agua a la entrada del tabernáculo de reunión, tal como está escrito:

“Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.” (Exodo 40:12)

Este lavado realizado por Moisés fue una sola vez en la vida de Aarón, nunca fue repetido de nuevo otro lavado hecho por Moisés, con el objetivo de consagrarlos para el ministerio sacerdotal. El lavado para consagración ministerial fue hecho de una vez y para siempre y no sería repetido.

Sin embargo, la torah prescribía a Aarón un lavado continuo cada vez que entrara al tabernáculo de reunión, ahí leemos:

“Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua. Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies. Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para El Eterno, se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.” (Exodo 30:18-21).

Como vemos, en la vida de Aarón y sus hijos existirían dos lavados simbólicos con agua: Uno de ellos seria con motivo de consagrarlos para su ministerio y sería efectuado por Moisés y sería realizado una sola vez en su vida. El otro sería realizado después del primero, cuantas veces fuere necesario y sería realizado por ellos mismos con motivo de purificación ritual y simbólica. Veamos el cuadro para que nos ilustre esto de manera grafica:

Lavado Ritual 1 Lavado Ritual 2
Razón: Consagración Razón: Purificación
Periodicidad: Una vez en la vida Periodicidad: Repetitiva muchas veces
Realizada por: Moshe Realizada por: Aarón y sus hijos

En la vida del prosélito al judaísmo se daban estas dos clases de Tevilah; la primera hecha una vez para completar su conversión y consagración al Eterno y la otra hecha repetitivamente cuando entraba al templo, cuando llegaba una festividad, cuando hacía cualquier cosa para lo que se requería pureza ritual.

Viendo el contexto judío de la Tevilah, podemos considerar a los bautismos que se encuentran en los registros apostólicos con más luz.

El Bautismo (Tevilah) de Juan

La mayoría de veces es creído que el bautismo o Tevilah fueron inventados por Juan El Bautista, en círculos cristianos sin conocimiento serio del judaísmo se considera que Juan fue el creador de el rito de sumergir gente en un cuerpo de agua para un propósito espiritual. Como ya vimos, la Tevilah era algo que existía desde tiempos muy remotos en el pueblo judío; incluso habían mikvaot, que son las pilas rituales para sumergirse, en el templo y en casas de personas con posibilidades económicas o familias sacerdotales. Los arqueólogos han encontrado decenas y decenas de mikves en la comunidad de Qumram y también en la casa de Yosef Cayafa (Caifás, el mismo sumo sacerdote implicado en la muerte del Maestro).

Ahora, si los “bautismos” o “tevilot” existían en la época de Juan, ¿En qué consistía su innovación? ¿Qué era lo novedoso? ¿Si habían mikvaot en el templo, por qué Juan estaba haciendo Tevilah en el Jordán?

Lo novedoso de Juan no era el rito en sí mismo, sino el porqué se hacía el rito. Juan hacía su bautismo porque decía que el Mashiaj (Mesías) estaba a las puertas y el arrepentimiento nacional de Israel era un requisito para que la era Mesiánica se manifestara en sus días.

Leemos en Mateo:

“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;” (Mateo 3:11).

Es decir, el bautismo de Juan tenía un mensaje bien definido, era algo como: “El reino de Elohim, la era mesiánica está a punto de ser manifestado. El Mesías está a las puertas y si nos arrepentimos de todo corazón abandonando la impiedad El Eterno hará que su reino se manifieste en toda su extensión. LA muestra visible de ese arrepentimiento es que hagamos esta Tevilah simbolizando nuestra pureza espiritual luego de nuestro arrepentimiento”.

La Tevilah de Juan tenía por objetivo preparar al pueblo judío para la llegada del Mesías para que fuesen dignos de alcanzar los días del reino mesiánico; Si Israel se arrepentía, El Mesías se revelaría abiertamente y paso seguido restauraría el trono de David y arrancaría la era mesiánica, el reino Mesiánico o el milenio, como queramos llamarle.

Pablo incluso indica esto a los creyentes de Efeso que habían recibido solamente el bautismo de Juan, tal como está escrito: “Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Yeshua El Mesías.” (Hechos 19:4).

Es por ello que podemos decir que el Bautismo de Juan tenía sentido antes de que el Mashiaj viniera para poder hacer que Israel fuera digno; una vez venido el que bautiza en “ruaj Hakodesh (espíritu santo) y fuego” (Mateo 3:11) debemos de sumergirnos en nombre de aquel que es más grande que Juan.

El Bautismo (Tevilah) en Yeshua.

La Tevilah en Yeshua HaMashiaj conserva los aspectos de la inmersión para conversión y consagración del judaísmo. Se decía en el judaísmo que el prosélito era como “un niño recién nacido”, para la jurisprudencia judía simbólicamente un gentil entraba en la mikve y el que salía era un judío. El prosélito había nacido para una nueva vida, había nacido al pueblo judío y era por así decirlo “una nueva persona”.

Es debido a esto que el simbolismo era obvio: El cuerpo de aguas representa una tumba, el hombre que se sumerge es “sepultado” en las aguas y sale a una nueva vida. Ningún otro rito, quizás, puede expresar el concepto de purificación, transformación, nueva identidad, muerte al pasado y una nueva vida como la Tevilah (Bautismo).

Es debido a ello que la Tevilah se convirtió en el requisito visible para unirse formalmente a la congregación del Mesías el cual es su cuerpo. La Tevilah fue el requisito impuesto para el reconocimiento legal de un creyente, esto simbolizaba su férreo compromiso con Hashem, su abandono de su viejo hombre y también su experiencia de regeneración y nuevo nacimiento en Yeshua.

“De modo que si alguno esta en Mashiaj, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
“Porque todos los que habéis sido bautizados en Mashiaj, de Mashiaj estas revestidos”. (Gálatas 3:27).
“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el espíritu santo” (Tito 3:5).

El nuevo creyente desciende a las aguas y permanece en ellas como un hombre está en el vientre de su madre, al salir se simboliza su nuevo nacimiento. El bautismo o Tevilah es la acción que más poderosamente ilustra la experiencia de la salvación al recibir la vida eterna en Yeshua el Mesías.

Debido a esto, cada vez que una persona creía, se buscaba inmediatamente la Tevilah para poder hacer que formara parte legal y formal de la comunidad del Mesías, leemos en el suceso del etíope y Felipe lo siguiente:

“Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anuncio la buena nueva de Yeshua. Y yendo por el camino llegaron a cierta agua y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Y mandó Felipe a parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hechos 8:35-38)

Así como la fe y el nuevo nacimiento hacen que uno se convierta en hijo de Elohim delante de Elohim (Dios), la Tevilah hace que uno se convierta en hijo de Elohim formalmente delante de los hombres.

No nos confundamos ahora, no es el rito el que imparte la liberación del pecado en Yeshua, el rito simboliza lo que ocurrió previamente; es la representación más vivida, más exacta, mas ilustrativa y más poderosa de la purificación de nuestra alma y nuestro nacimiento de lo alto; sin embargo no es lo que nos provee de justificación o salvación delante del cielo.

Muchas veces se ha comparado al bautismo con un anillo que es la simbolización del amor entre una pareja; el anillo no es el amor; simboliza el amor. Esto es importante por el eterno debate surgido dentro del cristianismo histórico con respecto a si la Tevilah salva o no. Debemos decir que la escritura enseña que es la manera de convertirse formalmente en un creyente pero no es lo que define el destino eterno de alguien (Alguien podría mencionar el texto de Marcos 16:16 donde se dice que “el que creyere y fuere bautizado este será salvo”. Sin embargo, es muy conocido que es un texto añadido al manuscrito original de Marcos y que no formaba parte originalmente, para más información ver la nota al pie de página de la versión Reina Valera Textual).

A parte de esto, el bautismo también es una identificación con la muerte y resurrección de Yeshua. Esto es un aspecto que es muy novedoso a la Tevilah en el nombre de nuestro Maestro puesto que aparte de todas las razones expuestas anteriormente, la Tevilah en Yeshua, representa también nuestra participación de su muerte y resurrección.

Pablo escribe:
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Yeshua HaMashiaj, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos bautizados con él para muerte por el bautismo, a fin de que como el Mesías resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:3-4).

Así como el pecado del mundo estaba en el cuerpo del Mashiaj en el madero cuando el dio su vida por el pecado de Israel y el mundo y luego resucitó; nosotros morimos al pecado y somos llamados a una nueva vida de justicia. Fuimos sepultados juntamente con él; es decir así como el pecado fue sepultado con el Mesías, nosotros debemos de considerarnos como separados del pecado y con el ansia de una vida de justicia. Es por ello que Pablo dice después:

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Elohim (Dios), tenéis por vuestro fruto la santificación” (Romanos 6:22).

¿La única Tevilah para los creyentes?

A parte de la Tevilah de consagración en Yeshua que es una sola vez en la vida; los creyentes judíos tenían mas tevilot ya sea por prescripción de la Torah o por costumbre; esto era más que todo imperativo cuando se ascendía al templo; el lugar donde la presencia de Dios moraba como en ningún otro lugar del mundo. En cada fiesta de peregrinaje, todo varón judío piadoso iba al templo y antes de entrar a él buscaba hacer Tevilah.

Esto es aun observada por muchos judíos quienes suelen hacer Tevilah antes de ir a una sinagoga, antes de asistir a una clase de talmud, antes del Shabbat, después del periodo menstrual como se mencionó, antes de una festividad bíblica, etc. Incluso los creyentes judíos (ya sea por linaje o conversión) en Yeshua también tenemos la costumbre de hacer Tevilah antes de las festividades o en momentos especiales delante de Hashem.

¿Es esto contradictorio con la Tevilah en Yeshua? No, en lo absoluto. La Tevilah en Yeshua para conversión y consagración es hecha una vez en la vida. Las otra Tevilah no pretenden sustituir la primera sino actuar en otra esfera diferente, esto es como símbolo de nuestra santificación y purificación continúa por medio de la palabra y el espíritu de Hashem.

Ambas Tevilah representan dos tipos de santificación en la vida como creyentes. La primera representa la ocasión de nuestro nuevo nacimiento (tito 3:5), cuando fuimos declarados hijos de Elohim (Juan 1:12) y recibimos el perdón de pecados y las arras del espíritu de Hashem (Efesios 1:7-14). Esta experiencia paso una sola vez en nuestras vidas. Por lo tanto, la Tevilah que representa esto, es una vez en nuestras vidas. Muchos llaman a esta santificación “Santificación posicional”, debido a que fue el momento en que Hashem nos traslado del reino de las tinieblas a ser sus hijos, nos declaro como su posesión de una vez para siempre, tal como está escrito:

“Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los hijos de luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado hijo”. (Colosenses 1:12-13)

Por otro lado, después de nuestro nuevo nacimiento, somos llamados a una santidad continua al andar en los mandamientos de Hashem por medio del espíritu de Elohim que hemos recibido. Esta santidad es dada por su palabra (Torah) y su espíritu. Muchas veces se ha llamado a esto “Santificación progresiva”, debido a que es algo que debemos de hacer continuamente hasta el día de la resurrección, tal como está escrito:

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la ira perfeccionando hasta el día de Yeshua HaMashiaj” (Filipenses 1:6).

En este sentido, el segundo tipo de Tevilah simboliza nuestra santificación continua, al sumergirnos tenemos en mente a el agua de Hashem (su espíritu y su palabra) que nos purifican y la santidad que tenemos que buscar todos los días.

Es debido a que hay tipos de Tevilah, que el escritor de Hebreos menciona a la “doctrina de bautismo”, ahí leemos:

“Por tanto, dejando ya los aspectos básicos de la doctrina de Mashiaj, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Elohim, de la doctrina de bautismos.” (Hebreos 6:1-2. Enfasis añadido)

Notemos que no dice: “Doctrina del bautismo” sino “doctrina de bautismos” por lo que hemos explicado anteriormente.

Conclusión

Hemos visto como la Tevilah formaba parte de la vida judía, sabemos que Tevilah es la palabra hebrea equivalente a bautismo y que habla de un acto específico. Tevilah era requerida para completar la conversión a judaísmo y fue la acción ritual que se requirió parar unirse formalmente al grupo de creyentes en Yeshua. Hay dos tipos de Tevilah: una para consagración y una de purificación ritual. El bautismo en Yeshua representa las siguientes cosas:

1. Nuestra muerte al viejo hombre.
2. El nuevo nacimiento en Yeshua El Mesías.
3. Nuestra aceptación de su palabra para ser limpios.
4. Nuestra identificación con su sepultura y resurrección ya que hemos sepultado al pecado y hemos sido vivificados para una vida nueva.

Todos aquellos que hemos sido bautizados en Yeshua HaMashiaj tenemos un compromiso para amar a Elohim y a su ungido y ser discípulos de él. El bautismo es nuestra declaración formal de ser parte del pueblo de Elohim, es como si dijéramos: “Heme aquí, yo soy parte de tu pueblo, he nacido de nuevo por tu espíritu y vengo a dedicar mi vida a ti delante de todos”.

¿Estamos viviendo con un compromiso total para con El Eterno? ¿Nuestra nueva vida espiritual es de verdad “espiritual”? ¿Hemos tomado en serio el llamado de ser discípulos del Rey de Israel? ¿Estamos dispuestos a que su palabra nos limpie continuamente con la fuerza que hemos recibido en su espíritu? Es tiempo de impactar al mundo, de mejorar cada vez más, de ser mas guiados por el espíritu y la Torah de Hashem para ser luminarias en la tierra. Al hacerlo estaremos adelantando el reino de Elohim y trayendo más personas a los pies de aquel que “Bautiza con el espíritu santo”.

Que El Eterno haga que nuestro corazón se apegue a él como nunca antes

Con bendición
Isaac Bonilla

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