“La torá de El Eterno es perfecta, restaura el alma. El testimonio de El Eterno es fiel, hace sabio al sencillo. Los mandamientos de El Eterno son rectos, alegran el corazón, el precepto de El Eterno es puro, alumbra los ojos”. (Salmos 19:7-8)
Sin embargo el hecho de que la salvación sea LO MáS importante, no implica que no haya OTRAS cosas importantes también. Es nuestro propósito presentar lo que muchas veces ha sido ignorado por razones históricas en el mundo creyente de origen gentil, esto es, la importancia de los mandamientos de la torah (conocida como ley de Moisés, el pentateuco) para andar en santidad y obediencia delante de Adonay.
Muchas personas han crecido, teológicamente, con las siguientes creencias: “la ley de Moisés no es para salvación”, “la salvación es por gracia”, “la ley de Moisés fue abolida por Jesús”, etc. Algunas de estas creencias son verdades a medias que pueden peligrosamente llevar a confusión, la última es únicamente un mito.
Han sido muchos años y siglos en los cuales se ha vendido la idea negativa de la torah, pero ¿Es esto verdad? La respuesta es un definitivo NO. Ella fue dada a nuestro pueblo para que supiéramos como vivir en santidad y para que hagamos su voluntad. En ningún momento es un yugo difícil de llevar, como esta escrito: “Sus mandamientos no son gravosos” (1a Yohanan [Juan] 5:3)
En primer lugar debemos contestar la pregunta: ¿La torah(ley) fue declarada abolida por Yeshua, conocido popularmente como Jesús? ¡Nada más lejos de la verdad! El mismo dijo claramente:
“NO PENSEIS que he venido para abrogar la torah (ley) o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una yud (jota) ni una tilde pasará de la torah (ley), hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.” (Mateo 5:17-19)
Yeshua no pudo ser más claro y explícito en cuanto a la vigencia de los mandamientos, que El Eterno mismo reveló en la torá: Hasta que pasen el cielo y la tierra, los mandamientos de la torah estarán vigentes. Si Yeshua hubiera declarado obsoletos los mandamientos de la torah ¿Habría dicho que usted seria muy pequeño en el reino, por quebrantar un mandamiento, si este, ya fue abolido? Difícilmente, sería algo totalmente ilógico.
Siempre surge la pregunta: “OK, si Yeshua no abolió la torah ¿Por qué Pablo critico tanto a la ley de Moisés?” La respuesta es que Pablo nunca vio nada malo en la Torah en si misma. El se opuso totalmente a aquella creencia de algunos maestros judíos de su época, que decían que la salvación podía ser obtenida por un cumplimiento mecánico de los mandamientos de la torah.
A esta creencia él le llama frecuentemente con dos nombres: “obras de la ley” y “bajo la ley”(Romanos 3:20, Gálatas 4:21). El criticó EL MAL USO que algunos judíos hacían de la torah, convirtiéndola en una serie de acumulación de créditos (buenas obras) delante de Elohim; sin embargo no criticó a la torah EN SI MISMA.
Este mismo judío (Rav Shaul) llegó a decir que la torah es buena “si uno la usa legítimamente” (1a Timoteo 1:8) y en una ocasión hizo una purificación de un voto de Nazareo junto con otros jóvenes judíos demostrando que andaba “ordenadamente guardando la torah” (Hechos 21:17-24) ¿Cómo podría luego decir que esto era algo obsoleto? ¿No sería hipocresía de su parte?
Ni Yeshua, ni Pablo ni ninguno de los primeros discípulos, vieron en los mandamientos de la torah, algo negativo o anticuado. Alguno diría después de esto: “Si la torah no es para salvación entonces ¿Para que es?” La respuesta es que la torah no es un medio para alcanzar salvación; sino la norma de santidad en la que tienen que andar los hijos de Elohim que hemos alcanzado la salvación por la fe en Yeshua. La observancia de los mandamientos de la torah no son la CAUSA o la CONDICION para nuestra salvación, sino EL RESULTADO de nuestra salvación. La salvación es un regalo que El Eterno da a todo aquel que confía en el sacrificio de Yeshua. Sin embargo, lo que se espera de alguien que ha sido regenerado por El Eterno es que después ande en los mandamientos de Dios.
Guardamos la torah no para alcanzar salvación, sino porque YA LA HEMOS alcanzado, y nuestro deseo es obedecer a Elohim nuestro padre con amor y respeto.
Como ejemplo podemos ver el caso de nuestro pueblo Israel ¿Qué fue primero, la redención de Egipto por medio del cordero de pesaj (pascua) o la entrega de la torah en el monte Sinaí?
Primero vino la salvación, luego cuando el pueblo era ya libre de Egipto, Adonay dio la torah para que viviésemos justa y piadosamente delante de él. Esto es exactamente el plan de Adonay para todo creyente en el cordero de Elohim que quita el pecado del mundo: Primero somos salvos de la pena y del poder del pecado por la sangre de Yeshua, y luego debemos vivir rectamente delante de él según los mitzvot (mandamientos) de la torah. Salvos por gracia y santificados en los mandamientos de la torah.
Incluso Shaul de Tarso exhibió dicho orden cuando expresó: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”. (Tito 2:11) ¿Que viene primero? La salvación por gracia ¿Y después? La santificación en la torah, donde están los mandamientos para vivir sobria, justa y piadosamente.
Este orden puede ser apreciado en las fiestas de peregrinaje que El Eterno dio a nuestro pueblo Israel. La primera era Pesaj (Pascua), la segunda era Shavuot (Pentecostés) y la ultima Sukot (tabernáculos). La primera fiesta era un recordatorio de la salvación de Egipto por medio del cordero pascual, la segunda es recuerdo de la entrega de la torah pues cae en la época en que la torah fue dada. La última, recuerda que nuestros padres después vivieron en tabernáculos en el desierto y anuncia nuestro futuro tabernáculo en la resurrección. El proceso de redención sigue ese mismo orden: Salvación (Pesaj), Santificación (Shavuot) y resurrección (Sukot).
De esta manera, podemos comprender porque el cristianismo ha tenido éxito al llevar la buena nueva de salvación, pero lastimosamente ha experimentado, en algunos casos, un libertinaje tan galopante. Se ha dado el énfasis a la salvación, pero al declarar abolida la torah, se ha perdido la objetividad y claridad de las normas de santidad. La medicina para el legalismo es la gracia, pero la medicina para el libertinaje es la torah. Debido a eso el salmista dice de la torah en el salmo 119:9 “¿Con que limpiara el joven su camino? Con guardar tu palabra”.
Para que los creyentes de origen gentil puedan cumplir óptimamente su propósito espiritual y profético, deberán volver a las raíces hebreas de su fe. Esto conlleva guardar los mandamientos de la torah que apliquen a ellos (No todos los mandamientos de la torah aplican a gentiles, como es el caso de la circuncisión. Los mandamientos básicos que aplican a los no judíos se conocen en el judaísmo como: “Los siete mandamientos de los hijos de Noé”. Estos son: no idolatría, no blasfemia, no asesinar, no robar, no fornicación, no comer sangre y establecer tribunales de justicia. Para mas información lea el estudio “¿Una sola ley?”) Y cumplir junto con sus hermanos judíos la misión de ser “sal de la tierra y luz del mundo.”
Es nuestra oración que este estudio haya causado un despertar en ti, recuerda que El Eterno te ama y tiene normas de santidad en las que debes de andar para obedecerle de todo corazón. Nos encantaría tener la oportunidad de ayudarte en tu crecimiento espiritual ahora que has recibido el regalo de la salvación y conoces el propósito de Adonay a partir de ahora: Tu santificación (1a Tesalonicenses 4:3,7).
Con Bendición
Isaac Bonilla