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13 May, 2020

Parasha Behar

Levítico 25:1-26:2

Haftara: Jeremías 32:6-27

Shemitá y Yovel: Reposo, libertad y restauración

¿Quién no ha oído la frase “Año sabático”? “Necesito un año sabático” decimos algunos, aludiendo a necesitar un descanso largo para restablecer plenamente todas nuestras fuerzas. Esta noción de un descanso largo, completo, duradero está basado en la parashá de esta semana, en donde vemos los dos años más importantes de la nación de Israel: El año de Shemitá y el año de Yovel (Jubileo).

La parashá de esta semana, únicamente consiste de 57 versos y su tema más relevante es el descanso de la tierra en un ciclo de 7 años, y el año de jubileo, donde habría proclamación de libertad a personas sometidas a servidumbre, recuperación de tierras de patrimonio ancestral y descanso. El año de Shemitá y el año de Yovel, son dos aspectos de mucho interés en la Torá. Pretendemos en este breve comentario, abordar los aspectos más básicos de ellos y su mensaje para nuestras vidas.

La Torá introduce estos años diciendo:

“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para El Eterno. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para El Eterno; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra. Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer. Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.” (Levítico 25:2-10)

La Torá nos habla de dos años importantísimos para el pueblo judío: El año conocido como “Shemitá”, el cual es de reposo para la tierra donde no se siembra ni se siega, y el año de Yovel. El año de Yovel consiste en libertad a personas que habían caído en servidumbre, la recuperación de casas o terrenos que alguien había vendido por una situación adversa, todo esto, agregado al reposo de  la tierra. Estas leyes deberían de ser observadas dentro de la tierra de Israel únicamente y por eso la Torá declara al introducir estas leyes:

“Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy” (25:2)

Desde un punto de visto agrario, la Torá procuraba tener normas de equidad entre los hijos de Israel, no fomentando la esclavitud perpetua sino reduciéndola a siete años (Exodo 21:1-2). Si había un año de Jubileo dentro de esos siete años, el que se había vendido como esclavo, salía libre. Además intentaba una norma de balance social y económico en la sociedad, al permitir a personas que vendían sus propiedades por motivos adversos, recuperarlas. En una sociedad agrícola, nadie vendería su heredad, salvo por causas de emergencia y de adversidad; en este aspecto, la Torá permitía tiempos para redimir la heredad, y de no darse, salía en el jubileo y retornaba a su dueño original, tal como está escrito:

“Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra. Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido. Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate, entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión. Mas si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.” (Levítico 25:24-28)

La justica, benevolencia, equidad, bondad son reflejadas en estas leyes como en pocos lugares al mismo tiempo. Además de ello, algo más era requerido de la nación para poder vivir en semejantes estándares de observancia y bendición: Total fe y confianza en El Eterno.

Se necesitaba tener total confianza en El Eterno para poder dejar de hacer trabajos agrícolas todo un año con la plena certeza que El Eterno bendeciría a la nación. Si Israel vivía en estos estándares de santidad, la tierra sería lo más cercano a un paraíso edénico.

Toda la evidencia señala que los años de Shemitá y Yovel no fueron observados en su gran mayoría, incluso se nos afirma en el libro de Crónicas, que en gran medida el exilio babilónico vino por la falta de observancia de estos años y la terrible injusticia que imperó en la antigüedad, tal como está escrito:

“Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los Persas; Para que se cumpliese la palabra de El Eterno por la boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.” (2 Crónicas 36:20-21)

Para El Eterno estos años eran de suma importancia, pues le permitían glorificar su nombre en Israel, dando provisión en abundancia, al ver que la nación cumplía con sus obligaciones de pacto y nación sacerdotal. Lastimosamente, las leyes no fueron observadas.

Los años de Shemitá y de Yovel aluden a la era mesiánica de igual manera que el Shabbat Semanal. Como el talmud nos dice: “El shabbat es una sexagésima parte del mundo por venir” (Berajot 57b). El Shabbat semanal, con su reposo, dedicación al estudio de la Torá, alabanza a Dios y sentido de paz es una sombra del milenio, la era mesiánica, el reino de los cielos.

De igual manera, el año de Shemitá presagia al reino mesiánico: Tal como en el año de Shemitá, la tierra misma daba a comer a todos, en la era mesiánica, gran prosperidad de la tierra habrá para saciar el hambre de todos, tal como se dice:

“En aquel día, dice El Señor de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.” (Zacarías 3:10).

La tierra volverá al estado optimo y no se necesitarán grandes trabajos para hacerla producir; en un sentido “lo que nazca de si”, nos alimentará a todos ¡Qué gran bendición ha preparado El Eterno en su reino! ¡Cuán agradecidos y ansiosos debemos estar para alcanzar los días del Mesías y la renovación de la tierra!

Como podemos ver, cada “Shabbat” señala un aspecto de la era mesiánica y añade más información a esos días tan gloriosos que todo creyente debe añorar diciendo: “¡Venga tu reino!”. Debe de ser nuestro ardiente deseo, poder adelantar el establecimiento de su reino, haciendo buenas acciones, llevando las buenas nuevas de redención del Eterno en Yeshúa y amando verdaderamente al Eterno y nuestro prójimo.

El año de Jubileo también retiene otro aspecto de la era Mesiánica: En la era mesiánica, la servidumbre de Israel y el dominio de los pueblos gentiles terminará. Israel será nuevamente una nación soberana con la teocracia más justa que se haya visto sobre la tierra. El Rey Mesías gobernará con equidad, justicia y bondad a todas las naciones desde Jerusalén. Jerusalén y el templo se convertirán en el anhelo de todas las naciones para aprender los caminos del Dios de Israel, tal como se nos dice:

“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de El Eterno como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de El Eterno, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la Torá, y de Jerusalén la palabra de El Eterno. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.”(Isaías 2:2-4)

“Yo publicaré el decreto; El Eterno me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.” (Salmo 2:7-8).

Además de esto, el pueblo judío como un todo, volverá a su tierra ancestral, de la misma manera que la persona que vendía su propiedad, volvía en el año de Jubileo, tal como se nos dice:

“Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.” (Isaías 11:12)

“No obstante, he aquí vienen días, dice El Eterno, en que no se dirá más: Vive El Eterno, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto; sino: Vive El Eterno, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.” (Jeremías 16:14-15)

“Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones.” (Ezequiel 36:28-30).

La era mesiánica será el periodo de tiempo más glorioso de todos, el rey Mesías enseñará la palabra del Eterno a Israel, y este al mundo entero, la paz perdurará, habrá prosperidad de la tierra y una profunda santidad, justicia y equidad.

¡Quiera El Eterno que añoremos ese tiempo y lo haga venir prontamente y en nuestros días!

¡Shabbat Shalom!

Isaac Bonilla

22 Nov, 2019

Parasha Jayei Sara 5780

Bereshit 23:1-25:18

     Pocos son los humanos que pueden alcanzar el nivel de carisma; un amor claro y sincero por las personas, como lo expresaron Abraham y Sara. Según la tradición judía, eran personas dedicadas a hacer el bien al prójimo. Los midrashim cuentan como su tienda fue construida con cuatro entradas que estaban abiertas para atraer invitados de todas partes, cualquier viajante cansado era bienvenido, (1) esto dando a entender, que eran tsadikim (justos) que siempre estaban pendientes de los demás para ayudar en lo que estuviera a su alcance.

La recompensa de su justicia haría de ellos los padres de una multitud de personas. Abraham es el padre del pueblo judío y de los justos de las naciones; por otro lado, Sara es la matriarca por excelencia, y una de las mujeres más grandes dentro de la historia bíblica, una mujer que a pesar de todo siempre estuvo con su esposo y lo acompañó a cada uno de sus viajes y aventuras a través de toda la vida del patriarca.

Abraham dejó su tierra y Sara también, él abandonó la idolatría de su pueblo y ella también, Abraham fue a la tierra de Canaán y también Sara. En sus días hubo hambre y Abraham descendió a Egipto y allí vivió una de las pruebas más grandes cuando el faraón secuestró a Sara, pero eso no la privó de seguir el camino de fe que su esposo había emprendido. Y como si eso no hubiera sido poco, fue secuestrada una segunda vez y en esta segunda ocasión sería Abimelec rey de Gerar.

Después de “la prueba de fuego” que sería la décima de las pruebas a las cuales fue sometido el patriarca, llegamos al momento de la muerte de Sara, y allí es donde vemos solo a Abraham después de años de estar juntos. Ahora había llegado el momento de decir hasta pronto a la vida de aquel matrimonio de Justos (tsadikim). Hoy la Torá nos narra la muerte de Sara al inicio de la Parashá y finaliza con la muerte de Abraham Avinu.  Y son esos dos acontecimientos que marcaran el rumbo del estudio de esta semana.


“Y vivió Sara ciento veintisiete años; estos fueron los años de la vida de Sara. Y murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y Abraham fue a hacer duelo por Sara y a llorar por ella.” (Bereshit 23:1-2 LBLA)

En esta Parashá la Torá comienza hablándonos de la vida de una mujer que ha muerto, una gran paradoja. La Torá comienza diciendo los años que vivió Sara, luego y sin mayores detalles dice: Y murió Sara. Pero a pesar de todo hay algo maravilloso en este relato, ya que hay más vida que muerte. Si somos acuciosos notaremos que, en el primer versículo de esta porción semanal de la Torá, encontramos en dos ocasiones la frase: Jayei Sara (Las vidas de Sara). Esto es muy interesante porque la Torá da más realce a la vida de Sara, que a su muerte.

Y aún más interesante es que, es la primera vez que se menciona la edad en la cual muere una mujer, en su caso más preciso: Sara. Y es por la forma como la Torá enumera sus años de vida que los sabios han extraído valiosa información para nosotros. Esta sección de la Torá comienza de la siguiente manera:

“Vayihyú Jayei Sará, mea shaná, veesrim shaná, vesheva shanim, shenei Jayei Sará.” Si el texto hebreo lo traducimos de manera literal quedaría de la siguiente manera: “Los días de las vidas de Sara fueron, cien año, y veinte año, y siete años, los años de las vidas de Sara”

Llama mucho la atención que el texto mencione tres veces: shaná “año” (dos veces en singular y uno en plural [años “shanim”]; y un cuarto de manera compuesta: Shenei “los años de”) siendo honestos con la Escritura esto no es nada novedoso, ya que esta manera de hablar es parte del estilo bíblico y lo mismo sucede cuando la Torá narra la muerte de Ismael (Bereshit 25:17). En el caso particular de Sara, esta fragmentación de los años de su vida ha generado ciertos comentarios para elogiar la vida de la matriarca. Por ejemplo:

Rabí Iosef Dov Soloveitchik Z”L explica que la grandeza de Sara y su rol dentro del pacto de la comunidad puede ser entendido por las palabras de Rashí: ella tenía 100 años, ella tenía 20 años, ella tenía 7 años.  La mayoría de las personas pasan de un período de su vida a otro, dejando atrás el período anterior, quizás llevando con ellas algunas memorias.  Cada una de estas edades – 100, 20, 7 – tienen algo único.  La edad de 7 tiene inocencia; la edad de 20 tiene fuerza; la edad de 100 tiene sabiduría.  El secreto de la grandeza de Sara era que a través de toda su vida ella tuvo 100 y 20 y 7.  (2)

Y fue a los 127 años de la vida de Sara que llegó el momento, que le llega a todo hijo de Adam: la muerte. Fue una vida de muchos desafíos, desaciertos, pero al final tuvo el regalo más grande que el cielo le dio: un hijo. Sara una mujer estéril (Bereshit 11:30) y si queremos añadir amarillismo, la Torá dice que ya le había cesado la costumbre de las mujeres (Ibíd. 18:11), y todo esto generó una amalgama de emociones que generaron dudas, pero a pesar de todo; esto hizo que el milagro de la concepción de Isaac fuera más grande y de mayor gloria.

A los noventa años de su vida dio a luz a Isaac y este sería el mayor regalo del cielo, el milagro más grandioso y su vida quedaría marcada desde allí en adelante. A pesar de esto, Sara tuvo luchas espirituales a lo largo de su vida y la escritura no los esconde para que nosotros podamos aprender de ellos; hoy hablaremos de dos de ellos: Agar y la duda.

Una persona y un sentimiento serian lo que pondrían un toque gris a la vida de la matriarca, quizás la duda sería un factor que generó desesperación por ser madre y tomó la idea de darle a Abraham a su sierva Agar y que posteriormente seria su “talón de Aquiles”. Ya que ella misma noto que Agar “la miraba con desprecio” (Bereshit 16:5) y reconoció que no fue la mejor decisión.

Más adelante en su historia la duda minó una vez más su corazón y no creyó a la palabra del ángel quien llegó para anunciar el nacimiento de Isaac, ella se rio y cuestionó los factores humanos: la edad de su esposo y su “menopausia”; serian gigantes que se levantaban en su contra, pero la palabra tenía que cumplirse y a pesar de esos pensamientos que minaban su mente, el poder del mensaje de los ángeles cambió su perspectiva de lo Divino: “Acaso habrá algo imposible para Dios?” (Ibíd. 18:14).

Como hemos visto hasta aquí Sara tuvo una vida llena de emociones y de retos que confrontaron su fe, pero que al final todo rindió frutos para bien, fue la esposa que estuvo en cada momento con Abraham, y sobre todo se convirtió en la madre de Isaac, el hijo de la promesa; el hijo que sería el epitome de su fe.

Sara experimentó muchos acontecimientos tristes en su vida, pero no se dejó vencer por ellos, a pesar de un par de decisiones con las cuales tuvo que lidiar en su vida, la gran mayoría los aceptó con alegría, tanto lo bueno como lo malo. Es por eso que Rashí dice que todos sus años fueron iguales en bondad: “shavim letová” (iguales en bondad) significa que, aun cuando se enfrentaba a situaciones difíciles y poco placenteras, siempre decía: “Gam zu letová” (esto también es para bien). (3)

Y esta frase quizás nos recuerde lo que dijera un Rabino del primer siglo, para animar a los creyentes de la comunidad de Roma, a todos aquellos que habían reconocido la gracia que se había derramado a través del Mesías. Es la misma palabra para los creyentes de nuestro siglo, el mismo poder y el mismo ánimo que dio a los creyentes del primer siglo es la misma palabra que tenemos que recibir para llenarnos de confianza a los que amamos a Dios como está escrito:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.” (Romanos 8.28 RV95)

Todo ayudó para bien en la vida de la matriarca como bien lo dice Rabí Hirsch: “La mudanza desde su terruño hacia Canaán, los años de esterilidad, las veces que fue raptada, la guerra, la mala conducta de Agar e Ismael y en particular, el desafío de recibir huéspedes diariamente en su hogar en forma sostenida. ¿Cuál sería la homilía indicada? Solamente la que cuenta la propia Torá: “Cien años, veinte años y siete años” en cada etapa de su vida, Sara hizo lo que debía hacer en cada aquella etapa. No necesito hacer nada especial para ser recordada. Los justos no necesitan monolitos ni pirámides, pues sus acciones son el medio por el cual son recordados.” (4)

La muerte de Abraham

En esta Parashá no solamente encontramos la muerte de Sara, sino también las Escrituras nos narran el deceso del patriarca. Según lo descrito por la misma Torá: “Abraham era viejo, bien avanzado en años; y el Eterno había bendecido en todo a Abraham” (Bereshit 24:1 RV95). Que epitafio más hermoso seria que en cada una de nuestras tumbas se escribiera: “El Eterno lo bendijo en todo.”

Abraham había recibido bendición de todo tipo, en todo y de todo; quizás no había ningún rubro en el cual la bendición del Eteno no haya llegado. Las mismas Escrituras dan testimonio de su riqueza, cuando declaran que era muy rico, en ganado, plata y oro (Bereshit 13:2). Y a pesar de su condición económica y su estatus dentro de la sociedad era una persona bondadosa.

Como dicen los sabios de Israel: “Hubieron justos que poseyeron riquezas en este mundo por las cuales no se les privo de su recompensa en el  Olam Habá (mundo venidero), porque utilizaron lo que poseían  leshem shamayim (en nombre del cielo)” (5)

Este sano equilibrio entre riquezas y bondad; entre fortuna y humildad; entre prosperidad y fe. Fue lo que hizo la diferencia y lo catapultó al reconocimiento mundial como un hombre justo (Tsadik). Su fe y amor al Eterno quedo demostrado, pues a cada lugar que Abraham llegaba edificaba un altar, además de todo lo dicho con antelación, Abraham era un adorador. Las riquezas y la prosperidad no lo privaban de adorar al Eterno, y eso -y otras cualidades- lo hicieron grande, entre todos los protagonistas de la Biblia. He aquí algunos calificativos dados a Él, en la escritura:

  • Profeta (Bereshit 20:7)
  • Príncipe de Dios (Ibíd. 23:6)
  • Amigo de Dios (Isaías 41:8)
  • Padre del pueblo de Israel (Isaías 51:2; Juan 8:56)
  • Padre de todos los creyentes en Yeshúa (Romanos 4:11; Gálatas 3:29)

Esto y mucho más fue lo que hizo de Abraham un gigante de la fe, y mejor aún como todos lo conocemos: el padre de la fe. Pero también sabemos que no fue fácil llegar hasta el pódium en donde ahora está su nombre. El camino no fue fácil, pero pudo andar en el cómo lo dice el profeta: “los camino del Eterno son rectos, por ellos andarán los justos.” (Oseas 14:9)

Antes de morir, Abraham se apresura como es su costumbre (hacerlo todo con diligencia) a buscar esposa para su hijo Isaac. Y después del relato en donde Isaac encuentra esposa la Torá narra que Abraham toma otra mujer con quien concibe seis hijos; pero a pesar de todo, es a Isaac a quien hereda todos sus bienes.

Es aquí donde llegamos al final de la vida del patriarca y las Escrituras narran su final:

“Los días que vivió Abraham fueron ciento setenta y cinco años. Exhaló, pues, el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años; y fue reunido a su pueblo.” (Bereshit 25:7-8 RV95)

Que el Eterno permita que nuestras vidas tengan un propósito y un sentido y que acabemos nuestra carrera en buena vejez y llenos de vida como fueron los últimos días de Abraham, nuestro padre en la fe. Y se cumpla lo que está escrito:

“Estimada es a los ojos del Señor la muerte de sus santos.” (Salmo 116:15)

Notas:

  1. Midrash Bereshit Rabá 48:9
  2. Rabí Ari Kahn, Comentario a la Parashá jayei Sara
  3. Rabí Moshé Bogomilsky, Hablaras de Torá, Pág. 83
  4. Rabí Shimshom Rafael Hirsch, Comentario a la Parashá Jayei Sara
  5. Tiferet Tzion
    
    

    Bajo las alas del Dios de Israel

    Francisco Hidalgo

31 Oct, 2018

Yitzjak Lichtenstein: Judío ortodoxo, talmudista y creyente en Yeshúa hasta la muerte.

La idea común en nuestro mundo concerniente al pueblo judío es simplemente: “Los judíos no creen en Jesús”, más que diferenciar al pueblo judío por el Shabbat o por la torah, la distinción más rápida, fuerte e inmediata es la no creencia en Jesús.

Al mismo tiempo, ser cristiano es reconocer la mesianidad de Jesús y su rol suficiente en la salvación eterna. De ahí que, en la opinión popular no se puede creer en Yeshua (Jesús) sin ser cristiano y no se puede creer en él sin dejar de ser judío. ¿Será posible creer en Yeshua (Jesús) sin ser cristiano y siendo judío? Dos palabras nos dan la respuesta: Isaac Lichtenstein.Isaac Lichtenstein nació el 9 de Abril de 1825, un séptimo día de panes sin levadura en Nikolsburg en una familia judía ortodoxa, en 1850 se convirtió en un rabino de distrito en Tapiószele, Hungría. Era un celoso rabino ortodoxo amado por su congregación. El Rabino tuvo su primer encuentro con el nuevo testamento cuando un maestro judío le acercó una biblia con el Nuevo testamento incluido. Lichtenstein lo reprendió y le quitó el libro confinándolo por aproximadamente treinta años a la esquina de su librera.

En 1882 un escándalo tocó profundamente a la comunidad judía en Hungría. Una niña de 14 años desapareció de su villa en Tiszaeszlar, días antes de Pesaj. Un rumor comenzó a circular: “Los judíos la secuestraron, la mataron ritualmente y usaron su sangre para comer matzah”. Además de ser uno de los rumores más ridículos de la historia, era un mito común en esas épocas.

Una gran campaña antisemita estalló contra los judíos en Hungría, en el parlamento se hablaba de expulsarlos a todos. Incluso un niño judío de 5 años fue sobornado y obligado a declarar sobre el asesinato de la niña. Los cristianos que guardaban antisemitismo en su corazón destaparon lo peor de su interior.

El cargo se debilitó cuando un rio exhibió el cuerpo de Ester (la niña de 14 años que había desaparecido) sin señales de violencia. Lichtenstein había sido víctima de antisemitismo en su niñez cuando un hombre golpeó a su padre por no hacerle espacio para pasar; además de eso fue víctima de pedradas en más de una vez al dejar la sinagoga. El escándalo de Tiszaeszlar parecía ser la confirmación del odio y antisemitismo de Jesús y los cristianos. Lichtenstein diría en un libro:

“¿Qué impresión puede un judío formarse de una religión cuyos confesores sostienen tal decadente sospecha?” (Two letters. Citado de “The everlasting Jew”, Jordan Levy y Daniel Lancaster, ffoz, 800-775-4807, www.ffoz.org, pág. 11. Traducción libre).

La verdad salió a la luz y el caso fue cerrado como muerte natural. Algo que llamó profundamente la atención de Lichtenstein fue la tenaz defensa, que algunos cristianos hicieron de los judíos. El erudito Franz Delitzsch por ejemplo, citando el nuevo testamento, llamaba a un cambio de actitud hacia los judíos.

Lichtenstein profundamente impactado, decidió averiguar por si mismo ¿Quién era el verdadero Jesús? El Rabí Húngaro tomó el mismo nuevo testamento que había decomisado hace más de treinta años y su vida jamás fue la misma. Hasta el día de hoy recordamos sus impresiones al leer los registros apostólicos: “Buscaba espinas y encontré rosas; descubrí perlas en lugar de guijarros, en lugar de odio amor, en lugar de venganza perdón” (judaism and Cristianity. Citada de “The everlasting Jew”, Jordan Levy y Daniel Lancaster, ffoz, 800-775-4807, www.ffoz.org, pág. 13. Traducción libre).

Poco tiempo después, Lichtenstein privadamente hizo inmersión en nombre de Yeshua él solo. Desde ahí se consideró discípulo del gran rabí galileo.

A pesar de mantener su creencia oculta, en un Shabbat Lichtenstein menciona la frase “sepulcros blanqueados” y finalmente anuncia públicamente su fe en Yeshua. El escándalo estalló por esa declaración.

Nuestro buen Rabino es llamado a Budapest y se presenta ante un Bet Din, los integrantes son: Rabbi Samuel Kohn, Rabí Meyer Kayserling Y Rabí Samuel L’w Brill. Los tres al unisonó le decían ¡Retráctate! Lichtenstein respondía: “Caballeros, con mucho gusto me retractaré si me convencen que estoy equivocado”. Kohn respondió: “No es cuestión de convencimiento, sino todo lo que debes hacer es retractarte”.

Lichtenstein no se retractó y al ver que no podían doblegarlo, Kohn le sugirió bautizarse y unirse a una iglesia y declararse cristiano. Lichtenstein le respondió: “No tengo intención de unirme a ninguna iglesia”, el había encontrado en Yeshua “El verdadero judaísmo” y no la razón para abandonar a su pueblo

Toda su vida rechazó el bautismo cristiano y murió como judío ortodoxo, nadie le quito su puesto de rabino, su gente lo siguió amando y renunció a su oficio de rabino por su avanzada edad y su salud; sin embargo siguió manteniendo su titulo con la comunidad aunque ya no era su encargado.

El papa oyó de él y le envió su representante ofreciéndole grandes cosas, él rehusó esta y todas las demás ofertas de unirse al cristianismo y dejar de ser judío, él dijo: “Me mantendré en mi nación, amo a Cristo y creo en el Nuevo Testamento; pero no me uniré a la cristiandad. Así como el profeta Jeremías, después de la destrucción del templo, a pesar de las generosas ofertas de Nabucodonosor y el capitán de su ejército, escogió en su lugar mantenerse y lamentar entre las ruinas de la santa ciudad y con el despreciado remanente de sus hermanos” (Ibíd., pág. 24).

Nuestro incansable Rabí enfrentó valientemente toda la persecución por su fe y su familia (su esposa e hijos) vinieron a creer en Yeshua también. El murió en 1908 en un Hoshana Raba, su tumba está en el cementerio judío de Budapest. Su inscripción dice: “Aquí yace y también se levantará, nuestro maestro el rabí Yitzjak Lichtenstein (pueda su recuerdo ser bendito) que dejó este mundo en el día de Hoshana Raba y fue enterrado en Simjat Torah 5669”.

Lichtenstein no conoció en sus días ninguna congregación de judíos creyentes en Yeshua, él se sentiría muy feliz al ver el rápido crecimiento del movimiento que él impulsó. Todos los judíos creyentes en Yeshua, recuerdan al célebre y sabio Rabí Lichtenstein.

Hay ciertas cosas que debemos destacar sobre Él, las cuales son grandes enseñanzas para todo el cuerpo del Mesías.

  1. Su positivo concepto de los registros apostólicosA menudo escucho en círculos mesiánicos que cuentan con teologías superficiales, frases que tienden a socavar la confiabilidad de los registros apostólicos (conocidos como Nuevo testamento). El hecho que la critica textual e histórica ha revelado que hay fragmentos pequeños que son añadidos tardíos que no formaban parte de los manuscritos originales, ha creado una fobia en estos círculos. Algunos tienden a ver con menosprecio a dichos escritos y los ven con una confiabilidad reservada. Por otro lado, están los anti-misioneros que indican que ningún judío que lea el “Nuevo testamento” por si solo encontrará judaísmo. Lichtenstein es un testimonio de la ingenuidad de ambas cosas, él siendo un rabino leyó los escritos apostólicos sin la influencia cristiana antisemita que lo rodeaba e hizo la siguiente descripción de ellos:“Había pensado que el Nuevo testamento era impuro, una fuente de orgullo, de egoísmo arrogante, de odio, de la peor clase de violencia. Pero mientas lo abría, me sentí particular y maravillosamente. Una repentina gloria, una luz, resplandeció en mi alma. Buscaba espinas y encontré rosas” (Judaism and christianity Citado de “The everlasting Jew”, Jordan Levy y Daniel Lancaster, ffoz, 800-775-4807, www.ffoz.org, pág. 13)
  2. Su noción de que un judío creyente en Yeshua, no debe dejar de ser judíoUn error muy popular entre los judíos que no creen en el mesiazgo de Yeshua, es que todos los judíos creyentes en él y los no judíos que los siguen en el movimiento mesiánico, desean que los judíos dejen de ser judíos y se conviertan a otra religión. Esto es entendible por el pasado, en donde el judío fue sometido a un esfuerzo constante de “des-judaización”. Sin embargo, el miedo es simplemente eso: miedo infundado. A pesar de que algunos judíos tristemente han dejado de practicar la torá que es parte fundamental del pacto ancestral con Dios, esto no significa que sea lo deseado ni la universalidad en el movimiento. Esta no fue la intención ni de Yeshua ni de sus emisarios.Creo que Isaac Lichtenstein no pudo expresar mejor esto. Cuando a él se le dio la opción en múltiples oportunidades de bautizarse y unirse al cristianismo y dejar de ser judío, la rechazó siempre. En uno de sus libros él dice:“¿Israel cesará de ser una nación cuando al final reconozcamos en el Mesías a nuestro redentor y Rey? ¿Debemos entonces nosotros ser absorbidos en la cristiandad, y habrá un fin a nuestro pueblo divinamente santificado? ¡De ninguna manera!” (ibíd. 85)

    Lichtenstein entendió perfectamente el mesianismo de Yeshua: El judío debe de seguir siendo judío, debe de observar la torah más celosamente que nunca, el no judío no debe de guardar todo lo que el judío hace, sino los aspectos universales de la Tora. El férreo testimonio del rabí talmudista hasta la muerte, rechazando el bautismo cristiano y quedándose en el seno del judaísmo, es un testigo al mundo del verdadero mensaje de Yeshua para judíos y gentiles.

  3. Su defensa de los jajamim del talmudEn algunos círculos cristianos y mesiánicos se trata a la tradición de Israel legada por los rabinos como “la levadura farisaica”. El concepto negativo se basa en malinterpretaciones del talmud, por la generalización de opiniones particulares y otros errores a la hora de arribar al talmud. Lichtenstein hizo un libro llamado “The talmud on trial” en donde explica algunos pasajes talmúdicos malinterpretados y defiende a la viva tradición de Israel. Su ejemplo es un testimonio de la relación que debe de haber con el talmud en los creyentes en Yeshua, y de lo falso que es el cargo anti misionero que dice que los discípulos de Yeshua buscan destruir el judaísmo.
  4. Su defensa de los “verdaderos cristianos”En nuestros días, hay muchos creyentes criados en iglesias cristianas que se desencantan con el cristianismo por las creencias erróneas que pululan por los aires de las iglesias (teología del reemplazo, antinomianismo, teología de la prosperidad, emocionalismos frenéticos, sentimientos anti-Israel, etc). Estas personas se atraen por el movimiento mesiánico y automáticamente convierten al cristianismo en su blanco de ataques. Absolutamente todo lo que tenga que ver con los cristianos es “pagano”, “cristiano”, “algo de roma” y quien sabe cuántas cosas más.Aunque es cierto que el cristianismo tiene fallas históricas que recientemente se empiezan a corregir, tampoco es cierto que sea un sistema totalmente corrompido por el error. Muchos cristianos son creyentes en Dios, con una sinceridad y santidad muy altas. No es sano que se arremeta tan intensamente contra un movimiento que ha sido usado por El Eterno para diseminar su palabra en el mundo. ¿Hay muchos cristianos hipócritas? Pues sí, virtualmente en cada movimiento humano hay personas que no viven por el estándar que dicen vivir. Sin embargo, también están los que no son hipócritas, los que representan lo mejor del cristianismo y que son personas sinceras con las que se puede dialogar en un ambiente serio y de respeto.Lichtenstein entendió perfectamente que el cristianismo tenía ciertas cosas malas y que en el pasado había hecho muchas cosas malas. Al mismo tiempo entendió que había personas entre los no judíos que estaban en el cristianismo, en donde el amor, la bondad y la santidad eran innegables. En los días de Lichtenstein habían judíos ateos y no por ello el condenaría al sistema llamado judaísmo por individuos que no daban el ancho. El compara a esos judíos “de nombre solamente” con los cristianos que son únicamente “de nombre”.

    El rab dice: “Pero les digo sobre la autoridad del pleno sentido del Nuevo testamento, que los cristianos que no aman a cada uno, aquellos cuyos corazones no palpitan el amor y hermandad por su prójimo, sin importar su clase o raza, que son vengativos o hacen mal de cualquier clase, son cristianos en nombre solamente” (ibíd. 84)

    Lichtenstein recuerda a sus hermanos judíos los orfanatos, instituciones benéficas sin ningún lucro, hospitales con fines sociales, obras de beneficencia, etc. Todo el bien que ha sido hecho por esos cristianos que en realidad viven la parte ética de la torah y de la enseñanza de Yeshua. El pregunta ¿De dónde salió esto? ¿De dónde salió esto en el mundo gentil?, esto no se conocía en la Grecia ni en la Roma previa a Yeshua. El legado positivo de Yeshua en el mundo gentil es innegable. Cada vez que un cristiano hace algo mal, no es porque Yeshua lo mandó, es porque él no es consistente con su Maestro. La ética, la moral, las altas enseñanzas de Yeshua han tenido un impacto en el cristianismo que no se puede ignorar.

    Lichtenstein tenía claro que el cristianismo no es para judíos, el judío debe de seguir observando el estilo de vida de la torah y la comunidad de Israel. Sin embargo, si consideraba que el cristianismo (una vez purificado de los errores históricos) podría ser un movimiento sano entre los no judíos.

    Nuestra misión no es sepultar al cristianismo, sino ensenar a todo creyente no judío, a cumplir nuestro rol juntamente con Israel en compañerismo y no en rivalidad, en complemento y no en reemplazo, en amor y no en odio, en confianza y no recelo.

Conclusión

La vida del rabí Yitzjak Lichtenstein es un ejemplo de múltiples cosas: entrega, coraje, sinceridad, fidelidad a la Torah y a Israel, el amor a Yeshua, mente equilibrada, bondad, auto sacrificio. Sería bueno que en cada Hoshana Raba (el séptimo día de la fiesta de Sukot) todos los creyentes judíos y no judíos recordaran un momento a aquel gran hombre, pionero incansable de la fe en Yeshua dentro del judaísmo. Aquel que hizo posible que hoy haya un movimiento que lo respeta y sigue con más fuerza que nunca.

Gracias a El Eterno nos regocijamos en Hoshana Raba junto al rabí Húngaro que sacó “aguas con alegría de las fuentes de Yeshua (salvación)” (Isaías 12:3)

Con bendición
Isaac Bonilla

20 Dic, 2021

Parasha Shemot

Haftará: Jeremías 1:1-2:3

Resumen de la parasha: Los hijos de Israel se multiplican en la tierra de Egipto, faraón ve con mucho peligro esta realidad pues podrían llegar a ser una amenaza militar, si llegaran a apoyar a una fuerza invasora. Los egipcios imponen dura servidumbre sobre los hijos de Israel, quienes edifican las ciudades de almacenaje para faraón. Los hijos de Israel continúan multiplicándose y Faraón llama a las parteras de las hebreas para que no dejen con vida si el hijo es varón. Las parteras desobedecen a faraón y son bendecidas por Elohim. Faraón legisla tirar a todo hijo de los hebreos al rio. Moisés nace, pero es preservado por su Madre por tres meses, luego de ese tiempo lo pone en una arquilla a la orilla del rio, la hija del faraón recoge al niño y lo cría y le pone por nombre “Moshé” porque de las aguas lo sacó. Moisés crece e intenta liberar a sus hermanos, él mata a un egipcio que arremetía contra un hebreo, pero es descubierto después por un hijo de su pueblo, quien amenaza con decir a Faraón. Moisés huye a la tierra de Madian, y cuida el ganado de su suegro Yitro. El ángel del Eterno aparece a Moisés en una zarza que arde pero no se consume, ahí es comisionado para sacar a los hijos de Israel de Egipto, Moisés se opone pero finalmente se presenta delante de los ancianos de Israel y del faraón. Faraón rehúsa dejar ir al pueblo diciendo que el no conoce a El Eterno, y que es por causa de estar ociosos que el pueblo está inventando cuentos como el de Moisés. Faraón recrudece la esclavitud e impone la misma carga laboral pero sin dar la paja necesaria. El pueblo se queja con Moisés y Aarón por haber hecho enojar al Faraón. Moisés cuestiona a El Eterno por lo sucedido y Él responde: ” Ahora verás lo que haré al Faraón”.

“De Egipto llamé a mi hijo”.

 En esta parashá, El Eterno dice a Faraón: “Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.” (Éxodo 4:22-23). Dentro de las muchas cosas que podemos comentar de esta parasha me gustaría comentar este pasaje juntamente con el pasaje de Oseas 11 donde se dice: “De Egipto llamé a mi hijo” (11:1).

A menudo los anti-misioneros cuestionan la legitimidad de Yeshúa como Mesías con argumentos muy variados; obviamente la gran mayoría busca socavar la confiabilidad de los registros apostólicos, conocidos como “Nuevo Testamento”. Podríamos diferenciar incluso entre categorías de ataques a los escritos apostólicos y dar una clasificación.

En esta ocasión quisiera presentar un famoso caso de un ataque de anti-misioneros (la mayoría, ex cristianos que negaron a Yeshúa y buscan ser reconocidos por el judaísmo tradicional), este es, el uso que Mateo da al pasaje de Oseas 11:1 y que se encuentra en una categoría que yo llamaría: “Ataques sobre el uso que los apóstoles hacen del Tanaj“.

A menudo Oseas 11 es usado por los anti-misioneros, para poder “probar” que los escritos apostólicos hacen un uso “abusivo” y “tendencioso” del Tanaj (conocido como “Antiguo Testamento”). El ataque consiste en hacer creer que “Los escritores del Nuevo testamento sacan de contexto los pasajes de las escrituras hebreas para su propio beneficio”.

Este ataque no debe de tomarse a la ligera por aquellos que tenemos un gran concepto de la escritura, incluyendo a los registros apostólicos. Si bien es cierto, no es siempre sano responder a los anti-misioneros, pues la mayoría, no tiene dudas honestas y su objetivo es la crítica destructiva sin el más mínimo deseo de siquiera considerar la posición contraria. Sin embargo, no me gustaría dejar de comentar esto para aquellos que oyen de estos ataques, y que se preguntan con sinceridad como se puede explicar con racionalidad lo que apuntan.

Consideremos a Oseas 11:1 y la cita que Mateo hace de él:

“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.”

“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” (Mateo 2:13-15).

Claramente podemos percatarnos que en un sentido literal parece haber una discrepancia: Oseas está hablando de Israel, mientras que Mateo aplica el verso (que habla de Israel) a Yeshúa saliendo de Egipto de donde había huido por causa de Hordos (Herodes).

Al ver esto, los anti-misioneros arremeten diciendo: “¡Lo ven! ¡Ahí lo tienen!, claramente Mateo está sacando de contexto el verso, el escritor no sabía que eso no era una profecía mesiánica y abusa del texto descontextualizándolo”.

¿Es cierto el ataque? ¿En realidad Mateo no sabía lo que estaba escribiendo y cometió ese error tan garrafal? ¿Podría haber una explicación alternativa? ¿Habrá una explicación que, haciendo uso de las leyes de interpretación rabínica, explique la conducta literaria de Mateo?

Algo que refleja mucha deshonestidad de la mayoría de Anti-misioneros es su “doble moral teológica”. ¿A que nos referimos con “doble moral teológica”? Al hecho que dichas personas juzgan a los escritos apostólicos con criterios increíblemente injustos y que no son aplicados a otros escritos judíos como el TaNaJ, el Midrash o el talmud.

Si esto viniera de ateos o de Agnósticos, tendría todo el sentido del mundo ya que ellos rechazan estos escritos al considerarlos una colección de libros humanos comunes y corrientes. Sin embargo, cuando viene de personas que profesan una identidad judía, el ataque es a menudo parcial y con injusticia.

Por ejemplo, si nos hiciéramos la pregunta ¿Hay alguna fuente rabínica que aplique pasajes similares (como el de Oseas) al Mashiaj (Mesías)? O ¿Existe una línea de razonamiento que justifica esas citas? Es aquí donde el ataque comienza a retroceder y vemos el inicio de su fin.

El Mesías es considerado como el “Israelita por excelencia”, el Mesías es la encarnación de lo que Israel debería y quiere llegar a ser. En él, Israel cumplirá su misión de ser luz a las naciones como está escrito: “Yo El Eterno te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones” (Isaías 42:6).

El Mesías es la encarnación de todos los aspectos positivos del pueblo judío, él es, por así decirlo, la “encarnación de la judeidad en su máximo nivel espiritual”. Es debido a eso que, en un sentido, el Mesías representa o simboliza a la totalidad de Israel, incluso son conceptos muy parecidos en la escritura, por que comparten un título muy especial y que Mateo ocupa para hacer “similitud de expresiones”: Hijo de Dios.

De ahí, que en cierto sentido, Israel y el Mesías comparten muchas cosas y tienen paralelos interesantes. Esto ha llegado a ser expresado en términos muy elocuentes no por autores cristianos ni por judíos creyentes en Yeshúa; sino por Rabinos ortodoxos.

Por ejemplo, Rab. Shelomo Astruc comentando Isaías 53 dice:

“Él llama al Rey Mesías “Mi siervo” hablando como uno que él envió. O el puede llamar al pueblo entero como dice arriba “Mi pueblo” (Isaías 53:6): Cuando el habla del pueblo, el Rey Mesías está incluido.; y cuando habla de el Rey Mesías, el pueblo está comprendido con él”. (Rab Shelomo Astruc, “The suffering servant of Isaiah according to the Jewish interpreters” pág 129. Citado de “Messiah Journal 107, Man of sorrows, Daniel Lancaster, First Fruits of Zion, 800.775.4807, www.ffoz.org.”)

Israel y el Mesías comparten los títulos de “Mi siervo” y también de “Primogénito” e “Hijo”. En un sentido cuando se habla de Israel hay una alusión al Mesías, al ser este el Israelita por excelencia.

Esto puede verse en la literatura rabínica en donde los sabios consideraron ciertos pasajes que claramente se refieren a Israel, como alusiones mesiánicas. Ellos de manera Midrashica (Del hebreo “Midrash”, una manera judía de buscar alusiones y paralelos en la escritura y utilizarlos de manera homilética) aplican pasajes que hablan del pueblo judío al Mesías. Consideremos uno de los ejemplos más claros, esto es, el Midrash Yalkut Shemoní hablando sobre el Mesías e Isaías 53. Ahí leemos:

“Las palabras concernientes a “Mi siervo” son dichas ya en la Torah, los profetas y los escritos. ¿Dónde en la Torah? [Como se dice en Exodo 4:22] ‘Israel es mi hijo, mi primogénito’. ¿Dónde en los profetas? [Como se dice en Isaías 52:13], ‘He aquí mi siervo prosperará’ y cerca [en Isaías 42:1], ‘He aquí mi siervo, yo le sostendré’. ¿Dónde en los escritos? [Como se dice en el Salmo 110:1], ‘Dijo El Eterno a mi Señor’ y [en el Salmo 2:7], ‘El Eterno me ha dicho tu eres mi hijo’ ” (Yalkut Shmoní II 621).

Como podemos percatarnos, claramente el Midrash aplica al Mesías las palabras de Exodo 4:22 que hablan de Israel. Esto debido al mismo concepto: Israel y el Mesías comparten dos títulos: “Mi siervo” y “Mi hijo” y por tanto son similares y hay paralelos entre ellos.

Es debido a razones similares, que Mateo aplica lo dicho por Oseas sobre Israel, a Yeshúa. El está utilizando las reglas de interpretación judía para trazar correctamente la biblia. El no está, como los anti-misioneros aseveran apresuradamente, abusando del texto sino que simplemente ve en él, una fuerte alusión Mesiánica. El relaciona el término “Mi hijo” para hacer la relación entre Israel y el Mesías; la lógica es que como ambos comparten ese título, lo sucedido a Israel tiene fuertes alusiones mesiánicas (Esto es llamado en hebreo “Guezera Shava”, que traducido es “Similitud de expresiones”, una conocida ley de interpretación rabínica).

Veamos en el siguiente cuadro, las similitudes que Mateo tiene en mente:

Israel Llamado “Mi hijo” En su nacimiento sufre por causa de un rey tirano (Faraón) Ocurre un asesinato de niños (Ordenado por el faraón) Es librado por el Eterno de Egipto después de la muerte del Rey
Yeshúa Llamado “Mi hijo” En su nacimiento sufre por causa de un rey tirano (Herodes) Ocurre un asesinato de niños (Ordenado por Herodes) Es librado por el Eterno de Egipto después de la muerte del Rey

 

Debido a estas similitudes, Mateo observa que lo que había acontecido en el nacimiento de la nación Israelita en Egipto, estaba sucediendo de nuevo en la vida del Israelita por excelencia, esto es Yeshúa el Mesías.

Es teniendo esta alusión en mente que Mateo usa el pasaje. El no niega el significado literal de lo que Oseas dice, simplemente aplica el texto como una alusión mesiánica por sus paralelos, en el mejor estilo rabínico.

Es por ello que, el reclamo de los anti-misioneros es completamente falso: O ellos ignoran que Mateo está haciendo algo dentro de los parámetros de la interpretación judía, o lo saben y simplemente tienen una objeción sentimental contra Yeshúa. En la mayoría de las ocasiones esto es muy triste pues arrastra personas que no tienen las herramientas suficientes para explicar este y otros casos.

Yeshúa es el Israelita por excelencia, en él todas las promesas del Eterno son “Si” y “Amen”, él es el Mesías hijo de Dios, que viene del pueblo que fue llamado “Mi hijo” por El Eterno. Él es el primogénito de la resurrección, salido del pueblo llamado “Mi primogénito” por Hashem. Él es el siervo máximo de Dios, proveniente del pueblo que ha servido al Eterno desde su fundación.

Mateo no elimina el claro y llano sentido literal del pasaje de Oseas 11:1. Claramente ahí se habla del pueblo judío viniendo de Egipto. Mateo simplemente añade una alusión mesiánica al sentido literal del pasaje sin anularlo. El nacimiento del pueblo judío era un presagio de la historia del Mesías, tal como se ha dicho en el proverbio judío: “Los hechos de los padres son portentos para los hijos”.

Conclusión.

Después de ver el pasaje de Mateo dentro de su contexto, descubrimos que no es para nada un uso ilegitimo del pasaje de Oseas, El nunca niega la literalidad del pasaje, sino que observa un poderoso parangón en la historia de Israel y Yeshúa, ambos saliendo de Egipto. El pueblo “Hijo del Eterno” salió de Egipto y el Mesías “Hijo del Eterno” sigue el mismo patrón.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:12).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

 

¡Shabbat Shalom!

Isaac Bonilla

14 Dic, 2021

Parasha Vayehi

Haftara: 1 Reyes 2:1 – 12

     Resumen de la parasha:Jacob vive 147 años en total, disfrutando de 17 años al lado de Yosef en Egipto, antes de morir llama a Yosef y le hace jurar que lo enterrará en la cueva de Macpela junto a Abraham, Sara, Yitzjak, Rebeca y Leah. Yosef le jura que lo hará y luego lleva a sus dos hijos para que Jacob los bendiga antes de morir. Jacob no solamente los bendice sino que hace un acto de adopción de los dos niños, con el fin de darle una doble ración de tierra a Yosef, pues Rajel murió prematuramente y él quiere darle la mayor cantidad de tierra posible. Jacob bendice a los niños pero intercambia sus manos dando a Efraín la bendición del primogénito a pesar de la insistencia de Yosef. Jacob indica que en Israel se bendecirá diciendo: “Hagate Elohim como Efraín y Manasés”. Jacob pide a sus hijos que se acerquen para bendecirlos antes de morir y da una bendición a cada uno con respecto a los días venideros. Jacob muere y los egipcios le hacen luto. Yosef sube a enterrarlo acompañado de muchos egipcios. Los hermanos de Yosef se preocupan temiendo que ahora que Jacob murió, este tomará venganza. Yosef los tranquiliza hablando a su corazón y diciéndoles que él no está en lugar de Dios y que él lo encaminó todo para bien. Yosef muere a los 110 años y hace jurar a sus hermanos que llevarán sus huesos cuando Elohim los visite.


 

“Shiloh: El titulo Mesiánico por excelencia”.

En esta semana arribamos a la ultima parasha (porción) del libro de Bereshit (Génesis), esta parasha marca el fin de la vida de Ya’akov y el inicio de la vida de los hijos de Israel antes de su esclavitud. Si hay algo muy importante en esta parasha, es la profecía que Jacob da a sus hijos antes de morir. Se nos dice que en estas profecías él revelaría: “lo que os ha de acontecer en los días venideros”.

Dichos oráculos de Jacob tienen suma importancia pues revelan aspectos que habrían de acontecer a las tribus de sus hijos en los días del porvenir. Un Midrash nos dice lo siguiente:

     “A dos hombres se les reveló el fin; es decir a Ya’akov en Bereshit 49:1, “…Para decirte lo que te acaecerá en los últimos días” y a Daniel, Y en este tiempo será librado tu pueblo…pero tu Daniel sella las palabras…” (Bereshit Raba 98:3)

En esta ocasión hablaremos sobre la profecía dada a Yehuda, tribu de quien llegaría a ser el cetro de Israel y quien daría los reyes a Israel iniciando con el hombre conforme al corazón de Dios: David. En esta parasha, Jacob usa un título muy curioso que ha producido muchas interpretaciones sobre su significado: Nos referimos a Shiloh, el titulo Mesiánico por excelencia en la Torah.

Leemos en la Torah:

     “No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Shiloh; Y a él se congregarán los pueblos.”(Génesis 49:10)

¿A quién se refiere el titulo? ¿Qué significa Shiloh? ¿Cuál es la importancia de este pasaje de la Torah para los creyentes en Yeshua? ¿Qué podemos aprender de este título y su trascendencia?

La opinión judía casi universal, es que este título se refiere al Mesías. Muchas fuentes judías identifican a Shiloh con el Mesías. Las razones son lógicas: Está relacionado con el cetro y el legislador por excelencia que vendrá de Judá, y además, los pueblos se congregarán ante él. Estas dos razones son suficientes para la identificación certera.

En el talmud leemos: “El nombre del Mesías es Shiloh, como está escrito: Hasta que venga Shiloh [Génesis 98b]”. (Sanedrín 98b).El Targum (paráfrasis aramea de la Torah) de Onkelos vierte el pasaje de la siguiente manera: “Hasta que venga el Mesías, de quien es el reino”.

El Midrash tanjuma también identifica a Shiloh con el Mesías junto con la gran mayoría de comentaristas judíos. Es pues indudable que Shiloh es una referencia para describir a aquel hijo de David, raíz de Judá, a quien pertenece el imperio, el poder y a quien Hashem ungiría por Rey de Israel y del mundo.

Ahora ¿Qué significa Shiloh? Una gran cantidad de especulaciones se han dado en torno al significado de Shiloh, sabemos que se refiere al Rey Mesías, sin embargo no hay consenso en que significa el titulo.

Por ejemplo, Rashi hace una comparación entre Génesis 49:10 y el Salmo 76:11 y explica que “Shiloh” en realidad es una palabra compuesta de dos raíces: “Shei” y “lo” que significa algo como “Regalos para él”, esto es una referencia a los regalos que las naciones traerían al Mesías, tal como está escrito:

     “Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.”(Salmo 72:10).

Un Midrash yemenita relaciona la palabra con “Shalva” que significa “tranquilidad” refiriéndose a la completa paz que habrá en el reino mesiánico, donde Israel gozará de reposo y las naciones andarán a la luz del Eterno, tal como se nos dice:

     “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Yeshayahu [Isaías] 11:6).

El Yalkut relaciona la palabra con la frase “Don de Hashem”, otras fuentes traducen Shilo como “de quien es el derecho (al trono)”. Al tener “Shiloh” una similitud con numerosas palabras o frases hebreas no se puede tener el 100% de certeza de lo que significa. Sin embargo, una cosa es segura: todas las identificaciones conllevan al Mesías.

El titulo es quizás el más explicito de toda la Torah con respecto al Mashiaj, su relación con la profecía mesiánica dada a Judá y el cetro, hacen de Shiloh una referencia explícita sobre la esperanza del futuro rey de Israel que gobernaría a Israel y haría que las naciones se congregaran por él.

Ahora ¿Qué importancia tiene para nosotros la profecía sobre shiloh? Podríamos hablar sobre diversas cosas en este tema, pero nos centraremos en una sola, una que considero una piedra angular y un testimonio solido de la mesianidad de Yeshua: La obediencia de los pueblos.

Así como los pueblos habían ido a Yosef para ser liberados de la muerte por hambre, Jacob promete que las naciones (en hebreo “Amim”) se congregarán a la luz del Mesías y lo obedecerían. La obediencia de millones y millones de gentiles a lo largo de los tiempos, es una evidencia invaluable de la mesianidad de Yeshua nuestro Mesías y Salvador.

El Midrash (Bereshit Raba 99:8) relaciona la profecía de Shiloh con lo escrito en Isaías 11 donde leemos:

     “Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa” (Isaías 11:10).

El profeta Isaías habla de este tema un poco adelante también describiendo al Mesías como puesto por “pacto al pueblo y luz de las naciones” (Isaías 42:6). En el capítulo 42 de su libro dice:

     “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su Torah.” (42:1-4).

El Mesías, comenzaría todo un proceso y no descansará hasta que establezca en la tierra justicia, de él se nos dice: “las costas esperarán su ley”.

Pensemos por un momento ¿Quién ha sido el judío que más gentiles ha atraído a la biblia en toda la historia? ¿A qué judío las naciones reclaman como su Rey y su legislador ético y moral? ¿Qué judío ha tenido la influencia mundial para que digamos que los pueblos lo obedecen? ¿Qué judío con sus palabras logró hacer un mundo más humano al transformar la vida de sus seguidores y acercarlos al Dios de Israel? Solo hay un nombre para todas estas respuestas: Yeshua El Mesías, el verdadero Shiloh a quien personas de todas las naciones sirven, han servido y servirán.

Yitzjak Lichtenstein (no confundir con Yehiel Tzvi Lichtenstein, el “Even Zohar”), célebre rabino húngaro que reconoció a Yeshua como Mesías en el siglo XIX y que se mantuvo siendo un judío observante de Torá, reflexionando sobre la influencia moral de Yeshua en los cristianos, declaró a sus compatriotas judíos:

      “Ya sea lo reconozcamos o no, nosotros estamos caminando en la luz que Yeshua ha derramado sobre el mundo, y ahora disfrutamos de los frutos de su venida como salvador… ¿Por qué es que tanto es hecho para el alivio de los pobres? ¿De dónde vienen las casas para los pobres y los ancianos, los orfanatos, los hospitales, las incontables instituciones para aliviar el dolor de los que sufren y para la sanidad de los enfermos, para el alivio de los miserables y abandonados? ¿No son todos estos elocuentes testigos del amor y amabilidad de los cristianos? ¿Dónde se originó? Nunca fueron conocidos en Grecia o Roma” ((Entreating the Jewish People. Citado de “The everlasting Jew”, Jordan Levy y Daniel Lancaster, ffoz, 800-775-4807, www.ffoz.org, págs. 81-82. Traducción libre).

Rab. Lichtenstein está en lo correcto: lo reconozcamos o no, Yeshua ha cambiado el mundo, con su ética, su ejemplo, sus palabras llenas de grandeza y sabiduría, su alto estándar de moral. Antes de Yeshua el mundo era de una forma y después de él, su influencia nunca ha podido ser superada.

Cierto es que no todos sus seguidores viven de acuerdo a sus enseñanzas sino únicamente profesan creer en él; sin embargo, esto no quita su influencia en los que si son verdaderos seguidores de nuestro Mesías.

Es más que increíble poder presenciar que aquellas palabras que un modesto carpintero galileo pronunció hace 2000 años aún resuenan entre nosotros con poder: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24:35).

La profecía de Jacob toma vida delante de nuestros ojos: Shiloh, a quien pertenece el derecho de gobernar, a quien se le otorgaron y se le otorgarán presentes, el don de Dios para todo el mundo, quien traerá la paz mundial en su segunda manifestación ha venido y vemos su más poderosa señal de influencia: Los pueblos se congregan a su luz.

Yeshua ha logrado algo insuperable en el mundo no judío al hacer que los gentiles se acerquen más que nunca al Dios de Israel; incluso Maimonides no tuvo más que aceptar que:“Jesús de Nazaret ha pavimentado el camino para el Mesías”.

Todos nosotros, judíos y gentiles creyentes en él, somos los primeros frutos de esa profecía, somos un cumplimiento parcial de su increíble influencia ética, moral y espiritual, somos los seguidores del Rey de reyes y Señor de señores.

Las profecías tanto de Jacob como de Isaías tendrán un cumplimiento asombroso y total en la era Mesiánica, cuando el Mesías venga a liberar a Israel de sus enemigos y a recompensar a aquellos que nunca renunciamos a ser sus seguidores, a los que fuimos lavados con su sangre y quienes le esperan todos los días y lo honran como el salvador de sus vidas.

En esa época, Jerusalén será la cabeza de las naciones y los gentiles andarán a su luz tal como está escrito:

     “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de El Señor como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de El Señor, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de El Señor. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” (Yeshayahu [Isaías] 2:1-4).

     “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de El Eterno, como las aguas cubren el mar.” (Yeshayahu [Isaías] 11:9).

      “Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.” (Yeshayahu [Isaías] 60:3-5)

Mientras eso sucede tenemos la misión de proclamar arrepentimiento y perdón de pecados en su nombre a toda la humanidad para hacer que más personas puedan experimentar la regeneración de su alma y la dádiva de la vida Eterna. La vida nueva y en abundancia que Yeshua da no puede esconderse sino compartirse.

Uno de los ensayos que mejor resume la poderosa influencia y la vida que Yeshua da a toda la humanidad, dice lo siguiente:

     “Hace más de mil novecientos años, nació un hombre contrariamente a las leyes de la vida. Este hombre vivió en la pobreza y fue criado en la oscuridad. No hizo grandes viajes. Solamente en una ocasión cruzó el límite del país en el cual vivía; eso fue durante su exilio en la niñez. No poseía riquezas ni influencias. Sus parientes eran gente común, y no tuvo preparación ni educación formal. Durante la infancia provocó pánico a un rey; en la niñez dejó asombrados a los doctores; en su edad adulta rigió el curso de la naturaleza, caminó sobre las aguas como sobre el pavimento, y aquietó el embravecido mar. Sanó a las multitudes sin medicina y no cobró por sus servicios.

     Nunca escribió un libro, y sin embargo todas las librerías del país no podrían dar cabida a los libros que se han escrito respecto de él. Nunca escribió una canción, y sin embargo él ha provisto tema para más canciones que todos los escritos de canciones juntos.

     Nunca fundó un colegio, pero todas las escuelas reunidas no pueden jactarse de tener tantos estudiantes. Nunca dirigió un ejército, ni enroló un soldado, ni disparó un fusil; sin embargo, ningún líder ha tenido más voluntarios que, bajo sus órdenes, hayan hecho que más rebeldes amontonen sus armas y se rindan sin disparar un tiro.

     Nunca practicó la psiquiatría, sin embargo, ha sanado más corazones quebrantados que todos los doctores, de cerca y de lejos… Los nombres de los orgullosos estadistas del pasado en Grecia y en Roma han venido y se han ido. Los nombres de los científicos, filósofos, y teólogos del pasado, han venido y se han ido; pero el nombre de este Hombre crece cada vez más. Aun cuando el tiempo ha derramado mil novecientos años entre la gente de esta generación y la escena de su crucifixión, sin embargo él todavía vive. Herodes no pudo destruirlo, y la tumba no pudo retenerlo”. (The incomparable Christ citado en “Evidencia que exige un veredicto”, Josh McDowell, Editorial vida, 1982, págs. 137-138)

Yeshua es sin lugar a dudas, la más grande influencia moral, ética y espiritual que ha pisado el planeta tierra. Es un orgullo tenerlo como el Maestro y Señor de nuestras vidas y esperar cada día su pronta manifestación donde veremos el rostro del “más hermoso de los hijos de los hombres”.

     ¡Que sea prontamente y en nuestros días! ¡Maranata!

JAZAK, JAZAK VENITZJAZEK!!!! (¡FORTALéCETE, FORTALéCETE Y SEAMOS FORTALECIDOS!)

Shabbat Shalom!
Yitzjak

10 Dic, 2021

Parasha Vayigash

Bereshit (Génesis) 44:18 – 47:27

Haftara: Ezequiel 37:15 – 28

Resumen de la parasha: Judá se acerca a Yosef para hablar con él y persuadirlo de no tomar a Benjamín, él expone que Jacob morirá si Benjamín no vuelve debido a que es el único hijo de Rajel que queda y que lo ama mucho. Judá se ofrece como siervo en lugar de Benjamín por no ver el mal que vendría sobre su padre a raíz de no verlo. Yosef no soporta más y manda a que todos salgan del lugar, Yosef llora y se revela a sus hermanos diciendo: “Yo soy Yosef”, sus hermanos están turbados delante de él sin hablar una sola palabra. Yosef hace que se acerquen diciéndoles que no les haría daño pues fue el plan de Dios para preservar vida. Yosef manda a sus hermanos a informar a su padre, el espíritu de Jacob revive y sube a encontrarse con Yosef en un sentimental momento. Yosef instruye a sus hermanos sobre cómo hablar a faraón, estos hablan a Faraón y piden asentarse en la tierra de Goshen. Faraón da su vista bueno. Los años de hambre siguen viniendo y todos van a Yosef por pan quien se los da por dinero, ganado y tierras. Los hijos de Israel moran en la tierra de Goshen donde se reproducen grandemente.


 

“La revelación de Yosef y del Mesías sufriente”.

No estaría exagerando al llamarlo el momento más emotivo, dramático y poderoso del libro de Génesis (Bereshit), pareciese que toda la trama del libro conlleva a este episodio cargado de emociones y de sentimientos encontrados. Culpa, felicidad, asombro, miedo, etc. se juntaron en ese momento en Egipto. Nos referimos precisamente a la revelación de Yosef a sus hermanos.

Yosef había estado probando a sus hermanos para ver si habían cambiado, el plan era fácil: Probaré a mis hermanos para ver si están arrepentidos; si lo están me revelaré a ellos. Para esto Yosef utilizó muchos recursos: Hablar ásperamente, meterlos en la cárcel, retener a uno de ellos, pedir a Benjamín, darle a Benjamín más porción que ellos para ver su reacción, etc.

Yosef añade mil puntos a su anotación de maestro de drama al probar a sus hermanos con la más decisiva y difícil de todas las pruebas: El dice que Benjamín tendrá que quedar con él para siempre, puesto que la copa se halló en su saco. Esto plantea un serio conflicto a los patriarcas, quienes en la superficie tienen dos opciones:

  • No aceptar que Benjamín se quede ahí. Esto provocaría que Tzafnat Paneah (El nombre egipcio de Yosef) se enoje posiblemente y los encarcele a todos causando otro problema mayor: Su familia está a punto de morir de hambre si ellos no regresan con más alimento.
  • Dejar a Benjamín ahí. Esto solucionaría el problema de la comida, pero sería un golpe mortal para su Padre al perder al segundo hijo de Rajel, su amada esposa.

Los patriarcas saben al problema al que se enfrentan y se quedan atónitos ante los hechos; sin embargo alguien rompe el silencio e intercede por Benjamín: Ni más ni menos que Judá quien aconsejó vender a Yosef a Egipto. Las palabras de Judá llegan al corazón de Yosef, él expone lo siguiente:

     “Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu siervo mi padre, si el joven no va conmigo, como su vida está ligada a la vida de él, sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor al Seol. Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre; te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos. Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.” (Bereshit [Génesis] 44:30-34).

Quizás la reflexión o la pérdida de dos hijos, hizo que Judá pensara en la maldad que habían hecho a Yosef, ahora es un nuevo Judá: Preocupado más por su padre que en su predilección por los hijos de Rajel, sinceramente preocupado por Benjamín, lleno de responsabilidad, dispuesto al auto sacrificio y ya no a la auto-gratificación al abandonar a un hermano. Yosef ve su cambio, acciones llenas de coraje y arrepentimiento revelan su cambio.

¿Qué sucede inmediatamente? El corazón de Yosef ya no puede más pues ha conseguido lo que quería y quizás más: Muestras palpables de Arrepentimiento completo y sincero (en hebreo Teshuvá Shelema). Leemos en la Torah lo que sucedió:

      “No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos. Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón. Y dijo José a sus hermanos: Yo soy Yosef; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.” (Bereshit [Génesis] 45:1-3).

Yosef se revela a sus hermanos después de su arrepentimiento; sus hermanos se asombran al no poder creer que aquel gran soberano sobre la tierra sea, nada más y nada menos, que su hermano. Llenos de temor por las represalias que este puede tomar, ni siquiera pueden responderle.

Yosef tranquiliza a sus hermanos diciendo: “Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros un remanente sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.” (Bereshit [Génesis] 45:7).

Yosef dice a sus hermanos que a pesar que ellos habían actuado con mala voluntad, El Eterno tenía un plan en su sufrimiento: Hacer que un remanente sobre la tierra quedara y para dar vida por medio de una gran salvación.

Esto es exactamente lo que ha pasado con Yeshua El Mesías. Durante más de 2000 años Israel como nación no lo ha reconocido aun como Mesías, él ha estado dando vida a una gran cantidad de gentiles que lo han aceptado como “El Señor de la tierra”. Un remanente de Israel ha creído en él, pero como Nación aun no es aceptado oficialmente por los líderes como Mashiaj (Mesías).

El rechazo de la mayoría de Israel paradójicamente ha servido para traer vida con gran salvación a las naciones. Eso es precisamente lo que Pablo escribió a los romanos como está escrito:

      “Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos… Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos 11:11,25).

Los creyentes de origen gentil no deben de jactarse contra Israel porque precisamente por su rechazo del Mesías, El Eterno trajo la salvación a los gentiles retardando la manifestación de la era mesiánica en la tierra. Paralelamente, El Eterno siempre ha preservado un remanente de Israel que ha creído en Yeshua y ha estado encaminando la historia para que al final todo el pueblo judío lo acepte, tal como está escrito:

      “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció…Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.” (Romanos 11:1-2, 5).

Las palabras de Yosef con respecto a posteridad (remanente) y traer vida mediante gran liberación, son exactamente aplicables a la obra que El Eterno ha estado haciendo entre los gentiles y en la nación de Israel.

¿Qué está esperando El Eterno para hacer que Yeshua se revele a su pueblo? Exactamente lo mismo que Yosef: está esperando el arrepentimiento y que la nación de Israel lo aclame diciendo: Bendito el que viene en nombre del Señor, tal como está escrito:

      “y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.” (Romanos 11:26-27).

El arrepentimiento nacional de Israel siempre ha sido, es y será el prerrequisito para la redención final. Los profetas desde Moshé hasta el último de ellos han llevado el mensaje de arrepentimiento para hacer que El Eterno traiga su reino sobre la tierra. Quizás la referencia más famosa está en la Torah, específicamente en el libro de Deuteronomio (Maimonides enseñó que este texto junto a otros dos, son los lugares en la Torá de Moisés donde se habla del Rey Mesías y el reino Mesiánico). Ahí leemos:

     “Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado El Señor tu Dios, y te convirtieres a El Señor tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces El Señor hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido El Señor tu Dios. Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá El Señor tu Dios, y de allá te tomará; y te hará volver El Señor tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. Y circuncidará El Señor tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a El Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.” (Devarim [Deuteronomio 30:1-6] énfasis añadido).

El arrepentimiento es la clave para hacer que el exilio del pueblo judío se acabe, para recoger a los esparcidos y para traer la era Mesiánica a la tierra. Es por eso que, tanto el mensaje de Yeshua, como de Juan el Bautista era el mismo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos (La era Mesiánica) esta a las puertas” (Mateo 3:1-2)

Yeshua dijo a los líderes de Yerushalaim que no lo verían más hasta que lo aclamaran como Rey de Israel, tal como está escrito:

     “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.” (Mateo 23:39).

El profeta Zacarías describe el momento de la manifestación del Mesías en términos de arrepentimiento nacional de una manera muy profunda, ahí leemos:

     “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a él, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.” (Zacarías 12:10-11).

En el momento en que todas las naciones suban contra Jerusalén, el pueblo judío tendrá un arrepentimiento como nunca antes y entonces El Eterno mandará a su Mesías causando el reencuentro más esperado de la historia. Será más grande que el de Yosef y sus hermanos, será más grande que el de Rey David volviendo a Jerusalén después de lo sucedido por Absalón, cuando tuvo que abandonar el trono huyendo por el monte de los olivos (2 Samuel 15-16,19).

El Rey Mesías está esperando el arrepentimiento de Judea para manifestarse a sus hermanos y al mundo como lo que es: El Rey de los judíos. Así como Yosef espero hasta el arrepentimiento de Judá, Yeshua continua esperando al arrepentimiento completo del pueblo judío, incluso hasta en este aspecto, la vida de Yosef es una alusión mesiánica.

En nuestros días estamos siendo testigos del mayor acercamiento al Yeshua judío que se ha registrado desde el siglo primero. Este acercamiento comenzó en los siglos pasados pero lo vemos hoy con una intensidad cada vez más fuerte. Grandes rabinos que creyeron en Yeshua en los siglos pasados y continuaron siendo judíos (Yehiel Tzvi Lichtenstein “El Even Zohar”, Daniel Tzion, Ignatz Lichtenstein, etc) ya no son más extrañas e irrepetibles anomalías.

Consideremos en primer lugar al lado ortodoxo: Yosef Klausner a mitad del siglo XX, llamó a Yeshua alguien “Más judío que Hilel” en muchos aspectos (“Jesus of Nazaret”, Yosef Klausner, Mc Millan, pág. 363-374), Daniel Boyarin, el considerado “Tercer erudito judío ortodoxo más grande vivo”, ha escrito numerosos libros (“The jewish gospels” por ejemplo )con un enfoque bastante positivo hacia Yeshua. ¿Y qué decir de Pinjas Lapide, el judío ortodoxo y diplomático Israelí que aceptaba la resurrección de Yeshua como “un hecho histórico” e incluso escribió un libro sobre ello?

No solamente rabinos ortodoxos se acercan al Mesías, sino también judíos seculares y líderes del judaísmo reformista. Por ejemplo, Rabbi David Zaslow escribió en el año 2014 un libro llamado “Jesus: First century Rabbi” donde discute en términos muy positivos la enseñanza de Yeshua. Cuando discute la posibilidad de que él sea el Mesías Ben Yosef (aunque no el Mesías Ben David) y como esto ha sido considerado por ortodoxos y liberales, él menciona:

     “Rabbi Yechiel Eckstein pregunta: “¿Pueden los judíos y el judaísmo estirarse hasta el punto donde puedan afirmar que Jesús, un judío y un ser humano mortal, fue en alguna manera ‘enviado’ por Dios para traer salvación a los gentiles a través del cristianismo?” La posibilidad de que Jesús fue el Mesías hijo de José ha sido discutida por Rabbi Zalman Schachter-Shalomi y Rabbi Irving Greenberg, entre otros” (“Jesus first century Rabbi”. Rabbi David Zaslow and Joseph A Lieberman, Paraclete Press, 2014. Traducción de autor)

Un judío y de ascendencia sacerdotal, Moshé Cohen Alloro, está pidiendo hacer un nuevo juicio a Yeshua y declararlo inocente y reclamarlo como herencia del judaísmo ¡En estos precisos momentos! El menciona que un pecado que Hashem no perdona es vender por dinero al justo, extrayendo el texto del libro de Amos 2:6. Tanto Yosef como Yeshua eran justos y fueron vendidos por precio, dirá Alloro, y por ello el pueblo judío debe hacer “rectificación”. Lo que estamos viviendo es increíble y nunca antes visto dentro del pueblo judío (Para más información sobre esto ver la página de Alloro http://www.facingeachother.com/)

Algunos ya reconociendo a Yeshua como Mesías, otros como un gran rabino, otros como un profeta, otros como un profeta levantado para salvar a los gentiles, de una forma o de otra el pueblo judío se acerca cada vez más a Yeshua Ben Yosef, de igual manera que Judá “se acercó” a Yosef en esta parasha.

En los días de Yitzjak Lichtenstein, ni siquiera había un lugar en Hungría donde un judío podía creer en Yeshua y continuar siendo un fiel observante de la Torah en compañía de otros judíos creyentes. En nuestros días, tenemos congregaciones de judíos creyentes en Yeshua en muchas ciudades; dichas congregaciones en su mayoría también cuentan con muchos no judíos justos que aprenden cada vez más de las raíces de su fe.

A parte de esto, una gran cantidad de judíos y no judíos de nuestros días, tienen una opinión favorable de Yeshua en altos círculos académicos. En los principales círculos de erudición seria, la “judeidad de Jesús” se está convirtiendo en algo universalmente aceptado. Esto ha sido así desde el inicio de lo que se conoce como “The jewish Reclamation of Jesus”.

Este movimiento comenzó cuando la erudición crítica empezó a darse cuenta de algo: El trasfondo para entender y conocer a Yeshua, no es la cultura grecorromana del siglo I, II, III o IV, ni al comparar a los dichos de Yeshua con las religiones mitológicas antiguas, sino el judaísmo del primer siglo. Grandes mentes como E. P Sanders, Mark Nanos, Magnus Zetterholm y muchos más han demostrado que tanto Yeshua como Pablo deben entenderse en su contexto: El judaísmo del primer siglo.

El doble Ph.D William Lane Craig, considerado uno de los tres más grandes filósofos y apologetas cristianos contemporáneos junto a Alvin Plantinga y Norman Geisler, (Alguien dijo que si nunca has leído nada de estos tres, ¡podría considerarse que nunca has leído sobre lo mejor del cristianismo, sino solo una caricatura del mismo!) dice sobre esto:

     “Ahora, sin embargo, escasamente algún erudito piensa del mito como una categoría interpretativa importante para los evangelios. Los eruditos se dieron cuenta que la mitología pagana es simplemente el contexto interpretativo erróneo para el entendimiento de Jesús de Nazaret. Craig Evans ha llamado a este cambio de posición el “eclipse de la mitología” en la búsqueda de la vida de Jesús…algunas veces este cambio de posición es llamado “La recuperación judía de Jesús”. Dado que Jesús y sus discípulos fueron Judíos palestinianos del primer siglo, es contra ese trasfondo en el que deben ser entendidos” (William Lane Craig, “A reasonable response”, Moody Publishers, pág. 290, énfasis añadido, traducción del autor)

¡Esta no es la voz de un cristiano cualquiera! ¡Es William Lane Craig, quien hace que famosos ateos como Richard Dawkins, no quieran debatir con él por el temor a ser refutados en público de manera apabullante, como lo hizo a Peter Atkins, Hitchens y Sam Harris!

Nuestra generación está experimentando lo que Pablo llamó “vida de entre los muertos” (Romanos 11:15). Hemos visto como el estado de Israel ha sido restaurado, marcando así, un destello de la redención final. Más judíos creyendo en Yeshua y gentiles acercándose al Yeshua judío histórico. Con todo y los problemas en el camino y las malinterpretaciones debidas, la redención final avanza delante de nuestros ojos.

Nuestros días son extraordinarios, tenemos el privilegio de ver cosas que los profetas y grandes justos hubieran deseado ver, creyentes de otras generaciones hubiesen querido ver lo que vemos nosotros. Este gran privilegio requiere una gran responsabilidad, debemos de proclamar más que nunca que El Reino de los cielos, esto es la era y el reino Mesiánico, están más cerca que nunca.

Que El Eterno nos haga merecedores de ver con nuestros propios ojos la venida de aquel que dirá al pueblo judío: “Yo soy Yeshua, no os pese haberme vendido, para salvar muchas almas Dios me envió delante de vosotros, para guardaros posteridad y una gran salvación”.

¡Que sea prontamente y en nuestros días!

Shabbat Shalom!
Yitzjak

04 Dic, 2021

Parasha Miketz

Bereshit (Génesis) 41:1 – 44:17

Haftara: Zacarías 2:14 – 4:7

Resumen de la parasha:Al cabo de dos años El Faraón tiene dos sueños que lo turban grandemente, el primero es de siete vacas gordas que son devoradas por siete vacas enjutas de carne. El segundo es de siete espigas muy hermosas que son devoradas por siete espigas muy feas y marchitas. Nadie puede interpretar el sueño de Faraón, cuando esto sucede el copero se recuerda de Yosef y habla al faraón sobre él. Faraón hace salir a Yosef quien interpreta el sueño: Siete años de abundancia vendrán sobre Egipto y serán seguidos de siete años de hambre terrible. El faraón pone a Yosef sobre todo Egipto por su gran sabiduría y su conocimiento de los misterios de Hashem. Los hermanos de Yosef llegan a comprar comida, Yosef les habla ásperamente y los acusa de ser espías metiéndolos en prisión por tres días. Luego Yosef los libera con la condición que traigan al hermano menor que estaba ausente. Los hijos de Jacob vuelven a Canaán pero Yaakov rehúsa darles a Benjamín al inicio. Después de acabarse la comida, Jacob accede a enviar a Benjamín, los hermanos llevan a Benjamín a Yosef quien organiza un banquete para ellos en donde come y bebe delante con ellos. José pone su copa en el saco de Benjamín para probar a sus hermanos y saber que harán al ver que el otro hijo de Raquel es tomado ¿Lo dejarán a su suerte en Egipto como hicieron con él?


“La exaltación de Yosef”.

Esta parasha es preciosa y nos habla a los empecinados optimistas, esas necias personas que piensan que no importa lo obscuro de la noche, siempre habrá un nuevo y brillante amanecer. En la historia de Yosef la humillación y el sufrimiento inmerecido no podrían ser peores. Sufriendo por simplemente hacer la voluntad de su padre y por informar las maldades de sus hermanos, arrojado a un pozo por sus hermanos, vendido por precio semejante a un esclavo, puesto en casa de Potifar, por retener su santidad fue encarcelado. Estando en la cárcel, interpretó un sueño y al copero se le olvido hablarle a Faraón sobre su caso. Si no supiéramos la historia y su final, y si estuviéramos en el tiempo de Yosef viendo como su vida va de calamidad en calamidad, quizás pensaríamos que le está pasando por ser tan malvado, por ser un impío y que el cielo le está dando su merecido.

O quizás pensáramos que simplemente la fatalidad de la vida se fijo en Yosef, un destino impersonal y ciego lo destino para estar sufriendo sin ninguna razón. Podríamos decir quizás como el necio: “No hay Dios” (Salmo 14:1).

Esta parasha nos habla de cómo el sufrimiento inmerecido de Yosef empieza a finalizar con su ascenso al trono de Egipto, aquel hombre que fue por decirlo así “humillado a la sumo” fue exaltado para fungir como Virrey de Egipto, solamente el faraón estaría sobre él, tal como está escrito:

“Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú” (Bereshit [Génesis] 41:40).

Leyendo la parasha todos sabemos la historia: El faraón tuvo dos sueños que lo turban, uno de siete vacas gordas que salían pero después eran devoradas por siete vacas enjutas de carne. El otro de siete espigas buenas que brotaban pero después eran devoradas por siete espigas marchitas que salían después de ellas. Yosef interpretó los sueños como refiriéndose a un solo acontecimiento: siete años de bonanza que vendrían sobre la tierra seguidos de siete años de hambre.

El faraón quedó atónito sobre la revelación que Yosef tenía y por lo tanto mudo sus vestidos para poner lino finísimo y un anillo sobre su cuello (Génesis 41:42), hizo que la rodilla se doblará ante él (41:43) y lo puso sobre todo Egipto y su casa (41:41) a excepción de él, quien sería el único sobre Yosef (41:40)

Yosef pasó de ser el siervo (esclavo) a ser el virrey de Egipto vestido de lino fino con toda autoridad recibida de Faraón. A pesar de todo el sufrimiento, El Eterno tenía el plan para su vida: la exaltación después de la humillación, ¡Bendito sea su nombre! ¡Bendito es aquel que hace que todas las cosas nos ayuden a bien!

Algo muy similar paso con nuestro Mesías quien se humilló hasta lo sumo siendo un siervo sufriente por todos nosotros, si nosotros hubiésemos estado en sus días probablemente lo hubiéramos considerado como alguien castigado por Dios, tal como está escrito:

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” (Yeshayahu [Isaías] 53:4).

El profeta Isaías viendo proféticamente los sufrimientos del Mesías, lo describe con las palabras “nosotros le tuvimos por herido por Dios y abatido”. La gente común al ver su muerte, lo consideraría como un castigo de Dios dado a él por alguna maldad; sin embargo algo muy distinto estaba sucediendo como en la vida de Yosef: El Eterno estaba permitiendo su sufrimiento para después salvar a muchos.

Es decir, la humillación del Mesías fue tanta que se despojó de todos sus derechos como hijo del Eterno, como el segundo Adam, como aquel que no tenía que morir porque nunca pecó, y se hizo siervo al morir en la cruz por todos nosotros, tal como está escrito:

“se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:8).

Sin embargo, su humillación tuvo un fin, tal como Yosef que fue levantado por Faraón de su humillación para ser exaltado hasta lo sumo. La exaltación del Mesías empezó con su resurrección, cuando el Eterno lo levantó con un cuerpo glorificado (correspondiente al lino fino de los vestidos de Yosef), tal como está escrito:

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,” (Filipenses 2:9).

El profeta Isaías después de decir que el Mesías moriría por expiación por el pecado, dice:

“Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.” (Yeshayahu [Isaías] 53:11-12).

Desde ese entonces, Yeshua ha sido puesto como el Rey del mundo, para que toda rodilla se doble delante de él. El Eterno mismo lo puso en esa posición, someterse al hijo del Eterno, a su Ungido quien ha sido puesto por él, es reconocer su soberanía y traer gloria a su nombre. Es por eso que se nos dice con respecto a Yeshua:

“Para que en el nombre de Yeshua se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Yeshua El Mesías es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11).

Desde su resurrección, su exaltación ha comenzado, toda rodilla se ha comenzando a doblar delante de él. Millones de millones han venido a él, miles de miles han recibido vida eterna en su nombre, miles de miles lo reconocen hoy como la autoridad de sus vidas. Sin duda alguna, Yeshua ha sido exaltado hasta lo sumo y sigue siendo el Señor de todos nosotros. ¡Cuán gran privilegio es ser parte del cuerpo del Mesías que es su congregación!

Su humillación fue necesaria, no porque él estaba pagando algo malo que haya hecho; sino por causa de nosotros. Tal como Yosef atravesó su sufrimiento para a la postre salvar a la humanidad de hambre, Yeshua fue entregado a sufrimiento por El Eterno para salvar al mundo, tal como se dice:

“Con todo eso, El Señor quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento” (Yeshayahu [Isaías] 53:10).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Todos los días, El eterno es digno de ser loado y exaltado por el gran regalo de salvación que nos dio a través de su hijo. Haber sido declarados hijos de Dios (Juan 1:12) y haber recibido perdón de pecados y vida Eterna es el regalo más grande del cielo (Efesios 1:7).

La exaltación del Mesías será completa cuando la humanidad entera lo honre como la autoridad puesta por El Eterno sobre todo el mundo, cuando todo el mundo lo reconozca como el cordero de Elohim que quita el pecado del mundo, y como el Rey de reyes y Señor de Señores.

Yeshua ha sido puesto como el Señor del mundo y todo ha sido puesto bajo sus pies. Cuando se dice que todo fue puesto bajo sus pies, obviamente se excluye al Eterno mismo, quien puso estas cosas bajo sus pies, tal como está escrito:

“Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” (1 Corintios 15:27-28).

Así como Yosef fue puesto sobre todo Egipto exceptuando al Faraón mismo, Yeshua fue puesto sobre toda la creación, exceptuando al Creador mismo. Yeshua reinará sobre toda la creación, exceptuando a aquel que lo resucitó y le dio toda la autoridad sobre Israel y el mundo. Eso se llevará a cabo en la era Mesiánica, donde Yeshua reinará sobre todo el mundo desde Jerusalén y todos los pueblos subirán para aprender de la palabra del Eterno, tal como se nos dice:

“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de El Señor como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de El Señor, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de El Señor.” (Isaías 2:2-5).

Debemos de estar sumamente alegres al haber recibido vida eterna en Yeshua HaMashiaj, el fue humillado pero también exaltado hasta lo sumo. Yosef es el mejor paralelo en la Torah para describir y ver la gloria del Mesías del Eterno. El vendrá para hacer que tengamos un cuerpo como el suyo, el cuerpo de su gloria y para que nuestra humillación también pase para siempre.

¡Que sea prontamente y en nuestros días!


Yosef= Tzafnat Paneah. Yeshua HaMashiaj = Jesucristo.
Muchas veces he oído malentendidos provenientes de algunas personas en el cristianismo y en algunos círculos que se autodenominan mesiánicos. Dichos malentendidos son algo como: “¿Pero ustedes no creen en el Señor Jesús verdad?” o también “¿Son Yeshua y Jesús la misma persona?” e incluso el disparate de “¡Yeshua y Jesús no son la misma cosa porque el ultimo es un ídolo Grecorromano!”.

Hay algo en esta parasha que puede ayudarnos para comprender esto: El suceso donde Yosef es llamado Tzafnat Paneah.

Yosef era un hebreo, un Israelita y tenía la sangre de Abraham en sus venas, su cosmovisión era totalmente hebrea. Cada vez que tenía oportunidad de hablar, decía algo como: “Es Dios el que dará respuesta propicia” o “Dios ha mostrado a Faraón”. Cuando se refirió a la tierra donde sus padres habitaban, lo hizo diciendo: “fui hurtado de la tierra de los hebreos” (Génesis 40:15). A pesar de que su familia aun moraba en la tierra de Canaán como extranjera y aun la conquista Israelita no se daba, Yosef creía en las promesas dadas a sus padres.

Su nombre era hebreo y el significado de su nombre también hebreo, el mismo que había sido dado por su madre. Sus hermanos eran hebreos y su lengua era el hebreo, incluso su aspecto era el de un hebreo.

¿Qué sucedió con él en Egipto? El Faraón mudo su nombre a un nombre Egipcio y le hizo lucir como egipcio, tal como está escrito:

“Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.” (Génesis 41:14)

“Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea.” (41:45).

De esta manera, sus hermanos no pudieron reconocerle cuando lo vieron después, para ellos ahí estaba Tzafnat Paneah (según algunas fuentes significa “Revelador de misterios” o incluso según otros “Salvador del mundo”), el señor de la tierra, el hombre que les hablaba ásperamente y no podían concebir la idea de que esa persona era su hermano. Su aspecto era gentil, su lenguaje era gentil (Yosef incluso puso un traductor para que no se sospechara de eso), su nombre era gentil; por lo tanto ¿debía ser un “No hebreo” verdad?

Sin embargo lo que ellos desconocían era que ese mismo hombre de apariencia egipcia era ni más ni menos que su hermano, Yosef, al que habían vendido a Egipto. Así que Yosef y Tzafnat Paneah eran una misma persona, pero con aspectos diferentes o visto de maneras distintas.

¿No es esto exactamente lo que ha pasado con Yeshua el Mesías? El mundo entero le conoce como Jesucristo, un nombre que le fue dado por sus seguidores de habla griega al ser la transliteración más cercana al hebreo (Para más información sobre los nombres “Yeshua” y “Jesús” ver el artículo que se encuentra en el link, ahí se habla del uso de “Iesous”) Significa Jesus he aqui el caballo?

Así como Yosef recibió un nombre gentil y un aspecto gentil a tal grado que sus hermanos no lo reconocieron (42:8), Yeshua recibió un nombre griego “Jesucristo” y la cristiandad tradicional lo ha hecho lucir de muchísimas maneras, todas menos como un judío. El mundo entero ha estado promocionando un Jesús que ha venido a abolir la Torah y habla cosas “ásperas” contra el pueblo judío.

Todo esto es parte del plan del Eterno, así como Yosef salvó una gran cantidad de gentiles bajo el nombre de Tzafnat Paneaj dándoles comida y obteniéndolos para el Faraón; de igual manera, Yeshua ha estado salvando muchas almas bajo el nombre “Jesucristo” y adquiriéndolos para la única autoridad sobre él: El Eterno Dios de Israel.

Por ello es totalmente nefasto, cuando ciertos sectores de poca profundidad en la escritura y en la historia, dicen que Jesús es un personaje totalmente distinto al Rabí Yeshua de Nazaret. Ambos son exactamente el mismo personaje histórico. Cuando Tácito, Plinio el Joven, Josefo, Mara Ben Serapio, y otros, hablan sobre “Jesús”, ellos se refieren al rabino que camino las calles de Judea y Galilea. Yeshua y Jesús son dos maneras para referirse a la misma persona, la primera preserva óptimamente su legado judío y nos recuerda que significa su nombre: Salvación, esa salvación que él ha estado dando desde que fue exaltado y resucitado por El Eterno.

El hecho que Yeshua haya tenido un nombre gentil y que haya gentiles que lo vean con una cosmovisión griega, sorprendentemente es parte del plan de Hashem. Ese hombre que aparentemente habla cosas ásperas contra el pueblo judío, en realidad ama a sus hermanos y en los últimos días su identidad judía empieza a ser restaurada. El se está revelando cada vez más a su pueblo, y paulatinamente, muchas cosas son entendidas por sus seguidores no judíos, al considerar sus palabras bajo un contexto judío.

El finalmente se mostrará a sus hermanos cuando todos le digan: “¡Bendito el que viene el nombre del Señor!”


Yosef y Yeshua: cualquier similitud NO es pura coincidencia II
A continuación presentamos más similitudes entre Yosef y Yeshua de Nazaret, los paralelos son increíbles y hablan poderosamente a nosotros para darnos cuenta de las grandezas de la Torah. Yeshua cumple ser el perfecto Mashiaj Ben Yosef pues su vida fue asombrosamente similar a la del patriarca. Hashem ideo ambas historias, levanto a los dos para salvar al mundo y a los hijos de Israel y por tanto trazó su historia de manera muy similar.

  • En Yosef reposaba el espíritu de Elohim para revelar misterios y hablar grandes cosas (Génesis 41:38). En Yeshua también estaba el Espíritu de YHWH tal como está escrito: “Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca” (Lucas 4:17-22).
  • El faraón dijo a Yosef que él tenía conocimiento, sabiduría e inteligencia dadas por el Espíritu del Eterno, tal como está escrito: “Y dijo Faraón: Puesto que Dios te ha hecho saber (del hebreo Da’at “conocimiento”) todo esto, no puede haber entendido (de la raíz hebrea de Binah “inteligencia”) ni sabio (Del hebreo Jojmah, sabiduría) como tú” (Génesis 41:39).
    De igual manera Yeshua, recibió el espíritu del Eterno quien le dio espíritu de sabiduría (Jojmah), inteligencia (Binah) y conocimiento (da’at), tal como está escrito: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu del Señor; espíritu de sabiduría (Jojmah) y de inteligencia (Binah), espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento (Da’at) y de temor del Señor.” (Isaías 11:1-2)
  • El nombre de Yosef fue cambiado por el rey del mundo de ese entonces a un nombre gentil, Tzafnat-Paneaj (Génesis 41:45). A Yeshua también se le cambió su nombre hebreo Yeshua HaMashiaj por el nombre griego, esto es “Jesucristo”.
  • Yosef tenía 30 años cuando empezó su trabajo público (Génesis 41:46). Yeshua también tenía 30 años cuando empezó su ministerio público, tal como está escrito: “Yeshua mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años”(Lucas 3:23)
  • Yosef sació el hambre de todas las naciones (Génesis 41:57). Yeshua también ha alimentado a los gentiles durante 2000 años y lo hará en los últimos siete años de la historia en la semana 70 profetizada en Daniel 9:27.
  • Los hermanos de Yosef lo daban por muerto ya que ellos lo habían vendido a los gentiles (Génesis 42:13). La mayoría de Israelitas piensan que Yeshua murió y nada puede hacer por ellos, ignoran que Yeshua su rey está vivo salvando la vida de los gentiles.
  • Sus hermanos no reconocieron a Yosef cuando lo vieron por primera vez convertido en el Señor de la tierra (Génesis 42:8). De igual manera, los lideres de Israel no reconocieron a Yeshua como Mesías, y gran parte del pueblo judío aun no lo reconoce como su Mesías (Juan 1:11, Romanos 11:25)
  • Yosef vio el fruto de su aflicción después de todo su sufrimiento (Génesis 41:52). Yeshua también después de su humillación y su sufrimiento, vio el fruto de la aflicción de su alma, tal como está escrito: “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”(Isaías 53:11).

Esperemos los días en donde veremos al Mesías Ben Yosef revelarse a sus hermanos, tal como Yosef se reveló a los patriarcas. Será el momento más grande de toda la historia.

¡Bendito sea el nombre del Eterno por revelarnos estas cosas y por hacernos sus hijos por medio de ungido!

Shabbat Shalom!
Yitzjak

26 Nov, 2021

Parasha Vayeshev

Bereshit (Génesis) 37:1 – 40:23

Haftara: Amós 2:6-3:8

Resumen de la parasha:Ya’akov mora en la tierra de Canaán, Yosef informa a su padre de la mala fama de sus hermanos, Jacob ama más a Yosef puesto que lo tuvo en la vejez y le confía muchas cosas como supervisar sus ovejas; incluso le confecciona una túnica de muchos colores para distinguirlo. Yosef tiene dos sueños que enfurecen aun más a sus hermanos pues implican reverencia y sumisión ante él. Sus hermanos van a apacentar el ganado a Shejem, Yosef es enviado por Ya’akov para ver como están las cosas con el ganado y sus hermanos. Los hermanos de Yosef planean matarlo por envidia, cuando Rubén oyó esto propone meterlo a una cisterna para a la postre salvarlo de sus manos; mientras Rubén está ausente, los hermanos venden a Yosef a madianitas quienes lo llevan a Egipto. Los patriarcas llevan la túnica de Yosef con sangre de un cabrito a Ya’akov. Jacob llora amargamente a José. Juda se aparta y conoce a una mujer de la que tiene tres hijos. Sus dos primeros hijos mueren dejando en viudez a su esposa Tamar; Tamar viendo que Sela no era dado para ella por marido después de crecer (como era la costumbre para levantar descendencia al difunto) se disfraza para concebir de Juda. Juda se llega a Tamar quien tiene dos hijos: Peretz y Zeraj. Yosef llega a Egipto y a pesar de todos sus problemas El Eterno está con él guardándolo, la mujer de Potifar capitán de la guardia del Faraón, intenta dormir con él, Yosef se rehúsa y huye desnudo. La mujer de Potifar lo denuncia diciendo que intento violarla. Yosef es metido a la cárcel donde pasa algún tiempo cuando interpreta un sueño al copero y al panadero del Faraón, los sueños se cumplen y el panadero es colgado y el copero restaurado, pero este se olvida de Yosef.


“El Mashiaj Ben Yosef y el Mashiaj Ben David”

La parasha de esta semana nos narra la historia de Jacob y sus hijos; primordialmente la parasha se enfoca en dos hijos de Ya’akov, esto es Yosef y Juda. Estos dos hijos serían los que después tendrían un rol preponderante en la historia de Israel por varias razones:

  • Tendrían los derechos de primogenitura de doble porción de tierra (Yosef) y el derecho del reinado (Juda). (1 Crónicas 5:1-2)
  • Tendrían a las tribus más grandes.
  • Serían quienes proveerían reyes para los dos reinos de Israel que se dieron luego de la división después de Salomón: Roboam hijo de Salomón de la tribu de Juda, y Jeroboam hijo de Nabat de la tribu de Yosef.

La historia de Israel gira en torno a Juda y Yosef como puede verse en esta parasha. La historia de Yosef y Juda fue producto de comentarios entre los rabinos de los primeros siglos y la consideraron de trascendencia mesiánica. De esta manera nació el concepto de los dos Mesías: El Mashiaj Ben Yosef (Mesías hijo de José) y el Mashiaj Ben David (Mesías hijo de David).

¿A que nos referimos con estos títulos o mejor dicho a que se referían los sabios? Ellos veían ciertos pasajes de la escritura que hablaban del Mesías en su papel triunfador, restaurando a las doce tribus (Ezequiel 37:15-26) , instaurando una era de paz y justicia perdurable(Isaías 2:1-5, 11:1-10, Daniel 9:24) , viniendo a librar a Israel de sus enemigos (Zacarías 14:1-5, Daniel 7:21-27) , haciendo que la Torah se guarde como nunca antes y siendo el juez de Israel juzgando a las doce tribus con juicio recto(Isaías 11:1-8) , viniendo con las nubes del cielo para instaurar un reino que no sería derrotado(Daniel 7:13) .

Al mismo tiempo, ellos veían profecías, en donde se hablaba de la muerte del Mesías (Isaías 53:8-10), que el Mesías sería traspasado por sus enemigos (Zacarías 12:10), que sería despreciado por su pueblo (Isaías 53:3-4) y que vendría humildemente cabalgando sobre un pollino (Zacarías 9:9).

Como podemos imaginar, esto no podría ser más contradictorio y más que curioso en la mente de muchos, ¿cómo es que viene, en un pollino o en las nubes del cielo? ¿Es despreciado o es aclamado por el pueblo? ¿Muere o causa que Israel sea liberado?

Los rabinos dieron algunos abordajes a estas aparentes contradicciones, mencionaremos dos de ellas y profundizaremos en la segunda:

  • El Mesías vendrá en las nubes si el pueblo de Israel es digno, si no es digno vendrá en un pollino (Talmud Sanedrín 98a). 
  • Hay dos Personas que son Mesías: El Mashiaj Ben Yosef de quien está escrito: “Me mirarán a mí a quien traspasaron”(Zac. 12:10), y el Mashiaj Ben David de quien está escrito: “Tu eres mi hijo, en este día te he engendrado”(Salmos 2:7) esta postura se encuentra en el Talmud Sukah 52a.

De manera que la contradicción era explicada de dos maneras: una que tenía que ver con la integridad del pueblo a la hora de la venida del Mesías. Esto definiría si el Mesías se revelaría como Mesías sufriente o como Mesías triunfante.

Por otro lado, los jajamim también creían en dos Mesías, uno proveniente de la tribu de Yosef y uno de la Tribu de David. Según una versión de la creencia, El Mesías hijo de José vendría y lucharía contra Gog y Magog (O Roma) y moriría como un mártir tratando de libertar a su pueblo. En él se cumpliría Zacarías 12:10 donde está escrito: “Me miraran a mí a quien traspasaron”.

Las razones para la creencia en dos Mesías son varias, la principal es la búsqueda de una explicación racional a los textos que aparentemente son contradictorios. Otras pueden mencionarse tales como el hecho de las dos monarquías, que José es el símbolo de símbolos de sufrimiento inmerecido por sus hermanos en la Torah; incluso las dos mujeres de Jacob fueron vistas como alusiones a los dos Mesías, con el Mashiaj Ben Yosef muriendo prematuramente como su madre Rajel.

Por ejemplo leemos el siguiente comentario sobre el llanto de Jacob sobre Rajel al conocerla:

“O podríamos decir que Ya’akov vio que el Mesías hijo de Yosef (De los hijos de Rajel) será muerto” (Jayim V’Shalom en Yalkut Moshiaj: Vayetze, 382).

Hay numerosas referencias al Mashiaj Ben Yosef y fue una de las maneras de armonizar las escrituras que mencionábamos. Al mismo tiempo, destellos de una teoría que une las dos facetas, son vistas en la literatura rabínica.

En otra teoría un solo Mesías completa estas tareas, el Mesías es revelado, luego escondido y luego vuelto a revelar. Así como Moisés fue revelado, escondido y luego vuelto a revelar, el segundo redentor, el Mashiaj, seguirá el mismo parámetro. Leemos en el Midrash por ejemplo:

“El (Elohim) estará con el redentor final, como estuvo con el primero (Moisés) y como el primer redentor (Moisés) se reveló primero a los Israelitas y luego se escondió así hará el final redentor, se revelara a los Israelitas y luego se esconderá por un tiempo” (Midrash Rut Rabba 5:6).

“El rey Mesías se revelara a sí mismo y luego se ocultara para luego revelarse una vez más, como es dicho en el Midrash sobre Rut y en los poemas de Rabí Eliezer HaKalir”. (Rashi, comentario del Libro de Daniel)”.

Como creyentes en Yeshua, sabemos que él es el cumplimiento de ambas facetas del Mesías; él ha cumplido satisfactoriamente los aspectos relacionados a la venida del Mesías sufriente (Ben Yosef) y cumplirá, prontamente y en nuestros días, los aspectos de el Mesías triunfante cuando se manifieste para salvar a todos los que esperan en él y a su pueblo Israel de sus enemigos.

Esta postura es la única que puede explicar como un hijo de David puede venir en las nubes del cielo y ser inmortal para reinar 1000 años sobre Israel y el mundo (Esto debido a que tuvo que nacer de David, morir, resucitar y ser investido de inmortalidad. De otra manera ¿Cómo llegó un hijo inmortal de David a los cielos?). Esta postura es la única que puede incorporar satisfactoriamente ambas facetas del Mashiaj.

Para mayor información sobre las dos manifestaciones del Mashiaj ver el artículo siguiente: La venida o el regreso del mesias

Al saber que el Mashiaj Ben Yosef es una faceta del Mesías, en lugar que otro Mesías diferente, podemos sumergirnos en los comentarios de la parasha y en la tradición judía y descubrir los increíbles paralelos entre Yeshua de Nazaret y el patriarca Yosef. Los paralelos en la analogía son asombrosos en varios detalles y no pueden ser coincidencias sino poderosas alusiones al Mashiaj que Hashem dejo en su torah a través de la historia de Yosef.

En las siguientes parashot estaremos listando las principales similitudes entre Yosef y el Mashiaj y profundizaremos en algunas para comentarlas. Es increíble como El Eterno nos revela cosas en su Torah acerca de su Mashiaj. Veamos ahora algunas de esas coincidencias a continuación

Yosef y Yeshua: cualquier similitud NO es pura coincidencia

Como hemos mencionado hay múltiples similitudes en la escritura entre Yosef y Yeshua, mencionaremos en esta parasha 10 paralelos escriturales entre el patriarca Yosef y Yeshua Ben Yosef de Nazaret.

  1. Yosef era un pastor que apacentaba el rebaño en Génesis 37:2. Yeshua es el buen pastor según Juan 10:11 donde está escrito: “Yo soy el buen pastor, el buen pastor da su vida por las ovejas”. De igual manera que Ya’akov le encargó a Yosef ver a sus ovejas, El Eterno le encargó a Yeshua sus ovejas (Ezequiel 37:24).
  2. Yosef fue odiado debido a que reportaba la mala fama de sus hermanos a su padre, sus hermanos no lo toleraban por juzgar sus malas acciones (Génesis 37:2). Yeshua también fue odiado por su generación por el juicio que pronunció sobre sus malas obras, tal como está escrito: “No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.” (Yohanan [Juan] 7:7).
  3. En Génesis 37:8 está escrito, que Yosef fue odiado por sus palabras y revelaciones. Yeshua también fue odiado por sus palabras como está escrito:“Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su Torah: Sin causa me aborrecieron.”(Juan 15:22-25)
  4. En Génesis 37:11 está escrito a cerca de Yosef: “Y sus hermanos le tenían envidia”. En Mateo 27:18 está escrito de Yeshua: “Porque sabía (Pilato) que por envidia le habían entregado.”
  5. Yosef fue enviado por su padre a los hijos de Israel. Este fue, a pesar que sabía que esto implicaría rechazo y sufrimiento (Génesis 37:13b). Yeshua fue enviado por su padre a los hijos de Israel a pesar de que sería despreciado por los líderes del pueblo, sus hermanos (Isaías 53:3)
  6. De Yosef está escrito lo siguiente: “Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.” (Génesis 37:18). También Yeshua fue víctima de un complot tal como está escrito: “y tuvieron consejo para prender con engaño a Yeshua, y matarle”(Mateo 26:4)
  7. Justamente después de haber tirado a Yosef a dentro de un pozo los hijos de Ya’akov “se sentaron a comer pan;” (Génesis 37:25). Luego de haber entregado a Yeshua para morir, Caifás y compañía también comieron pan y vino en la cena de Pesaj, tal como está escrito en Yohanan [Juan] 18:28.
  8. Un hombre llamado Yehuda fue el autor intelectual de la venta de ambos. En el caso de Yosef, fue Yehuda el patriarca (Génesis 37:26-27), en el caso de Yeshua, fue Yehuda Iscariote (Mateo 26:14-16).
  9. Ambos fueron vendidos por piezas de plata. Yosef por 20 piezas de plata y Yeshua por 30 piezas de plata, tal como está escrito:
    “Y lo vendieron a los Ishmaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto” (Génesis 37:28).
    “Y dijo ¿Qué queréis darme para qué yo os lo entregue? Y ellos le fijaron treinta piezas de plata” (Mateo 26:15).
  10. Ambos fueron entregados por sus hermanos a gentiles. Yosef a Madianitas y Yeshua a los romanos.

Estas son las primeras 10 similitudes que encontramos entre Yosef y Yeshua en la escritura; si consideramos la tradición judía y escritos judíos de los primeros siglos se harían más. Por ejemplo, un libro antiguo llamado “El testamento de los doce patriarcas” menciona que Yosef estuvo en el pozo por tres días (Testamento de Zabulón 4:4), ahí leemos: “Pasó José en la cisterna tres días con sus noches, y lo vendieron así, hambriento”.

Claramente esto es sumamente improbable, pero no deja de ser curioso como un texto de herencia esenia, que se escribió en el siglo I antes de nuestra era, menciona que Yosef estuvo en una superficie vacía (pozo) después de que sus hermanos hicieron un complot contra él, por tres días y sus noches.

De manera similar, Yeshua fue puesto por tres días en una tumba nueva después del complot para matarlo. La leyenda de los tres días que Yosef pasó en el pozo, probablemente era conocida por muchos judíos del tiempo de Yeshua.

Otra referencia rabínica curiosa es la relación entre la palabra “Passim” (multicolor) y “Payis” (sorteo) que se escriben casi igual en hebreo. Al ver esta relación, el Midrash dice:

“Es llamada multicolor (passim) porque ellos echaron suertes sobre ella, para ver quién debería llevarla a su padre. El sorteo cayo a Juda” (Bereshit Raba 84:8).

De igual manera, la túnica de Yeshua fue objeto de un sorteo después del complot para matarlo, como vemos a parte de las referencias escriturales hay cosas bastante llamativas en la literatura rabínica y sus comentarios. ¡Cuán increíblemente igual es la historia de Yosef y Yeshua! ¡A pesar de que estaba vivo, sus hermanos inventaron una historia para hacer creer a Israel y Benjamín que estaba muerto! ¿No es esto lo mismo que se hizo con Yeshua cuando se dijo que sus discípulos habían robado su cuerpo?

Podríamos seguir citando más y más paralelos entre Yosef y Yeshua, creemos que por esta parasha hemos citado abundantes similitudes entre los dos y la conclusión es obvia: Yeshua cumple los requisitos para ser Mashiaj Ben Yosef desde el punto de vista de sufrir por sus hermanos, y no solo eso, también cumple ser una analogía asombrosa con Yosef.

Todas estas similitudes no pueden ser una coincidencia accidental. Son mejor explicadas si creemos que una misma mente las causó con el mismo objetivo: Salvar vidas y preservar a israelitas y gentiles. Yosef fue el medio de salvación física de aquel momento. Yeshua, el Mashiaj Ben Yosef es nuestro medio de Salvación. Todo aquel que en él crea no será avergonzado, pues habrá creído en el santo Ungido del Eterno quien dio su vida en expiación por nosotros.

Yeshua vino para que tuviéramos vida en abundancia, y murió por nosotros con el más profundo amor para librarnos de las consecuencias eternas de nuestras malas acciones, y para darle sentido a nuestra vida, el vino a buscar lo que estaba descarriado, tal como está escrito:

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10).

“Al oír esto Yeshua, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Bondad quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” (Mateo 9:12-13).

“Porque el Mesías, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Mesías murió por nosotros.” (Romanos 5:6-8).

“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Yeshua El Mesías,” (Romanos 3:23-24).

Si aun estas perdido en el afán de tu vida, en tus pecados, en tu inseguridad, en tu vana manera de vivir, El Eterno puede darte un propósito tanto terrenal como eterno; El solo está esperando a que le entregues tu corazón y te arrepientas de tus malas obras. El ya preparó la fuente de perdón cuando el justo de justos, El Mesías sufriente, dio la vida por cada uno de nosotros. ¡No esperes más para rendirle tu vida!

Bendito sea su nombre por ese regalo tan grande e inmerecido.

Shabbat Shalom!
Yitzjak

20 Nov, 2021

Parasha Vayishlaj

Haftara: Obadia (Abdías) 1:1 – 21


Resumen de la parasha:Jacob envía mensajeros a Esav para tratar de informarle sobre su estadía en la casa de Laban, los mensajeros retornan diciendo que Esav viene con 400 hombres con él para encontrarlo, Jacob le teme y ora al Eterno apelando a sus promesas, divide el campamento en dos y envía ofrendas a Esav para poder apaciguar la posible ira existente en él. Jacob lucha con un varón hasta que raya el alba, el varón le da en el encaje y el muslo de Ya’akov se descoyunta, Jacob no suelta al varón hasta que lo bendice con un cambio de nombre, su nuevo nombre y el de su descendencia sería “Israel”. Por esta razón los hijos de Israel no comen el nervio ciático en remembranza de esto, Esav se encuentra con Jacob y se reconcilian satisfactoriamente, Esav vuelve al monte Seir (significa Velludo) mientras que Ya’akov mora en Sukot. Dina sale a ver a las hijas de Canaán y es amancillada por Shejem hijo de Hamor, este la pide como mujer, Los hijos de Israel acceden siempre y cuando los hombres de Shejem sean circuncidados; al tercer día de la circuncisión Shimeon y Levi irrumpen en Shejem matando a todo varón y son duramente reprendidos por Ya’akov. Jacob vuelve a Bet El a cumplir el voto que había hecho cuando huía de Esav, Jacob recibe la bendición directamente del Eterno diciendo que se llamará su nombre Israel. Rajel muere en camino a Belén dando a luz a Benyamin y también Isaac, padre de Jacob y Esav muere a los 180 años.


“Edom y su historia: cumplimiento profético asombroso”.

Esta parasha narra como Ya’akov y Esav se reconcilian después de que el padre del pueblo judío huyera de Esav luego de suplantarlo para obtener la primogenitura. Jacob hace muchas cosas para disuadir el enojo de Esav e incluso le da muchos obsequios y dice que tome de él “la bendición” (en el texto hebreo original) que le otorga.

Esav acepta finalmente el regalo luego de abrazar y besar a Ya’akov. Hay algo muy curioso en la Parasha en el texto hebreo, la palabra “y lo beso” (En hebreo “Vayiskehu”), tiene puntos arriba de cada una de sus letras. Este dato singular fue producto de debate entre los sabios del pueblo judío.

Por ejemplo, Rab Shimon Bar Yojai dice que lo que significan los puntos o la intención de Moisés al escribirlos es para enfatizar que Esav odiaba a Jacob; pero que en ese momento él fue completamente sincero. Sin embargo, otros rabinos creían que lo que significaban era específicamente lo contrario: Que Esav besó hipócritamente a Jacob y que su reconciliación no fue de todo corazón y por lo tanto no duradera.

Rashi comenta de esto: “Esta palabra está señalada por puntos en el texto hebreo. Sobre el significado de estos puntos hay una diferencia de opinión en una baraita del comentario midrashico Sifre. Hay quienes interpretaron esta puntuación como indicio de que Esav no lo besó de todo corazón. Pero Rabí Shimon Bar Yojai dijo: Es un hecho que Esav odiaba a Ya’akov, pero en este momento se compadeció y lo besó de todo corazón”. (Rashi sobre Bereshit 33:4)

Independientemente de la razón de los puntos es conocido que la historia de Israel y Edom refleja grandemente que la reconciliación no fue duradera. Si Esav dejo de odiar a Ya’akov sinceramente sin albergar rencor, por lo menos sus descendientes continuaron con su primer odio. Cuando los hijos de Israel quisieron pasar por su territorio rehusaron abrirles camino por su territorio amenazando con salir armados (20:14-21).

El Salmo 137 menciona a los hijos de Edom celebrando la caída de Jerusalén, como está escrito:

“Oh Eterno, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, Cuando decían: Arrasadla, arrasadla Hasta los cimientos.”(Salmo 137:7).

Podríamos citar ejemplo tras ejemplo de animosidad, enemistad, soberbia y envidia de los hijos de Esav contra el pueblo judío y como Israel respondía contra ellos militarmente. De hecho la Haftara (sección de los profetas leída en las sinagogas cada semana) de esta semana es todos los 21 versículos del libro de Abdías, el cual es una profecía sobre la total destrucción de Edom. Es mi intención en esta ocasión dar un repaso de cómo las profecías bíblicas se cumplieron asombrosamente en torno a Edom y son un ejemplo de algo único y poderoso en la biblia, es lo que llamamos “Profecía predictiva especifica”.

Profecía predictiva especifica.
Lo más impresionante de la profecía bíblica es que es “predictiva específicamente”. ¿A que nos referimos con este término? Es para que entendamos que la biblia predice acontecimientos, con detalles específicos y con cumplimientos precisos. Esto a diferencia de todos los otros seudo profetas que han surgido aquí y allá a lo largo de los siglos. Un ejemplo son las tristemente populares profecías de Miguel de Notredame, conocido como Nostradamus.

Las alegadas profecías de Nostradamus son tan vagas, oscuras y confusas que no son más que oráculos especulativos que podrían cumplirse virtualmente en cualquier persona. Un ejemplo de esto puede verse en la “profecía” que dice: “Para mantener la gran capa atribulada, los rojos marcharan a aclararla, una familia casi arruinada por la muerte, los rojos rojos, destronaron al rojo”

Y aun la otra dice: “El león joven vencerá al viejo, en el campo de batalla en un único combate el brotará sus ojos en una caja de oro, dos flotas en una, luego el morirá, una cruel muerte”.

¿Se entienden las “profecías”? Obviamente que los dichos de Nostradamus podrían cumplirse en cualquier persona. Para la segunda profecía solo necesita un hombre viejo y uno joven que lo venza y que después muera cruelmente ¡Cualquiera podría ser el cumplimiento de esa profecía!

Las profecías del Tanaj son completamente diferentes, establecen lugares de cumplimiento, circunstancias de cumplimiento y hasta ¡Nombres del cumplimiento! Es humanamente imposible conocer certeramente el futuro cercano y más aun el lejano; sin embargo los profetas de Israel hablan con propiedad del futuro y podemos mirar asombrados el cumplimiento de sus palabras.

En esta ocasión veremos el cumplimiento específico de las profecías de los profetas hebreos contra Edom y sus ciudades.

Edom: Desolación perpetua.

Edom fue la nación de los descendientes de Esav registrada en la escritura. Mientras que algunos descendientes de Esaú no necesariamente eran de nacionalidad Idumea, si todos los edomitas originales eran descendientes de Esav. Muchas profecías se escribieron contra Edom, la poderosa nación enemiga de Israel. Yermiyahu (Jeremías), Yeshayahu (Isaías), Yejezquel (Ezequiel), Obadia (Abdías) entre otros, profetizaron contra Edom y su soberbia.

La ciudad de Petra (Capital de Edom en hebreo “Sela”) estaba literalmente construida sobre una montaña rocosa de color rojo. Prácticamente inexpugnable, únicamente había una larga y extraña entrada donde no se podía entrar en masa sino poco a poco. De ahí, un pequeño grupo de soldados edomitas podían acabar con un ejército más grande que quisiera tomar la ciudad.

Obadiah dijo de la soberbia de Edom y su confianza en su ciudad: “La soberbia de tu corazón te sedujo, porque habitas en las rocas escarpadas (hendiduras de las peñas) en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribara a tierra?” (Obadia 3).

Petra era inexpugnable para los edomitas, desde la perspectiva humana del mundo antiguo era imposible capturar a Petra. A parte de ello, Petra era una ciudad de importante comercio en la región, los árabes compraban especias e incienso en ese lugar.

¿Qué profetizaron los Neviim (profetas) de las escrituras hebreas acerca de Edom y Petra? ¿Se cumplió? ¿Dan detalles específicos de su destrucción? Examinemos la situación inmediatamente.

1. Edom tendría una historia sangrienta por su mala voluntad.

Ezequiel dijo contra Edom: “Por tanto vivo yo dice YHWH: te destinaré para sangre, y la sangre te perseguirá; por cuanto no aborreciste la sangre, la sangre te perseguirá” (Ezequiel 35:6).

Yeshayahu habló también diciendo: “Llena está de sangre la espada de YHWH, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de riñones de carnero; porque YHWH tiene un sacrificio en Bosra, y una gran matanza en Edom” (Isaías 34:6).

Tanto Yejezquel como Yeshayahu profetizan una gran matanza en Edom. El cumplimiento de esta profecía está claramente atestiguado por la historia. Los asirios invadieron a Edom y fueron sus esclavos. Los nabateos la saquearon y los expulsaron cerca del siglo VI A.M. Los romanos también irrumpieron contra los edomitas, la historia de Petra estuvo cargada con sangre a lo largo de los tiempos hasta su destrucción final. La primera parte considerada de la profecía tiene un cumplimiento fuertemente respaldado.

Consideremos a los otros aspectos más asombrosos de la profecía bíblica contra Edom.

2. El Pueblo judío sería instrumento de Dios para castigar a Edom.

Ezequiel en otro lugar de su libro registra la siguiente profecía: “Y pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, y harán en Edom según mi enojo y conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice YHWH Adonay” (Ezequiel 23:14)

Para el tiempo de esta profecía (606-592 AEC), Israel estaba cautivo en Babilonia y Edom era un reino poderoso aun. Ninguna profecía parecería tan ridícula humanamente hablando. Imaginémonos: Ezequiel, un judío cautivo en Babilonia indica que ¡Su cautivo pueblo hará estragos en el reino de Edom!

Pero el poder del Dios de Israel se manifiesta claramente al considerar el cumplimiento histórico de esta profecía. Esta profecía tuvo su cumplimiento cuando Juan Hircano y Judas Macabeo (siglo 2 antes de nuestra era) hicieron estragos a los edomitas. Millares de Edomitas murieron y fueron incluso sometidos a la circuncisión por Hircano (Flavio Josefo Antigüedades 13:9:1). Judas Macabeo mató incluso a cuarenta mil Edomitas según algunos historiadores. ¡Cuán certera la profecía de Ezequiel en su cumplimiento a pesar de su aparente imposibilidad!

Pero aun faltan más detalles interesantes acerca de Edom y Petra. El que viene es el testimonio más increíble acerca de Petra y la profecía bíblica.

3. Edom sería asolado y nunca más sería habitado

Yeshayahu dijo acerca de Edom y su ciudad Bosra: “No se apagaría de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella” (Isaías 34:10).

Yermiyahu también apuntó: “Y se convertirá Edom en desolación; todo aquel que pasare en ella se asombrará, y se burlará de todas sus calamidades. Como sucedió en la destrucción de Sedom (Sodoma) y Amorra (Gomorra) y de sus ciudades vecinas, dice YHWH, así no morará allí nadie, ni la habitaría hijo de hombre”. (Yermiyahu 49:18).

Desde el sitio del emperador romano Vespasiano en el año 70. Los edomitas desaparecieron de las páginas de la historia. Al día de hoy Petra es una ciudad completamente asolada y desierta, incluso, sus registros se perdieron hasta el año 1812 cuando el suizo Burckhardt la redescubrió. Petra ahora es un manto de ruinas asombrosas y espantosas donde nadie tiene el valor de levantar una ciudad de nuevo. Los visitantes se asombran al ver, hasta este mismo día, la infraestructura de Petra unida a su soledad. La poderosa ciudad que en su soberbia decía: “¿Quién me derribará a tierra?”(Obadia 3) tuvo un final trágico y sus montes, en palabras de Malaquías tuvieron el siguiente destino: “A Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación y abandone su heredad para los chacales del desierto” (Malaquías 1:3).

¿Quién habría imaginado en tiempos de Ezequiel, que 2,500 años después, los hijos de Israel habitarían Judea, mientras que ningún edomita existiría en Petra? La palabra del Tanaj prueba ser verídica nuevamente. Edom no fue reconstruida nunca más. La vista de Petra es terrorífica por la multitud de fieras que habitaban sus ruinas, incluso esto fue predicho como veremos a continuación.

4. Animales salvajes serían los “nuevos moradores” de Edom.

Yeshayahu escribió: “Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo. Allí anidara el búho, pondrás sus huevos, y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí buitres” (Yeshayahu [Isaías 34:14-15]).

El cuadro descrito por Isaías es terrorífico. Los animales mencionados no son los que una familia normal gustaría tener por mascota. Sencillamente el futuro descrito por Edom es absolutamente funesto ¿Se cumplió esta parte de la profecía? Absolutamente sí. Sobre Edom se oye constantemente un chillido muy molesto de águilas, halcones y búhos que vuelan a menudo sobre el territorio de Edom.

A menudo, una gran cantidad de lagartos y culebras frecuentan la zona y la hacen inhabitable. Voljey relata que los árabes evitan las ruinas por el abundante número de escorpiones que inundan la zona. Otros relatos dicen ¡Que es posible encontrar dos escorpiones debajo de una misma piedra! La cantidad de animales salvajes llevarían a Burckhardt a expresar: “No conocía el miedo hasta que llegue cerca de petra”. ¡Estas fueron las palabras de uno de los viajeros más valientes!

El increíble cumplimiento de la profecía de Ezequiel, Isaías, Abdías, Jeremías y otros, sobre Petra, es otra importante pieza de evidencia a favor de la biblia (Tanaj).

La profecía bíblica es especifica y admite ser probada en su veracidad, si Edom fuera un reino con su capital Petra al día de hoy, sin desolación después de su destrucción en el siglo I, la biblia sería falsa, pero ahí lo tenemos 2500 años después de Ezequiel, Petra es un montón de ruinas y Jerusalén es edificada cada día más; ¡Cuan increíblemente fiel es la palabra del Eterno y su cumplimiento!

La profecía sobre Petra, constituye una roca (Petra) firme para basar la fe en los profetas del Tanaj. ¿Qué esperamos para dejar que su palabra permee nuestras vidas?

Shabbat Shalom!
Yitzjak

18 Nov, 2021

Parasha Vayetze

Bereshit (Génesis) 28:10 – 32:2

Haftara: Hoshea (Oseas) 12:13 – 14:10


Resumen de la parasha:Jacob huye de Beersheva rumbo a Harán pero acampa en Luz, ahí tiene un sueño donde ve ángeles subir y bajar por una escalera y al Eterno sobre ella. El Eterno le promete seguridad en su travesía por la casa de Laban. Jacob se levanta y hace un voto con El Eterno y llama al lugar “Bet-El”, que significa “Casa de Dios”. Jacob llega donde Laban y pide por mujer a Rajel su hija menor; este último acepta el trato a cambio de siete años de trabajo de Jacob. Los siete años pasan, pero Laban engaña a Jacob dando encubiertamente a Lea en lugar de Rajel. Jacob debe trabajar otros siete años por Rajel. Hay lucha entre Rajel y Lea por el amor y cariño de Ya’akov y su lucha se ve reflejada en los nombres de los patriarcas. Jacob trabaja por su propia ganancia imponiéndose un salario, mismo que Laban cambia diez veces. Jacob huye de Laban y este lo alcanza en Galaad y ahí hacen un pacto de Paz. Jacob regresa a Canaán y observa ángeles de Elohim en el lugar y lo llama “Mahanaim” (Campamentos).


“Mis caminos no son tus caminos”.

“Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado El Eterno mi necesidad de un hijo y como yo lo amo más que a mi vida.”, “Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: mi alma está unida a El Eterno, él ha sido tan bueno conmigo que no puedo vivir sin él; por tanto, llamó su nombre Leví.” , “Y dijo Raquel: He luchado la buena batalla de la fe, he contendido, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.”, “Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto mi esperanza en El nunca decayó; por eso llamó su nombre Isacar.”

No te preocupes, no tienes una versión de biblia incorrecta, tampoco yo pretendo haber encontrado un manuscrito más fidedigno de Génesis; esos versos que has leído en el primer párrafo no son los que en realidad están en la escritura. Quizás las razones para los nombres de los patriarcas suenan más “espirituales” o “elevadas” en la versión “retocada” de los versos; quizás hasta pienses que así hubiera sido mejor. Quizás hubiese sido lo ideal que los nombres de los patriarcas, hayan tenido origen en grandes conceptos espirituales, filosóficos y teológicos y no ¡en una lucha ardiente y continua por un Marido casado con dos hermanas para ver quién era su favorita!

Piénsalo detenidamente: Los nombres de los 12 padres del pueblo elegido de Elohim (Dios) originados en una disputa por una poligamia desafortunada producto del engaño, ¡Algo seguramente menos que ideal! Veamos los versos en la escritura:

“Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Reuben, porque dijo: Ha mirado (Heb. ra’ah) El Eterno mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido” (Bereshit [Génesis] 29:32).

“Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá (Heb. Yilaveh) mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví” (Bereshit [Génesis] 29:34).

“Y dijo Raquel: Con luchas (Heb. Naftuli) de Elohim he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí” (Bereshit [Génesis] 30:8).

“Y dijo Lea: Elohim me ha dado mi recompensa (Heb. Sejari), por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llama su nombre Isacar” (Bereshit [Génesis] 30:18).

Todo producto de una lucha entre dos hermanas que se disputaban a un marido que huía de su hermano por haberlo suplantado, ¡Que locura! ¿En realidad estamos leyendo a la historia del pueblo elegido por el Creador del universo? La increíble respuesta: Si, así es.

La historia de la lucha por Ya’akov que sostuvieron las matriarcas, nos enseña muchas verdades espirituales aunque suene extraño. En primer lugar nos habla de la increíble sinceridad de los escritores bíblicos, los escritores de la biblia no estaban interesados en fabricar una historia para hacer lucir bien su relato. La biblia tiene ese toque de sinceridad único que es señal de confiabilidad y de veracidad. Ahí lo tienen: los patriarcas mintiendo, suplantando, tomando dos hermanas como mujeres, las matriarcas disputándose a Jacob, Juda y Tamar, David y su pecado de Asesinato y adulterio, Salomón y su idolatría, Lot y su incesto, El Rey Acaz ,el episodio del becerro de oro, etc… Una cosa es segura: Si los judíos hicieron un complot para conquistar al mundo, tratando de lucir como el mejor de los pueblos para ser aceptados como el pueblo elegido, fracasaron miserablemente.

La biblia dice las cosas tal como son, sin favoritismos, sin preferencias, tiene el sello de lo veraz que tanto hace falta en las leyendas de los otros pueblos sobre sus héroes. Esta es una de las muchas cosas que hace a la biblia digna de confianza.

En segundo lugar, la parasha nos enseña sobre la inmensa fidelidad de Hashem, su increíble soberanía y su pre-conocimiento absoluto. No importa lo que pase: Hashem puede actuar incluso a pesar de nuestras falencias, su fidelidad hace que el desee siempre cumplir sus promesas, su soberanía y conocimiento anticipado hacen que pueda siempre cumplir sus promesas.

No hay nada que escape del conocimiento y previsión del Eterno, el sabe lo que acontecerá dentro de 10 años hoy mismo, el no está dentro del tiempo y por lo tanto no está limitado por él. A menudo surge la pregunta: “¿Por qué entonces no actúa impidiendo que hagamos la mala decisión? Por una simple razón: Su soberanía y pre-conocimiento no anulan nuestro libre albedrío. El ha decidido soberanamente crear creaturas morales libres y por tanto, nos deja tomar nuestras decisiones y cosechar nuestras consecuencias. Los sabios del talmud enseñaron esto en la conocida máxima:

“Todo está en las manos del Cielo excepto el temor al cielo”. (Berajot 33b)

En otras palabras, El Eterno ha decidido soberna e incondicionalmente crear personas con libre albedrío y no interfiere con sus decisiones a pesar que vayan en contra de su voluntad. El libre albedrío es uno de los máximos dones de Dios a la humanidad: Sin libre albedrío nadie sería bueno (tampoco malo claro está) pues únicamente habrían títeres pre-programados para hacer su voluntad sin nada de meritorio.

Más aun, sin libre albedrío el máximo de todos los bienes no existiría: Amor. Para que el amor exista debe de ser libremente ejercitado, amor forzado es una contradicción de términos. Si El Eterno nos forzara a amarle, estaría haciendo una especie de “violación espiritual” con todos nosotros. Para que el genuino amor exista debe de haber libertad para decidir amar o no amar. únicamente el libre albedrío hace posible el mayor de todos los bienes para una criatura moral: Amar libremente a Dios, y gozar de su presencia, poder, bondad y deleitarse en su ser, que es el bien inconmensurable.

Ciertamente algunos utilizan su libre albedrío para desobedecer al Eterno y no seguir su voluntad; sin embargo, el no crear este maravilloso mundo únicamente por causa de aquellos que desean y quieren condenarse y alejarse del Eterno, sería darles a los malvados lo que C S Lewis ha llamado: “El veto de la felicidad de todos los demás”.

Es debido a esto que todos los teólogos judíos y cristianos están de acuerdo en algo: A pesar que este no es el mejor de todos los mundos, es la mejor manera de llegar al mejor de los mundos, esto es, un mundo de felicidad y dicha eterna en la presencia de Dios después de haber elegido libremente en este mundo transitorio.

Ahora ¿Cómo hace El Eterno para asegurar que el propósito final de esta creación sea llevada a cabo sin anular el libre albedrío de sus criaturas? Esto lo hace por medio de su gran poder y pre-conocimiento. El sabe todas las cosas y conoce como cada uno usará su libre voluntad y posee un poder ilimitado para llevar a cabo todas las cosas que son lógicamente posibles. Por lo tanto, El conduce el mundo y maneja las condiciones para que su propósito para toda la humanidad avance sin anular la libre voluntad de sus criaturas. ¡Oh profundidad de su sabiduría! ¿Cómo no hemos de alabarle y decir junto a Pablo: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!” (Romanos 11:33)?

Esta es nuestra confianza: Tenemos un Elohim fiel y soberano a un punto que nada escapa de sus manos ¡Bendito sea su nombre por siempre! El puede hacer que el pueblo elegido, la nación sacerdotal, la simiente de Abraham salga de una pelea marital; El puede hacer que el templo venga de Salomón quien proviene de la relación entre David y Betsabé; El puede hacer que de Lot y su incesto venga Moab, de este Rut y de esta ni más ni menos que… ¡¡¡EL REY MESIAS!!! Esto en ninguna manera quiere decir que no somos responsables de nuestros actos porque EL, en su sabiduría, lo condujo para bien. Pablo dice:

“¿Por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes?” (Romanos 3:8).

Es maravilloso ver como Elohim puede transformar mi desastre en orden y para que sirva para sus propósitos. Nada de lo que hacemos toma por sorpresa al Eterno, el Rey David dice:

“Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Señor, tú ya sabes toda” (Tehilim [Salmos] 139:4).

¿Has sentido que muchas veces tu vida es “Menos que ideal”? ¿Has sentido que tu familia es un desastre? ¿Suspiras en ocasiones por ser mejor? ¿Te preguntas si el propósito del Eterno se cumplirá en tu vida? ¿Crees que finalmente su reino se establecerá a pesar de todas las limitaciones de sus hijos? ¿Consideras que tu vida no refleja lo que debería de ser? Si tus respuestas son sí, hay muy buenas noticias para ti.

La primera noticia es que tienes un profundo deseo de mejorar cada día y ser un mejor hijo de Elohim. El ha puesto ese deseo en ti, y es bueno saber que consideras que debes de perfeccionarte hasta el día de la redención final (Filipenses 1:4-5).

La segunda es que Hashem suele cumplir su propósito por medio de humanos con deseos ardientes de servirle pero con tropiezos y fallas. Lo ha hecho antes, lo hace ahora y lo hará siempre. Su amor es tan profundo que a pesar que el desastre esté a nuestro alrededor, El está aquí para arreglarlo. Su amor es tan grande que podemos descansar en su fidelidad puesto que“Si fuésemos infieles; El permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13).

El profeta Isaías nos dice: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos dijo El Eterno. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9).

Si el éxito final de esta creación y su restauración dependieran de nosotros, tendríamos razones para estar ansiosos y preocupados. Si seres falibles son la base de la rectificación del mundo, la tierra está perdida. Gracias al Eterno podemos estar seguros que al final, su propósito se cumplirá a pesar de todas nuestras fallas, EL CUMPLIRA SUS PROMESAS.

Es por ello que podemos esperar confiadamente en su salvación y reposar en El, es por ello que estamos seguros que mandará al Mesías prontamente; sus profecías cumplidas anunciadas ayer, nos aseguran que las que aún faltan sucederán tal como está decretado.

Así que si tu vida luce como la contienda de Rajel y Lea, recuerda que no estás solo: Muchos hombres de Elohim tuvieron la misma situación y al mismo Doctor que curaba sus vidas.

Shabbat Shalom!
Isaac Bonilla

17 Nov, 2021

Parasha Toldot

Bereshit (Génesis) 25:19-28:9

Haftara: 1 Samuel 20:18-42

Resumen de la parashá: Yitsjak (Isaac) tiene 40 años cuando toma por mujer a Rivka (Rebeca) hija de Betuel que vivía en Padam Aram. Rivka es estéril por lo que Yitsjak ora por ella, Hashem concede su petición y Rivka concibe dos mellizos, el primero es como una pelliza por ser muy velludo y el segundo es lampiño, sus nombres son Esav y Jacob. Los niños crecen y Esav es diestro en la caza mientras que Jacob es un hombre íntegro que mora en tiendas. Esav vuelve cansado del campo y vende su primogenitura por un plato de lentejas menospreciándola. Yitsjak mora en Gerar y es inmensamente prosperado, los filisteos lo echan de sus contornos y el comienza a abrir pozos en el valle, lo filisteos contienden con él dos veces, más a la tercera dejan de tener discordia. Los filisteos van donde Yitsjak reconociendo su bendición y hacen con él un pacto de paz. Los días de la muerte de Yitsjak se avecinan y este manda a su hijo Esav para que le traiga caza y poder transferirle la bendición Abrahamica, Rivka instruye a Jacob sobre como suplantar a Esav y tomar la bendición, Jacob suplanta exitosamente a Esav y obtiene la bendición de Yitsjak. Esav muy enojado se consuela con matarlo después que su padre muera. Rivka se entera y manda a Ya’akov donde Labán su hermano con la justificante de buscar mujer. Yitsjak despide a su hijo Ya’akov en paz y confirma la bendición de Abraham a su hijo quien sale hacia Harán.

Menospreciando a Hashem.

La sección de la Torah que todo el pueblo judío lee alrededor del mundo esta semana contiene muchísimas enseñanzas y se puede invertir mucho tiempo y espacio hablando de ellas. En primer lugar, leemos la historia de los padres de dos grandes naciones antiguas; una aun existente, y la otra no rastreable más como nación conjunta y continua en la historia: Israel (hijos de Jacob/Israel) y Edom (Hijos de Esav/Edom).

En segundo lugar, podemos hablar sobre la envidia, necesidad de tomar una mujer virtuosa, etc. En este estudio trataremos el tema del menosprecio de las cosas sagradas y de Dios mismo.

La historia de Esav y Jacob es frecuentemente vista con parcialidad cuando se lee superficialmente y no se mantiene el enfoque en la narración como un todo. Es muy común, que se diga que el malo de la película es Jacob pues, como todos sabemos, “robó” el derecho de la primogenitura y engañó a su propio padre Yitsjak (Isaac) haciéndose pasar por su hermano mayor, ciertamente un no muy buen ejemplo a seguir.

Sin embargo, se olvida o se pasa por alto el inicio de la historia, que a pesar de que no justifica las acciones de Jacob, nos llevan a entender el origen del problema. Preguntémonos: ¿Qué originó todo esto? ¿Fue el ansia de poder de Jacob? No, el origen del problema fue el menosprecio que Esav tuvo de su primogenitura.

Leemos en la Torah: “Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.” (Génesis 25:29-34).

Lo que causó todo el problema entre Jacob y Esav fue la actitud mundana de Esav. Esav era un hombre que únicamente estaba interesado en cuestiones físicas como la caza y saciar sus placeres, para él, una primogenitura no valía nada, o, mejor dicho, una primogenitura valía muy poco.

Esav refleja lo siguiente en la narración de la Torah:

• Un total menosprecio de las cosas espirituales: En la antigüedad el primogénito era el encargado del servicio divino de la familia, como presentar sacrificios. Para Esav el servicio a Dios no valía más que un plato de lentejas. Además de esto, juró en vano sin vacilación.
• Negaba por completo la resurrección de los muertos: Él dijo: “Yo me voy a morir, de que me importa algo como la primogenitura”. Podríamos decir que su dicho predilecto era “comamos y bebamos que mañana moriremos” (1 Corintios 15:32).
• Su concepto de justicia o equidad estaba tan viciado que no podía diferenciar entre algo malo o bueno; para él lo bueno era si le convenía o no, independientemente de la justicia del acto mismo. Por ejemplo, él dijo: “Bien llamaron su nombre Ya’akov, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición.” (Génesis 27:36). Esav no diferenció entre un acto totalmente cristalino y justo como el primero (la venta de su primogenitura) y un acto oscuro y con suplantación como el segundo (el engaño de Jacob a Esav fingiendo ser este último). En el primero, no hubo letra pequeña, publicidad engañosa o clausulas escondidas, fue una venta clara y explícita (Se ha encontrado en un texto de Nuzi, la venta de una primogenitura por tres ovejas comprobando que era algo practicado en aquellos días). ¿Cómo define esto Esav? Lo describe como apoderamiento, olvidó totalmente su consentimiento porque no le convenía.

¿Justifica esto la conducta de Jacob? En ninguna manera, Jacob tuvo que hacer valer su primogenitura adquirida ante Isaac y dejar que Hashem hiciera el resto. Esto podría haber sido inviable pues conociendo a Esav, lo negaría todo por completo. Hashem actuó a pesar del engaño de Ya’akov para dar un merecido al menosprecio de Esav. Jacob fue castigado posteriormente con otro engaño hecho con un cabrito (la supuesta muerte de su hijo José, ver Génesis 37:31-34).

Esav no merecía ser el líder espiritual de la familia, para él, el servicio a Hashem era totalmente absurdo, el menospreciaba totalmente todo lo espiritual. Él era un hombre totalmente llevado por sus instintos carnales y despreciaba todo lo que tenía que ver con espiritualidad e integridad. Por otro lado, se dice que Ya’akov era un varón integro (en Hebreo: “Ish Tam”) que moraba en tiendas.

Esto es enfatizado en los escritos apostólicos donde leemos:
“No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.” (Hebreos 12:16).

Esav y su actitud materialista hacían una fuerte profanación del nombre de Dios en su vida y en su casa. En él, no había un nivel saludable de temor al cielo y la justicia y equidad eran cosas absurdas. De personas como él, Pablo dijo: “cuyo dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.” (Filipenses 3:19).

Rabí Shelomo Yitsjaki (Rashi) en su comentario dice: “Jacob quería la primogenitura porque el servicio sacrificial de las ofrendas recaía sobre los primogénitos. Jacob dijo: Este malvado no es digno de ofrecer ofrendas al Santo, Bendito es” (Rashi sobre Génesis 25:31).

El mundo actual es muy similar a Esav, agobiado siempre por la materialidad y por la meta de la sola satisfacción de sus deseos; vivimos en un mundo mundano, que considera lo espiritual
como algo ridículo. Lo que se ve, prevalece sobre lo que no se ve, que es lo Eterno, lo trascendente, lo no vano.

Como creyentes debemos de cuidarnos de no imitar los caminos de Esav y menospreciar las cosas del Eterno. La escritura nos advierte:

“Entonces abandonó al Dios que lo hizo, y menospreció la roca de su salvación” (Deuteronomio 32:15).

“Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán.” (Levítico 26:14-16).

Nosotros estamos rodeados de gente como Esav y podemos convertirnos en alguien como él. Así como los niños peleaban en el vientre de Rebeca, una lucha se genera en cada creyente: Seguir a la carne (Como Esav) o andar en el espíritu (Ya’akov). Hemos recibido el poder de lo alto para vencer el poder del pecado en cada oportunidad que la tentación venga a nosotros, tal como está escrito:

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación” (Romanos 6:22).

“Porque la ley del Espíritu de vida en Yeshua El Mesías me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” (Romanos 8:2).

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7).

Cada vez que valoramos las actividades materiales por sobre las espirituales, cada vez que pensamos que lo espiritual al final únicamente debe hacerse a la vista de otros, cuando pensamos que lo que la escritura dice no es relevante para nuestro diario vivir, entonces hemos dado pie a nuestro Esav interno.

Nosotros hemos muerto al viejo hombre y por tanto tenemos que vivir en el poder de la ruaj HaKodesh (espíritu santo) que se nos dio cuando recibimos la regeneración y nuevo nacimiento en Yeshúa nuestro Mesías.

Nosotros no tenemos que suplantar para triunfar sobre Esav, todo lo contrario, asirnos a la verdad de la escritura y de Hashem, es la base de nuestra lucha; además tenemos el espíritu de Dios para guiarnos y andar en su poder.

Así que pregúntate ¿Quién triunfará la próxima vez en la disyuntiva carne vs espíritu? Nuestra oración es que todos los creyentes puedan andar en el espíritu para cumplir nuestro propósito y llegar a la altura del varón perfecto

¡Shabbat Shalom!
Isaac Bonilla

16 Nov, 2021

Parasha Jayei Sara

Bereshit (Génesis) 23:1-25:18

Haftara: Melajim Alef (1a Reyes) 1:1-31

Resumen de la parasha:Sara muere a los 127 años en Hebrón, Abraham viene a llorarla y solicita a los hijos de Het que intercedan con Efrón hijo de Zohar para que este venda la cueva de Macpela para enterrar a Sara. Efron accede a venderla en cuatrocientos ciclos de plata y Abraham coloca a Sara en la propiedad adquirida a dicho precio. Abraham decide conseguir mujer a Isaac su hijo, envía al siervo más adulto a conseguir mujer para su hijo amado. El siervo halla a Rivka quien es la mujer que Hashem destinó sobrenaturalmente para el hijo de su señor Abraham, Rebeca da de beber al siervo de Abraham y a sus camellos y el siervo la recompensa y va donde su padre Betuel. Rivka acepta ir con el siervo de Abraham y encuentran a Yitzjak Avinu en el Neguev, Isaac toma por mujer a Rivka y la introduce en la tienda de Sara haciéndola la nueva matriarca. Abraham toma a Ketura por mujer después de la muerte de Sara y tiene más hijos, Abraham muere lleno de días y es enterrado por su hijo Isaac y por Ishmael. Ismael llega a ser el padre de doce príncipes, su primogénito es Nebayot, Ismael muere en presencia de sus hermanos.


Las vidas de Sara.

Todos tememos ese día, todos sabemos que llegará algún día pero decidimos olvidarlo, decidimos postergar ese pensamiento o ese sentir hasta que sea inevitable. Nadie quiere pensar en el día donde el visitante innombrable haga su aparición, dicho visitante es el más férreo enemigo de la humanidad, ha sido el enemigo que la humanidad desde los días de Adam, no ha podido vencer, al menos en un 99.99%. Si adivinaste: Nos referimos al día de la muerte de un ser querido o a tu propio ultimo día sobre la tierra.Se nos perdona no pensar en ese día en un sentido pues, ¿Quién quiere vivir su vida temiendo de la muerte o pensando en la muerte? ¡Sin duda alguna esa no sería vida! Ciertamente la muerte es un enemigo histórico de la humanidad que merece ser ignorado para vivir la vida con optimismo y no con fatalismo absoluto.

El pecado y la muerte son dos cosas que únicamente eran “potenciales” o “probables” antes de lo que sabemos de Adam y Java (Eva), una vez que hubo desobediencia hubo pecado y la paga del mismo es muerte, tal como está escrito:

“Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Bereshit [Génesis] 2:17).

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos 5:12).

“Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).

Desde Adam, el problema más grande de la humanidad es el dúo pecado-muerte. Todo el mal del mundo, los problemas económicos, la escasez, la falta de integridad, las enfermedades, los desastres naturales son productos directos o indirectos de la naturaleza caída que tenemos desde nuestros primeros padres.

La educación probó no ser la cura de la humanidad en la Alemania Nazi, dicha nación gozaba con los adelantos académicos y tecnológicos más grandes de la época, el nivel de inteligencia de los alemanes era bastante superior y su capacidad de producción era galopante. ¿Cuál fue el resultado de esto? Un país destruido, 6 millones de judíos asesinados vilmente y la segunda guerra mundial. El hombre necesita una regeneración interna más que una mejora externa.

El hombre debe de solucionar ese problema que generó esto que tenemos ahora internamente para poder vivir bien y en optimas condiciones emocionales y espirituales. Cambiar al entorno no cambiara al individuo necesariamente, cambiar a individuos si cambiara el entorno.

La parasha de esta semana se llama literalmente “Las vidas de Sara”, esto debido a que la palabra hebrea para vida es “Jaim” la cual es un plural mayestático para enfatizar. Muchas enseñanzas sobre la muerte de Sara forman parte de la tradición judía principalmente en los midrashim. Hay algunos detalles curiosos en esta parasha en el texto hebreo que nos servirán para aprender más sobre la cura del pecado y la muerte según la escritura.

En el texto hebreo se da en esta parasha lo que se podría llamar una anomalía. Si observamos el manuscrito hebreo vemos que una letra está más pequeña que las demás y totalmente fuera de lo normal, esta es la letra “Kaf” en la palabra “V’libkotah” (Y a llorarla) en el verso 2.

Esto ha sido así, desde generaciones antiguas y ha sido explicado por los jajamim (sabios) como una alusión a lo pequeño del llanto de Abraham. ¿Por qué lloró poco Abraham a Sara? ¿Acaso no la quería? ¿Acaso no vinieron a su mente tantos momentos juntos como la salida de Ur, el rapto del faraón y Abimelec y el nacimiento de Isaac? ¿Era Abraham un insensible? ¿Qué nos quieren enseñar los sabios con esta interpretación?

Lo que esto significa es que Abraham no lloró en sobremanera a Sara porque sabía que la existencia de Sara no había llegado a un fin definitivo. Abraham sabía sobre la resurrección y sabía que Sara tendría parte en el mundo venidero donde la vería nuevamente.

El texto hebreo menciona dos veces la frase “la vida de Sara” y solamente una vez “murió Sara”. Esto es para enfatizar que en el caso de los justos hay en realidad dos vidas y una muerte. La muerte no es el fin de la existencia, es lo que divide una vida y la otra. Es por ello que Abraham podía llorar a Sara de manera prudente.

Debemos aprender varias cosas del relato de la parasha y de esta enseñanza de los jajamim: En primer lugar debemos aprender que para los justos hay dos vidas (vida en este mundo y vida eterna) y una muerte; para los inicuos hay dos muertes (muerte temporal y muerte eterna) y una vida. El que puede hacer esa diferencia con seguridad en cada uno de nosotros es Yeshua nuestro Maestro y Salvador, el dijo:

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Elohim (Dios) al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Yohanan [Juan] 3:14-16).

“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” (Yohanan [Juan] 6:40).

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:13)

De EL, el profeta Isaías escribió:
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas El Eterno cargó en él el pecado de todos nosotros.” (Yeshayahu [Isaías] 53:5-6).

Yeshua es el perfecto sacrificio por nuestros pecados y el medio de salvación del Eterno. Su nombre precisamente significa “Salvación” o “El Eterno Salva”. Es en su sangre, que El Eterno puede perdonar todos nuestros pecados pues cargo en él la iniquidad de todos nosotros. Para saber más sobre la salvación visita el siguiente estudio: yeshua el regalo de Dios para tu vida.

En segundo lugar es un recordatorio de la eventualidad de la muerte de nuestros seres queridos. Mientras el Mesías no regrese y el aguijón de la muerte sea finalmente derrotado tendremos que experimentar la muerte. Preguntémonos ¿Cómo trataríamos a nuestros seres queridos si este fuera el último día de su vida? Si los trataríamos de manera diferente, la pregunta sería ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué no decir eso que sentimos? ¿Por qué no expresarles nuestro amor? ¿Por qué esperar un momento trágico para despojarnos de nuestra coraza sentimental? Tengamos siempre presente que debemos de tratarlos con sumo amor y respeto y su muerte no será tan dolorosa.

En tercer lugar, la parasha nos enseña una gran lección a todos los discípulos de nuestro Maestro Yeshua: La vida no termina con la muerte, nosotros tenemos una esperanza que nos permite ser infinitamente más optimistas a la hora de perder un ser querido: la esperanza de la resurrección.

Podemos decir que fuimos salvos de la pena del pecado, somos salvos del poder del pecado y finalmente, seremos salvos de la presencia del pecado. Esperamos ansiosamente el día de la resurrección cuando nuestro justo Rey y Mesías, venga en las nubes del cielo para resucitar a todos los que durmieron, y a los que hayamos quedado con vida.

Es esto lo que nos hace “llorar poco” como Abraham, no es que no sentimos la perdida, la sentimos y mucho, y nuestra alma esta apegada a nuestros seres queridos; lo que sucede es que tenemos esa esperanza y sabemos que estamos dando únicamente un “hasta luego” y que veremos a nuestros seres queridos en la mesa del padre Abraham con el Mesías en Jerusalén.

En este contexto podemos entender lo que Pablo dice a los creyentes de Tesalónica cuando escribe:

“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Yeshúa murió y resucitó, así también traerá Dios con Yeshúa a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en el Mesías resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” (1 Tesalonicenses 4:13-18).

Es por ello que Abraham pudo llorar poco a Sara, le vería cuando su descendiente más grande viniera a causar la resurrección y la era mesiánica, es por ello que como hijos de Abraham, podemos llorar a nuestros muertos, pero no como los que no tienen esperanza, sino como personas que sabemos lo que habrá un gran día: La liberación final del pecado y la muerte.

Yeshua nos dijo que Abraham vio su día y se gozó, Abraham proféticamente vio el día que Hashem había destinado desde antes de la fundación del mundo para la gloria del Mesías. ¿Hemos “visto” también nosotros ese día? Ciertamente todo aquel que ha nacido de lo alto espera ansiosamente ese día cuando ya no habrá “muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor”. (Apocalipsis 21:4)

Shabbat Shalom!
Isaac Bonilla

18 Oct, 2021

Parasha Vayera

Bereshit (Génesis) 18:1-22:24

Haftara: Melajim Bet (2 Reyes) 4:1-37

Resumen de la parasha:El Eterno aparece a Abraham en el encinar de Mamre para anunciarle sobre el nacimiento de su hijo Isaac, quien nacería el año siguiente, a pesar de la incredulidad momentánea de Sara. Abraham intercede por Sodoma y Gomorra para evitar que sea destruida diciendo que tal vez se encuentren ahí 50 justos, Hashem perdonará a la ciudad si hubiese 50 justos, Abraham sigue intercediendo hasta llegar a 10 justos (en el judaísmo 10 representa la totalidad de algo y es por ello que Abraham para en esa cifra. Un grupo de diez hombres se conoce en el judaísmo como “Minian”). Los malajim (ángeles) llegan a Sedom (Sodoma) y Amorra (Gomorra) para destruirla y son hospedados por Lot, Lot tiene problemas por hospedar a los ángeles y estos tienen que herir a los hombres de Sedom con ceguera total (en hebreo literalmente “cegueras”). Los ángeles destruyen Sedom después de sacar a Lot, a su mujer y a sus dos hijas. La mujer de Lot vuelve atrás y es convertida en un montón de sal, Lot mora en Zoar pero al tener miedo sube a un monte donde habita en una cueva. Sus hijas dan de beber vino a Lot y cometen incesto con él, de esta unión vienen los moabitas y los amonitas. Al morar Abraham en Gerar, Sara es tomada cautiva por Abimelec, El Eterno interviene y Sara es liberada, Isaac nace y es circuncidado al octavo día conforme al mandamiento dado por Hashem; sin embargo al crecer Isaac recibe burlas de parte de Ishmael, este y es expulsado juntamente con su madre, la sierva Hagar. Abraham recibe el mandamiento de sacrificar a su hijo Yitzjak en el monte Moriah, Abraham se levanta temprano a cumplir con la orden de Hashem creyendo firmemente en la resurrección de los muertos y que Hashem cumpliría su promesa de darle descendencia a través de Yitzjak. Antes de sacrificar a Yitzjak, el ángel del Eterno habla a Abraham impidiéndole llevar a cabo la orden y señalándole un carnero en lugar de su hijo. El Eterno jura por sí mismo dar todas las promesas a Abraham después de la prueba de el sacrificio de su hijo amado.


Sara y Hagar en Gálatas 4 ¿Qué significa la alegoría?

En la parasha de esta semana vemos como con gran gozo Abraham recibe la esperada promesa de su hijo Yitzjak. Por fin Sara, su amada esposa, concibe y da a luz contra todo pronóstico un hijo para Abraham Avinu quien da mucha alegría a ambos como su nombre lo dice. El nombre Yitzjak viene de la raíz para “Risa” o “Alegría” y habla en primer lugar de la risa de incredulidad mostrada por Sara y finalmente de la risa de gozo que causó en ella al ver un hijo en su vejez. El Eterno transforma nuestra incredulidad por lo increíble de sus promesas en alegría insuperable hasta el día de hoy; como hizo por Sara él sigue causando la misma alegría en cada uno de nosotros quienes estamos atónitos de su inmenso amor y bondad y por ello lo bendecimos con todo nuestro ser. ¡Bendito sea su nombre!

Hay algo muy curioso, como podemos ver en la palabra “Yitzjak”, su raíz sirve para describir tres tipos de risa en esta parasha:

  • La risa de Sara mostrando incredulidad, tal como está escrito: “Se rió (Vatitzjak), pues, Sara entre sí diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?” (Bereshit [Génesis] 18:12).
  • La risa de Alegría de Sara, tal como se dice: “Elohim me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo (Yitzajak li)” (Bereshit [Génesis] 21:5).
  • La risa de Ismael burlándose de Isaac, como está escrito: “Y Sara vio al hijo de la egipcia Hagar, que esta había dado luz a Abraham, se burlaba (Metzajek)” (Bereshit [Génesis] 21:5).

¿No habéis oído la Torah?

En la analogía, Pablo pregunta a los que están coqueteando con la circuncisión, y por tanto la conversión a judíos, como medio de justificación: ¿No habéis oído la Torah? Luego procede a decir lo que la Torah dice:

“Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.” (Gálatas 4:22-23)

Pablo se propone a hacer una alegoría entre los dos hijos de Abraham y sus madres, Abraham tuvo dos hijos; sin embargo uno era el producto de querer agradar al Eterno según el esfuerzo humano desligado de su voluntad perfecta (Ismael); y el otro era el producto de la promesa milagrosa del Eterno (Isaac).

Si leemos la Torah, sabemos que Ismael era hijo de una esclava (Hagar) egipcia y nació producto de tratar de cumplir las promesas de Hashem bajo el esfuerzo humano, ignorando la voluntad de Hashem. Isaac, por otro lado, nació como cumplimiento de una promesa del pacto Abrahamico pues era la “Zera” o “semilla” que Hashem prometió a Abraham.

En la interpretación cristiana convencional e histórica, la analogía significa algo muy simple: Hagar es la Torah o el judaísmo y produce hijos esclavos, esto es el pueblo judío. Sara, por otro lado, es el evangelio o el cristianismo y produce hijos libres, esto es los cristianos. Esta es la interpretación de virtualmente todo el cristianismo desde los días de los padres de la iglesia. Esto tiende a reforzarse cuando se introduce el factor de los dos pactos. Pablo escribe:

“Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.” (Gálatas 4:24)

De esto verso, se asume que Hagar representa a la Torah la cual es esclavitud y el antiguo pacto y Sara, el evangelio y el nuevo Pacto. ¿Es cierto esto? ¿Cuál es el punto de la alegoría? ¿Por qué Pablo únicamente identifica el pacto que representa Hagar? ¿Por qué no dice el que representa Sara?

Debemos de clarificar varias cosas para entender lo que Pablo está tratando de enseñar. En primer lugar, debemos de tener muy presente que lo que Pablo introducirá es una alegoría, tomar literal o demasiado literal una alegoría puede ser peligroso; generalmente la alegoría busca ilustrar o fortalecer un punto previamente aceptado. Extraer verdades entendiendo la alegoría literalmente lleva a la distorsión o tergiversación.

En segundo lugar, es bueno considerar el contexto general de la carta de Gálatas y el contexto inmediato de la alegoría del capítulo 4. Como mencionamos en la parasha Lej Leja (ver Parasha Lej Leja aquí) el propósito general de Gálatas en el siguiente mensaje de Pablo: La salvación viene por medio de la justificación en Yeshua y no por ser judío. Algunos creyentes en Yeshua, mayoritariamente prosélitos (es decir ex gentiles que se habían circuncidado adultos haciéndose legalmente en judíos) enseñaban a los gentiles creyentes que debían circuncidarse para poder recibir la justificación. Mismo tema fue el causante del concilio de Hechos 15, tal como se dice: “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.”(Hechos 15:1).

Pablo explica en los capítulos 2 y 3 que la justificación no viene por ser judío o por guardar mandamientos como medio de salvación. Por lo tanto, no debemos de leer la carta pensando que Pablo tiene en mente que la Ley esta abolida, o que la Torah no sirve para nada ya, o que Pablo está diciendo que “la iglesia” ha sustituido al pueblo judío. El tema es: ¿Cómo se recibe la justificación? ¿Por fe en Yeshua o por conversión a judío? (recordar que Pablo está escribiendo a no judíos). Es en este contexto que debemos de leer Gálatas 4 y la alegoría entre Sara y Hagar.

En tercer lugar, debemos diferir de aquellos que piensan que los dos pactos que representan Sara y Hagar en la alegoría, sean “El antiguo pacto” en Sinaí y “El nuevo pacto” en Yerushalaim (Jerusalén).

Los dos pactos a los que Pablo hace referencia son precisamente los dos de los cuales viene hablando desde el capítulo 3 de su carta: El pacto Abrahamico y el pacto en Sinaí. Pablo nos dice que pacto representa Hagar en la alegoría; sin embargo nunca dice cual es el pacto que Sara representa. Se asume frecuentemente que es “el nuevo pacto” pero Pablo nunca menciona este pacto en toda la carta de Gálatas, y es el pacto Abrahamico el que el contrasta con Sinaí en el contexto inmediato, únicamente un capitulo después.

Además, hubiese sido contraproducente para Pablo mencionar el “nuevo pacto” anunciado por Jeremías, porque ahí se dice que este pacto sería: “con la casa de Israel y con la casa de Judá.” (Jeremías 31:31). Si Pablo citaba este pacto como prueba de que no se requería ser del pueblo de Israel vía circuncisión para ser salvo, sus instigadores habrían apuntado que los destinatarios de ese pacto son las doce tribus de Israel.

Esto no sucede con el pacto Abrahamico, que tiene una promesa para la gran nación que saldría de Abraham (Génesis 12:2, 18:18) y para toda la humanidad que sería bendecida en Abraham y en su simiente, esto es el Mesías (Génesis 12:13, 18:18, 22:18, Gálatas 3:16). Es debido a esto que los dos pactos de la alegoría son el pacto con Abraham y el pacto en Sinaí.

Habiendo mencionado esto podemos ver cuál es el contraste, a quien se contrasta y cuál es el punto de Pablo.

Uno según la carne y el otro según la promesa.

El contraste que Pablo hace en Gálatas 4 no es como se piensa, no es entre el judaísmo y el cristianismo, o entre la Torah y el evangelio, o entre judíos y gentiles. Pablo contrasta a dos tipos de creyentes nacidos gentiles y su manera de querer justificarse ante Elohim.

Ismael era un hijo de una esclava, el fue circuncidado siendo adulto y fue nacido bajo el intento humano de agradar a Elohim (según la carne). Isaac por otro lado, fue nacido producto de un milagro, producto del pacto Abrahamico y la promesa de la descendencia, su manera de reclamar su herencia no era por medio de una circuncisión hecha adulto, sino por simplemente ser el cumplimiento de la promesa (por ello Pablo llama a Isaac el hijo “según la promesa”).

Hagar representa al pacto Sinaí en Arabia pues ella era egipcia y madre de los Ismaelitas. Sara representa al pacto Abrahamico al ser la receptora de la promesa y al dar a luz a ese hijo. Ahora no nos perdamos aquí. No hay nada de malo en el pacto en Sinaí, no hay nada malo en la Torah, lo incorrecto radica en tomar la circuncisión y la conversión al pueblo judío como medio de justificación eterna ante Elohim.

Derek Leman acertadamente apunta: “La Torah no es esclavitud, pero tratar de ser salvo por guardar Torah y conversión es esclavitud” (Derek Leman, “Paul didn’t eat Pork”, pág. 52. Traducción libre).

Daniel Lancaster expone en su excepcional comentario a Gálatas lo siguiente: “Nacidos según la carne son gentiles creyentes en Galacia, que como Ismael, pasaron por la circuncisión siendo adultos” (“The holy epistle to the Galatians”, Daniel Lancaster, pág. 226 First fruit of Zion, 1-800-775-4807, www.ffoz.org. Traducción libre).

Hagar representa el monte Sinaí porque al igual que Hagar era esclava, aquellos que trataban de justificarse por medio de la circuncisión convertían a la Torah en un yugo de esclavitud. La torah no lo es y no es la intención de Pablo decir que el pacto en Sinaí es esclavitud, eran ellos los que lo convertían en esclavitud.

En los días de Pablo una creencia popular en torno a la salvación eterna era: “La salvación viene por ser judío, todo judío debe de permanecer dentro del pacto siendo un creyente promedio y tendrá parte en el mundo venidero”. Ver la torah o la judeidad como medios de justificación es convertir a la Torah en un yugo de esclavitud y perder el propósito (o propósitos) por el que fue dada. Es por ello que Pablo dice:

“Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.”(Gálatas 4:25).

“Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;” (Romanos 10:3).

Pablo veía esta visión de convertir la Torah en un sistema acumulativo de créditos para tener parte en el mundo venidero, como un sistema de esclavitud. Es por ello que alegóricamente el monte Sinaí representa a estos prosélitos que trataban de justificarse por medio de la conversión a judíos e inquietaban a los gentiles de Galacia.

Pablo añade: “Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido. Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.” (Gálatas 4:26-28).

Pablo equipara, tal como los rabinos, a la Jerusalén mesiánica con Sara, él cita Isaías 54 como una alusión a Sara de quien se dirá que tiene más hijos. Todos los creyentes gentiles que han sido justificados por la fe en Mashiaj, son hijos espirituales de Abraham y Sara. En ellos se cumple la promesa del pacto Abrahamico que dice: “En tu simiente serán benditas todas las naciones (goim) de la tierra” (Génesis 22:18).

De manera que la alegoría no es acerca de judíos y cristianos o de Torah versus evangelio, o cristianismo contra judaísmo. El punto de Pablo es dos maneras de cómo creyentes de origen gentil buscaban la justificación: Los prosélitos, que se circuncidaron siendo adultos, buscaban la justificación por ser judíos vía circuncisión, como se habían circuncidado siendo adultos, son como Ismael; por otro lado, los gentiles que recibían la justificación por la fe en Yeshua entraban en la promesa del pacto Abrahamico, como Isaac y eran hijos de la promesa.

Es bueno recordar lo que dijimos al principio: es solo una alegoría ¡Cuidado con tomarla literalmente y llevarla a extremos que Pablo nunca buscó!

La persecución de Ismael.

Pablo finalmente añade:

“Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.” (Gálatas 4:29-31)

En ningún lugar de la Torah leemos sobre una persecución hecha por Ismael a Isaac, simplemente leemos que se burlaba de él. Sara percibió que Ismael claramente quería heredar con su hijo Yitzjak en esa burla, pero la Torah no nos dice en qué consistía. La tradición judía preserva una opinión conocida en los días de Pablo:

“Ismael dijo a Isaac, ‘yo soy más amado que tu porque fui circuncidado a la edad de trece años’. Isaac replicó, ‘yo soy más amado que tu pues fui circuncidado a los ocho días’. Ismael se burló: ‘Eso es lo que me hace más amado que tu porque fui circuncidado a la edad de trece años, pero tú fuiste circuncidado siendo un bebe y no tuviste opción en el asunto'” (Bereshit Raba 55:4).

“Y fue después de estas cosas que Ishmael y Yitzjak contendieron; e Ishmael dijo: ‘Es justo para mí que sea el heredero de lo que es de mi Padre pues yo soy su hijo primogénito’. Yitzjak le dijo: ‘es justo que sea el heredero de lo que es de mi padre, porque soy el hijo de Sara su esposa, en cambio tu eres el hijo de Agar la sierva de mi madre’. Ishmael respondió y dijo: Yo soy más justo que tu, porque fue circuncidado a los trece años. ” (Targum seudo Jonathan. Bereshit 22)

La persecución era sobre un tema según la tradición: El hecho del porqué uno debía de ser el heredero. Isaac apelaba a su madre Sara, para él, la fuente de su bendición y elección era la promesa del pacto Abrahamico. Ishmael por su parte se jactaba de su circuncisión hecha cuando era adulto.

¿Se nota el obvio paralelismo? Esto era exactamente lo que pasaba en Galacia: Los creyentes gentiles clamaban ser justificados e hijos de Abraham por la promesa del pacto hecho con él y su simiente. Por la sangre de la simiente de Abraham (Yeshua) los gentiles son injertados en la familia de Abraham y reciben perdón de pecados y vida eterna por las riquezas de su gracia. No es lo que los gentiles hicieran, sino cuanto hizo Yeshua por ellos. Su forma de justificación era la promesa del pacto Abrahamico.

Por otra parte, el medio de justificación de los creyentes prosélitos (un gentil que hace conversión legal a judío) era la circuncisión. Al igual que Ismael, habían llegado a creer que su circuncisión de adulto era la clave para la herencia.

¿Cuál fue el resultado dirá Pablo? Así como la sierva y el hijo fueron echados, los creyentes de Galacia debían dejar de escuchar a estos instigadores pues ellos tanto como Pablo eran “hijos de la promesa”.

Nuestra salvación depende de la gracia otorgada por la sangre del justo de justos, es su sangre lo que nos da vida y perdón de pecados, no obras de justicia que podamos hacer (tito 3:5). Es en su bendita sangre que Hashem nos da vida pues el cargó en él, el pecado de todos nosotros (Isaías 53:1-11). Los creyentes en Galacia experimentaban un peligro: basar su justificación en métodos de esfuerzo humano, y no en la gracia de Elohim mostrada en su ungido e hijo unigénito.

El peligro no era la Torah, no era el judaísmo, sino convertir esto en medio de justificación y caer de la gracia al asumir que la sangre de Yeshua no era suficiente. Su sangre es más que suficiente, es su sangre la que nos tiene dónde estamos y por medio de la que tenemos acceso espiritual intimo con Hashem. El es el medio de nuestro perdón y jamás debemos alejarnos de aquel hombre que nos amó y se entregó gustosa y voluntariamente por nosotros. Ante él se doblará toda rodilla en reverencia como Rey de reyes y Señor de Señores.

Conclusión

Hemos visto como la interpretación tradicional sobre Gálatas es deficiente pues hace que Pablo contradiga a Yeshua quien dijo que no había venido abrogar la Torah (Mateo 5:17).Pablo mismo andaba ordenadamente guardando la Torah como se nota en Hechos (Hechos 21:17-24). El Pablo que dice que Sinaí es literalmente esclavitud y que por tanto la Torah no es más válida para nadie, no es el pablo de Hechos ni de las epístolas; es un Pablo tergiversado. El punto de la alegoría es uno solo: Los gentiles no deben de circuncidarse para ser salvos o justificados por Dios, la entrada por el pacto Abrahamico en Yeshua es para ellos una seguridad firme para su salvación. Querer buscar justificación por el esfuerzo humano (según la carne) es ser un hijo de Esclavitud, como Ismael.

Todos nosotros fuimos llamados a libertad por el que nos dijo: “Si el hijo os libertare seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).

Que Hashem lo envíe prontamente en nuestros días a establecer su trono en Jerusalén para reverenciarle por su soberanía, la cual la recibió, por causa de su muerte y resurrección por nosotros.

¡MARANATA!

Shabbat Shalom!
Isaac Bonilla

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