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Muchas ocasiones he escuchado una enorme confusión en torno al Shabbat y como un no judío se relaciona con el día de reposo instituido por El Eterno. Las siguientes dudas son frecuentes entre creyentes en Yeshua: “¿Es el Shabbat algo dado a toda la humanidad?” “¿Acaso no es clara la escritura al decir que es una señal entre Israel y El Eterno haciéndolo una marca distintiva (en Hebreo Ot) entre Israel y las naciones?” “¿Acaso no dijo Yeshua que el Shabbat fue dado al “hombre” y no únicamente al pueblo judío?”

La escritura parece indicar por un lado que el Shabbat es algo dado al pueblo judío como una señal de distinción siendo una señal que distingue a Israel de las demás naciones. Sin embargo, otros versos parecen sugerir un principio universal del Shabbat, dando a entender que el Shabbat no es algo dado únicamente al pueblo judío sino a las demás naciones. Sin embargo, si es dado a todas las naciones, ya no es una señal de distinción entre Israel y el mundo entero ¿hay alguna manera de entender esto y conciliar ambos enfoques de una manera coherente y justificada bíblica e históricamente? El objetivo de este estudio será considerar ambas perspectivas y ver como son complementarias y no contradictorias.

Una señal entre Israel y Hashem

Si estudiamos escritos de literatura rabínica veremos como el Shabbat es concebido como una marca de distinción entre Israel y las naciones. El Shabbat es una de las señales que El Eterno ha puesto para santificar a Israel y por consiguiente hacer una diferencia entre el pueblo judío y las demás naciones. Leemos en la torah:

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo El Eterno los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó” (Shemot [Exodo] 31:16-17).

El Midrash Mejilta de Exodo 31:12 dice: “Porque es señal entre yo y ustedes – Y no entre mí y las demás naciones del mundo”

El Midrash claramente establece que el Shabbat es una señal entre Israel y el Eterno, y no entre el Eterno y las demás naciones. Como todos sabemos, El Eterno dio leyes para toda la humanidad y dio a Israel leyes adicionales para diferenciarlo de entre las naciones en su llamado como nación sacerdotal. Hashem no espera que todas las naciones guarden los distintivos de identidad Israelita que se encuentran en la torah; por lo menos, no es algo que él considera obligante para todos los hijos de los hombres.

Si somos acuciosos nunca veremos que El Eterno juzgue a las naciones del mundo por no guardar el Shabbat. El profeta Amos, Jeremías, Isaías, Ezequiel y muchos otros, profetizan contra naciones como Tiro, Filistea, Sidón, Babilonia, Persia, Asiria, etc. y vaticinan grandes juicios del Eterno por su crueldad, rapiña, violencia, etc. Ciertamente los profetas tenían muchas reprensiones contra las naciones y amonestación sobre lo que no debían de hacer y lo que debían de hacer.

El profeta Amos es famoso por sus frases de “por tres pecados de, y por el cuarto no revocare su castigo”. Amos profetiza contra Damasco, Gaza, Tiro, Edom, Amón y Moab; numerosos pecados son mencionados por Amos: perseguir a espada al hermano (1:11), violar todo afecto natural (1:11), asesinar cruelmente a mujeres que estaban en cinta (1:13), entregar a un pueblo a destrucción (1:6), quemar a un Rey extranjero (2:1). El Eterno ordena juicio sobre las naciones por violar las leyes universales de la torah que él ha dado al mundo entero; sin embargo, nunca encontramos una reprensión a las naciones del mundo por no guardar el Shabbat.

Sin embargo, al introducir el juicio a Judá el profeta dice: “Así ha dicho El Eterno: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la torah del Eterno, y no guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres. Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.” (Amos 2:4-5)

¿Por qué pecado es que el fuego vendría sobre los palacios de Jerusalén? El profeta Jeremías nos dice:

“Pero si no me oyereis para santificar el día de reposo, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de reposo, yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.” (Jeremías 17:27).

Las demás naciones nunca son juzgadas por no guardar el Shabbat, el pueblo judío es juzgado con destrucción e incluso con exilio por no guardar el séptimo día y los Shabbatot de la tierra. Esto ha llevado a muchos judíos a concluir que El Eterno dio el Shabbat a los hijos de Israel y no espera que las demás naciones lo guarden.

Alguien podría decir “El Eterno no juzgaba a las naciones por no guardar el Shabbat porque ellos no sabían que tenía que ser guardado. Israel si lo sabía”. Esta objeción pierde de vista el punto, ya que deberíamos preguntarnos: ¿Por qué las naciones no saben que deben de guardar el Shabbat? En primer lugar porque ¡El Eterno nunca mandó en la escritura a ninguna nación con respecto al Shabbat!

Hashem nunca le dijo a Enoc, a Matusalén a Noaj, a Sem, a Eber, a Abraham, a Isaac o a Jacob con respecto al Shabbat. Antes de éxodo 16, donde El Eterno le dice a Moshe que instruya a Israel sobre el Shabbat y da leyes para el mismo, no vemos a ningún humano guardando el séptimo día. Ciertamente el Eterno tuvo la oportunidad cuando después del diluvio dio un pacto a Noaj y sus descendientes y les dio leyes (Génesis 9:1-7). Si El Eterno hubiera querido que toda la humanidad tuviera la obligación de guardar el Shabbat, ciertamente tuvo la oportunidad en Génesis 9 donde estaban los padres de toda la humanidad actual.

Guardar el Shabbat como señal de pacto, incluye observar todas las numerosas restricciones que la torah enumera en torno al Shabbat y también las leyes que los sabios de Israel han instituido. Hashem ordenó a los hijos de Israel con respecto al Shabbat lo siguiente:

“Seis días se trabajará, más el día séptimo os será santo, día de reposo para El Eterno; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno (Melaja), morirá.” (Exodo 35:2)

La palabra “Melaja” no significa trabajo en el sentido occidental de la palabra. De hecho hay otra palabra para labor y trabajo en hebreo: Avodah. ¿Qué es Melaja? La traducción española “trabajo” es una traducción muy pobre que no capta el alcance del término. Los rabinos notaron que la palabra “Melaja” se encuentra en la creación de los cielos y la tierra y en relación a la construcción del tabernáculo, tal como está escrito:

“Y acabó Elohim en el día séptimo la obra (Melaja) que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra (Melaja) que hizo.” (Génesis 2:2. Paréntesis añadido)

“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy El Eterno que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo.” (Exodo 31:13-14)

El verso de éxodo 31:13 es dicho interrumpiendo las ordenanzas de la construcción del tabernáculo; los rabinos interpretan esto como si El Eterno estuviera diciendo: “Construirán mi tabernáculo, pero ciertamente guardaran el Shabbat absteniéndose incluso de la construcción del tabernáculo por causa del Shabbat”

La palabra “Melaja” aparece en el contexto de la creación y en la construcción del tabernáculo, de aquí los rabinos concluyeron que todo aquello que se hacía para la construcción del Mishkan era considerado “Melaja”. El concepto de “Melaja” en el judaísmo es: “toda actividad creativa no esencial para la vida”.

Los sabios derivaron 39 Melajot prohibidas en Shabbat (Mishna Shabbat 7:2) de la construcción del tabernáculo. Ya que hacer Melaja en Shabbat podía conducir a la pena capital, el término debía de ser definido clara y explícitamente; ellos concluyeron que viendo los tipos de trabajos hechos en el tabernáculo, se podía llegar a una definición clara del término.

Las 39 Melajot de Shabbat son las siguientes:

1. Arar 14. Bordar 27. Terminar una labor
2. Plantar 15. Retorcer 28. Escribir
3. Segar 16. Tejer 29. Borrar
4. Cosechar 17. Desenredar 30. Construir
5. Trillar 18. Cocinar 31. Demoler
6. Aventar 19. Lavar 32. Entrampar
7. Seleccionar 20. Coser 33. Esquilar
8. Cernir 21. Rasgar 34. Matar
9. Moler 22. Anudar 35. Desollar
10. Amasar 23. Desatar 36. Curtir
11. Peinar 24. Dar forma o modelar 37. Aplanar
12. Hilar 25. Quemar 38. Marcar
13. Entintar 26. Extinguir 39. Cargar

Guardar el Shabbat como señal de pacto incluye abstenerse de todas estas Melajot y sus derivados modernos. Para un judío es pecado cargar en shabbat, escribir una letra, crear algo nuevo que no existía antes y que no sea esencial para la vida, coser algo, cocinar, etc. Los apóstoles y nuestro Santo Maestro siempre se rigieron por estas leyes como buenos judíos; las ocasiones en donde aparentemente Yeshua transgrede el shabbat sin justificación alguna, pueden ser explicadas dentro la jurisprudencia judía perfectamente sin necesidad de concluir que él no guardaba la Torah o no valoraba las leyes de la Halaja.

El pueblo judío y la tierra de Israel debían de ser una réplica, una imagen del cese total que Hashem había tenido al finalizar los cielos y la tierra; esto se llevaría a cabo al abstenerse de todos los trabajos necesarios para construir el Mishkan. El pueblo judío ha sido llamado a ser un testigo a los pueblos, una señal y luz a las naciones y por tanto debía de guardar el Shabbat y reflejar el descanso de Hashem. El Shabbat es un anticipo de la era Mesiánica y según el escritor de Hebreos una imagen de lo que significa la salvación en Yeshua nuestro Mesías; el pueblo judío fue escogido por Hashem para llevar al mundo una imagen visible y tangible de esta realidad espiritual y escatológica. Ciertamente Hashem no esperaba que todo el mundo guardara el Shabbat como señal de pacto, con todas las restricciones halajicas que esto implica. En este sentido, el Shabbat es dado al pueblo judío como “Ot”, una señal de distinción y de identidad.

Shabbat: principio, invitación y bendición universal

¿Significa esto que no hay ninguna relación entre el Shabbat y la humanidad? ¿Significa esto que no hay cabida para una observancia no judía del shabbat? En palabras de Pablo: ¡De ninguna Manera!

Ciertamente el Shabbat como señal de pacto con todas las restricciones halajicas es algo requerido y obligante únicamente para el pueblo judío. Ahora, el Shabbat en la Torah y en el resto de la escritura, es un principio más amplio y universal que puede ser observado por un no judío. Desde el momento mismo de la creación se nos dice:

“Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él cesó de toda la obra que había hecho en la creación.” (Génesis 2:3).

Antes de que existiera el pueblo judío, muchos años antes de la dadiva de la torah en el monte Sinaí a Israel, El Eterno había santificado al día de Shabbat y cesado su obra en él. La creación de los cielos y la tierra es una experiencia universal, y no únicamente del pueblo judío; por tanto, el Shabbat tiene una faceta universal que concierne a toda la humanidad, y una faceta particular de carácter singular para el pueblo judío.

Estas dos facetas del shabbat son expresadas en las dos narraciones de los diez mandamientos (“Aseret Hadebarim”) que encontramos en la torah, tal como está escrito:

“Porque en seis días hizo El Eterno los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, El Eterno bendijo el día de reposo y lo santificó.” (Exodo 20:11).

“Guardarás el día de reposo para santificarlo, como El Eterno tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a El Eterno tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que El Eterno tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual El Eterno tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.” (Deuteronomio 5:12-15).

Cuando se habla de la creación de los cielos y la tierra, una experiencia universal, el mandato empieza diciendo “Acuérdate (Zajor) del Shabbat”. Cuando se habla de la salida de Egipto, una experiencia únicamente del pueblo judío, la torah dice: “Guardarás (Shamor) el día de Shabbat”. Ha sido notado que esto asigna al Shabbat dos significados, uno universal en el cual toda la humanidad tiene parte y por tanto, una relación, y otro más singular y limitado al pueblo judío. Esto ha servido como base para establecer que un no judío puede (según otras opiniones “debe”) guardar el Shabbat absteniéndose de trabajar y otras cosas, recordando la creación de los cielos y la tierra.

Por ejemplo, en el talmud se debate sobre la medida en que un Ger Toshav (Un no judío residente en la tierra de Israel) debe de guardar el Shabbat, ahí leemos:

“Se ha enseñado: Un Ger Toshav puede hacer el trabajo por sí mismo en el día de reposo en la misma medida que un israelita puede hacer en los días intermedios de los festivales. R. Akiba dice: Como un israelita en el festival. R. Jose dice: Un extranjero residente puede hacer el trabajo por sí mismo en el día de reposo en la misma medida que un israelita en los días de semana. R. Simeón dice: Tanto un extranjero residente y un hombre o mujer de esclavos gentiles peregrinos, pueden hacer el trabajo por sí mismos en la misma medida que un israelita puede hacer en días de semana”. (Talmud Babli Keritot 9a)”.

Claramente el talmud concibe que un no judío está invitado a guardar el Shabbat, según otras autoridades, esta no solamente invitado, sino obligado (Rashi). Sin embargo, claramente se muestra que su descanso en Shabbat no tiene las mismas restricciones halajicas como en el caso de un hijo de Israel.

Un no judío puede cesar de trabajar, descansar, meditar en el día de Shabbat como expresión de amor y reconocimiento de la soberanía del Eterno, estudiar las escrituras, etc. Más aun, el Temeroso de Dios de entre las naciones, puede descansar en Shabbat (no con todas las restricciones halajicas) como manera de conexión (devekut) con El Eterno imitando sus obras.

Incluso hay rabinos como Hayim ben Attar, que aseveran que antes del éxodo del pueblo judío, había individuos que guardaban el Shabbat como un acto de amor y reverencia a Hashem. El Midrash (Bereshit Raba 22:13) nos trasmite la opinión que fue Adam mismo el que compuso el Salmo 92 que comienza diciendo: “Un Salmo, un cantico para el día del shabbat”.

Isaías 56

Isaías 56 provee de otro texto interesante al considerar la relación entre el no judío y el shabbat. Vemos en Isaías 56 como el Eterno indica que si un eunuco o un extranjero (Ambos tienen en común que no forman parte de Israel, el pueblo físico del Eterno) decide voluntariamente guardar el shabbat habrán muchas bendiciones para ellos. En el caso del eunuco que no tendrá descendencia ni nombre de una casa en el pueblo judío, Hashem promete darle un nombre “más grande que el de hijos e hijas” (Isaías 56:4-5). Al extranjero que se guarde de profanar el shabbat, se le promete recrearse en el templo, en su casa de oración, sus sacrificios y holocaustos serán gratos sobre el altar, pues el templo será llamado “casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:7).

Muchas veces ha sido interpretado que los gentiles a los cuales Isaías hace referencia son prosélitos, esto es, personas que han hecho la conversión legal vía circuncisión y son parte del pueblo judío. Esto debido a que el profeta menciona en el verso 6 “abracen mi pacto”. Muchas veces esto se entiende como alusión a la circuncisión y por extensión, conversión legal al judaísmo; al entender el verso así, el verso habla de personas que no son más gentiles, sino personas que son parte legal del pueblo judío vía conversión.

Sin embargo, hay dos razones que sugieren fuertemente que dicho entendimiento es incorrecto:

  1. El profeta también dice que los eunucos que abracen el pacto (56:4) y guarden el Shabbat se les dará un nombre mejor que hijos e hijas, un nombre eterno que nunca sería cortado. Ciertamente “el pacto” que estas personas abrazan no es la circuncisión, ya que ¡es imposible para un eunuco ser circuncidado!
  2. El profeta dice que la casa del Eterno será llamada “Casa de oración para todos los pueblos” (56:7). Ahora, si los gentiles ya hicieron conversión entonces el templo no sería casa de oración para todos los pueblos, ya que estos gentiles no son más parte de las naciones, sino parte de Israel. Si un gentil se convierte en judío, él es parte de la comunidad de Israel; para que el templo sea casa de oración para todos los pueblos, deben de haber personas que sean parte de las naciones en él.

Lo más lógico es que el profeta está hablando de gentiles que sin ser judíos han decidido tomar el shabbat sobre si, absteniéndose de trabajar y de profanarlo. El “pacto” al que se hace referencia no es la circuncisión o ser judío, sino el Shabbat.

Debe ser notado que en Isaías 56 tenemos dos cosas: gentiles guardando el shabbat y que lo hacen voluntariamente. Este hecho confirma que hay espacio para gentiles guardando el aspecto universal del shabbat e incluso tomar más cosas del mismo; sin embargo, Isaías claramente no lo ve como una obligación.

Gentiles creyentes en Yeshua y el Shabbat.

¿Qué hay de los creyentes gentiles en Yeshua? Los creyentes gentiles en Yeshua tienen muchas buenas razones para descansar en shabbat juntamente con sus hermanos judíos. En primer lugar, pueden hacerlo como un acto de imitación y conexión con nuestro Padre Celestial; tal como él se abstuvo de trabajo en este día, nosotros también debemos abstenernos (En el caso de creyentes gentiles, no necesariamente de todas las Melajot, sino de su trabajo que genera retribución financiera y otras cosas según su capacidad).

En segundo lugar, los gentiles creyentes en Yeshua han sido injertados espiritualmente en el olivo natural de Israel, el creyente gentil tiene una relación espiritual muy especial y cercana al pueblo judío ya que su Salvador es precisamente el Rey de los judíos. Por lo tanto, los creyentes gentiles deberían descansar en Shabbat debido a su relación con El Mesías judío y el pueblo judío.

En tercer lugar, los no judíos creyentes en Yeshua deben de ser celosos por la restauración de todas las cosas y volver a la práctica de la fe apostólica. En los días de los apóstoles, los gentiles se reunían en shabbat en las sinagogas para aprender de la palabra de Hashem y adorar su nombre. Quizás los apóstoles como Pablo o Jacobo nunca escribieron a los gentiles, una orden para reunirse en Shabbat o en las festividades debido a que lo asumían como obvio. No había día de adoración del Elohim de Israel o festividades religiosas dedicadas a él alternativas al shabbat y las fiestas judías. Si un gentil tiene el celo de restaurar la fe en Yeshua que los apóstoles practicaron, el shabbat y las festividades no son una opción para él (sin ser necesario cumplir todas las legislaciones que son obligantes a los hijos de Israel).

En cuarto lugar, los creyentes gentiles en Yeshua deben tener una mentalidad de Reino. En la era mesiánica, todo el mundo adorará a Hashem en Shabbat y en Rosh Jodesh (Isaías 66:23), las naciones subirán a Jerusalén para celebrar la fiesta de Sukot (Zacarías 14:14-16). ¿Para qué esperar a que estas profecías se cumplan cuando puedes empezar a vivir ahora mismo las bendiciones del shabbat y las fiestas del Eterno? Como El salmista dice: “Pero nosotros bendeciremos a Adonay desde ahora (en nuestra época) y para siempre (en la era Mesiánica y el mundo venidero) ¡Haleluya!” (Salmo 145:21, versión hebrea).

En nuestros días muchos creyentes están redescubriendo su relación con Israel, la continuidad de la Torah, la judeidad de Yeshua, y vemos como el shabbat y su hermosura empiezan a ser restaurados. Es nuestra oración que más gentiles creyentes en Yeshua incorporen tanto como puedan del shabbat a sus vidas y vuelvan a la expresión de fe de la era apostólica. Un día, todo el mundo adorará al Eterno descansando y alabando en Shabbat, ¿para qué esperar la era Mesiánica si puedes empezar hoy mismo a cumplir este bello precepto de la torah? Gentiles siendo atraídos a la Torah es parte de la restauración de todas las cosas y del Reino de Dios, ¿Qué esperas para disfrutar de la bendición del shabbat?

Con bendición

Yitzjak Bonilla Castellanos.

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