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Shalom a todos amados hermanos que El Eterno, Elohim de Israel, bendiga a cada uno de ustedes y que podamos ocupar este espacio para construir paz, instruir en justicia y poder afirmar cosas que son necesarias para nuestra vida espiritual delante de Hashem. Cuando el More Abraham me invitó a este congreso, me sentí bastante alegre del esfuerzo que él estaba haciendo por dar un poco más de cohesión a este movimiento. A este movimiento que ha sido golpeado por creencias superficiales, posturas egoístas, orgullo espiritual y muchas cosas; pero que a pesar de todo, es un movimiento profético.

Cuando él me indicó que tendría una participación en este evento, también me sentí muy gozoso, hablarle a cada uno de ustedes es un gran privilegio. Siento que no debemos de ser como luciérnagas, cada uno con una luz pero muy pequeña para impactar. Juntos podemos ser como un cometa que alumbre a nuestro país. Al mismo tiempo, dirigirme a ustedes en este día es una gran responsabilidad. Responsabilidad porque lo que diga puede ser de edificación o de tropiezo, de vida o de muerte y entonces surgió la pregunta: ¿De qué será su exposición?

Cuando él me hizo esta pregunta, muchísimos temas saltaron a mi mente. Después de discutirlo con él, uno solo me pareció el más importante, el más urgente, el que requiere más prioridad y más fundamentación solida para nuestra Emunah (fe). Siempre ha sido un tema trascendental; sin embargo, hoy, cuando los vientos del error y sus artimañas vuelan por nuestros aires, se ha hecho más urgente. Este día quisiera hablar del Mesías sufriente y la dadiva de su vida para perdón de pecados de Israel y el mundo.

Hay mucha confusión con respecto a este punto y he oído diversos ataques hacia nuestra fe en Yeshua, algunas veces han logrado debilitar nuestra confianza, otras hacernos dudar de la veracidad de los reclamos mesiánicos de Yeshua, y en algunas, la más trágica de todas: Negar a nuestro Maestro, aquel que nos trajo precisamente a todo lo que conocemos y por medio de quien hemos sido aceptados por Hashem eternamente.

Los ataques a nuestra fe más comunes son dos: El judaísmo no acepta la noción de un Mesías que muere por el pecado y el judaísmo no acepta dos manifestaciones o venidas de un Mesías porque no hay base en las escrituras hebreas para esto. ¿Es cierto esto? ¿Es cierto que no hay espacio en la fe de Israel para un Mesías que sufre por nuestros pecados y justificarnos delante de Hashem? ¿Es cierto que no hay ninguna base escritural, y en la tradición de Israel, para dos manifestaciones del Mesías? En esta hora expondremos algunas razones de porque sabemos que ambas aseveraciones no reflejan la realidad y no son convincentes.

Quisiera tratar primero el tema del Mesías sufriente. Como muchos sabrán, hay un texto por excelencia para este tema, un capitulo del Tanaj que cuando es leído sin predisposiciones, ha causado que más y más judíos crean en Yeshua, puesto que claramente enseña la idea de un Mesías sufriente, me refiero obviamente a Isaías 53. Este capítulo claramente muestra al Mesías muriendo por el pecado como una ofrenda de culpa (Asham) y así fue entendido por el judaísmo antiguo. Como muchos deben de saber, el talmud, el Midrash Raba, el Yalkut, El Midrash Tanjuma, El zohar y otros, todos asocian a Isaías 53 con el Mesías primariamente. Incluso leemos en el talmud:

“Los rabinos dijeron: su nombre es el ‘erudito leproso’ como está escrito: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” (Sanedrín 98b).

Los jajamim llamaron al Mesías “Jivra”, esto es, leproso en arameo. Alguien que será considerado por Israel “Nagua” esto es, llagado y abatido por Elohim, alguien impuro que sufre por su maldad; aunque en realidad, está sufriendo por nuestros pecados. ¿Les parece conocido? ¿Conocen a alguien que fue considerado y es considerado impuro por la mayoría de Israel pero que tiene como tarea sufrir por el pecado del mundo?

Podríamos revisar muchas fuentes muy antiguas, hasta que el tiempo se agote, todas dirán unánimemente que Isaías 53 habla del Mesías. Esto tomo un rumbó diferente en el siglo XI con Rab Shelomo Yitzjaki, conocido como Rashi.

Rashi vivió en una época muy tempestuosa para la comunidad judía, una época de conversiones forzadas al catolicismo, e incluso tuvo que vivir la época de la primera cruzada, donde miles de judíos murieron. En este contexto Rashi, con una posición defensiva, argumentó que Isaías 53 no se refería al Mesías sino a la nación de Israel en el exilio. El fue la primer autoridad en decir esta postura y popularizarla.

Muchos rabinos que vinieron después de él, criticaron duramente su posición y expusieron que la interpretación correcta de la escritura era que, Isaías 52:13- 53:12, hablaba del Rey Mesías. Abarbanel, Moshe Crespín de Córdoba, Eliyah de Vidas, Maimonides son solo algunos ejemplos de esto.

Ahora, antes de considerar los dichos de autoridades contemporáneas en torno a Isaías 53, me gustaría que leyéramos por nosotros mismos Isaías 52:13- 53:9 para ver de quien está hablando el profeta, ahí se nos dice:

“He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de El Eterno? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por llagado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas El Eterno cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.”(Isaías 52:13-53:9)

Al leer reflexivamente el pasaje, podemos saber que no puede estar hablando de Israel por las siguientes razones:

  • Isaías diferencia a Israel y al siervo que está sufriendo explícitamente y directamente en el verso 8 donde dice que el siervo sufriente “por la rebelión de mi pueblo fue herido”. Claramente el siervo está siendo herido por causa de Israel, o en lugar de Israel. La identificación del siervo con Israel haría el pasaje ambiguo e ilógico.
  • Isaías diferencia a Israel implícitamente cuando a menudo habla de “nosotros” (Isaías y el pueblo judío) y “El” (El siervo sufriente).
  • Isaías menciona que el siervo sufriente, no tiene maldad (o violencia) y nunca hubo engaño en su boca. A lo largo de su libro, Isaías describe a Israel como un pueblo repleto de pecado, engaño y violencia. ¿Cómo podríamos decir que está hablando de Israel?
  • Isaías dice que el siervo sufriente es “cortado de la tierra de los vivientes”. Nunca el pueblo judío como un todo ha sido cortado y ha muerto. Es más, Jeremías dijo que eso ¡nunca pasaría! (Jeremías 31:35-37).

Podríamos decir más, pero consideramos que estas razones son suficientes para concluir que la posición de Rashi carece de una exegesis adecuada y no es convincente al estudiar el pasaje. ¿Es consistente con la fe de Israel nuestra posición? ¿Hay autoridades judías que abrazan nuestro entender en los últimos siglos? Quisiera presentar a ustedes algunas fuentes no muy conocidas y sus comentarios sobre Isaías 53 para ver si es cierto, que el judaísmo no tiene un precedente de “Un Mesías que muere por el pecado de Israel y el mundo”. Veamos estas fuentes:

“Y el Santo bendito sea hizo un pacto con el Mesías y le dijo: ‘Los pecados de aquellos que sean perdonados por tus meritos, causarán que seas puesto sobre un yugo de hierro y te harán semejante al becerro, cuya vista es sombría y atarán a tu espíritu ese yugo y por causa de sus pecados tu lengua se pegará a tu paladar. ¿Estas listo para sufrir esto?’ Dijo el Mashiaj al Santo: ‘¿Durará muchos años tanta agonía?’ Y el HaKadosh le dijo: ‘por tu vida y por mi cabeza, una semana solamente he decretado para ti, pero si por ello fueses afligido, los destruiré ahora mismo’. Pero El Mashiaj le dijo: ‘Soberano del universo, con toda la disposición de mi alma y el gozo de mi corazón, tomaré esto sobre mí con la condición que ni una sola alma de Israel perezca y no solamente aquellos que serán salvos en mis días, pero aun todos los que hayan muerto, desde el primer hombre hasta ahora y también los que no hayan nacido aun y además aquellos que sea tu intención crear. Estoy dispuesto a todo esto, y que sea la condición que caiga sobre mí'” (Midrash Pesikta Rabbati 36).

¿Podríamos decir después de esto, que el judaísmo no tiene precedentes de un Mesías que muere por Israel y el mundo para salvar sus almas? Veamos la siguiente fuente:

“Vuélvete a nosotros, Mesías que eres el Tzadik… estamos afligidos y no hay nadie para justificarnos. El ha tomado nuestra iniquidades; él fue herido por nuestras transgresiones, toma en sus hombros nuestros pecados” (Machzor Korban Ha’aron de Yom Kippur en Musaf. Warsaw: 1867. Citado en “The return of the Kosher pig”, Shapira, 130).

Como vemos, incluso en el musaf de Yom Kippur, Isaías 53 y las alusiones mesiánicas aparecen poderosamente. Los meritos del Mesías como base del perdón de Israel son un tema conocido en el judaísmo. Este Machzor (libro de oraciones judías para las festividades) preserva esta antigua oración que se atribuye a Rabi Eliezer Hakkalir.

Veamos otra fuente interesante:

“Cuando el Mesías llegue, ¿Reconoceremos su grandeza o lo rechazaremos? No fue dicho en Isaías: ‘¿Quien ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quien se ha manifestado el brazo del Señor? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.’ Después que ganemos nuestro entendimiento, declararemos, ‘Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino’.” (Rab Aharon Yaskil, Ish Peleh, 16-17).

Según esta fuente, el hecho de que la mayoría de Israel rechace al Mesías, no significa que en efecto no sea el Mashiaj. Todo lo contrario, debemos esperar que la mayoría de Israel lo rechace y luego lo acepte, habiendo ganado entendimiento de nuestros malos caminos y de su sacrificio por nosotros.

En esta misma línea, el gran Najman de Breslov nos dice:

“¿Perdimos nuestro camino 2000 años atrás? ¿O quizás hemos encontrado el camino? Como sea, el profeta Isaías que profetizó del Mesías declaró que hemos de esperar una gran sorpresa, “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas El Eterno cargó en él el pecado de todos nosotros” ¿Representa esta conexión a un Tzadik un nuevo judaísmo? ¿O es la conexión a el Tzadik el judaísmo original? (Likutey Moharan, 9).

La postura que elimina la explicación mesiánica del pasaje es tan poco convincente que hizo decir a Ben Asher Eltoshler: “Desde ahora, interpretaré estos versos sobre el Mesías que vendrá prontamente en nuestros días y no acorde al método de Rashi” (The return of the Kosher pig, pág. 107).

Finalmente quisiera compartir lo que dijo sobre Isaías 53, el gran Rab Menajem Mendel Schneerson. Sus credenciales son indiscutidas como un célebre erudito judío del siglo pasado. En un famoso libro nos dice:

“Las palabras ‘He aquí mi siervo prosperará, será exaltado y puesto muy en alto’ se refieren al Mesías, la escritura menciona 5 atributos del Mesías; prosperará (yaskil), exaltado (yarum), levantado (nisa), elevado (gava), grandemente (Meod) porque el Mesías es de arriba y es más grande que los tres padres (Avraham, Yitzjak, Yaakov), Moshe y Adam Kadmon, Moshe es el primer redentor pero el Rey Mesías es más grande” (Torat HaMenajem, Hitvadhut, 272-273).

Claramente después de ver estas opiniones rabínicas sobre el pasaje de Isaías 53, podemos concluir que la creencia en un Mesías que muere por el pecado de Israel y el mundo, por cuyos meritos almas son salvadas, que es rechazado por la mayoría de Israel y que exaltado hasta lo sumo, es algo perfectamente compatible con el judaísmo. La diferencia en nosotros es el énfasis que ponemos a esta creencia y que hemos encontrado al hombre de quien se ha dicho todo esto: Yeshua Ben Yosef de Nazaret.

Habiendo visto la evidencia, procedamos para finalizar este estudio, al último punto: Evidencia judía sobre dos advenimientos del Mesías. Me gustaría ir a Miqueas 5:1-2 (2-3 en versiones castellanas) donde se nos dice:

“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. (Mikayahu [Miqueas] 5:2-3)”

El verso de Mika es claro al decir que el Mashiaj nos dejará (la misma palabra utilizada en Lamentaciones 1:13, Salmo 55:22 y Jeremías 40:11) hasta que la que haya de dar a luz, dé a luz y los hijos de Israel se vuelvan a YHWH. Sabemos que la redención final y el arrepentimiento sincero de Israel, son descritos como una mujer dando a luz y el gran Rabino Ben Attar ha expandido sobre esto en sus comentarios a la parasha Tazria. Claramente este verso habla de un mesías que nace, nos deja hasta un tiempo, para luego ser revelado.

Este entender no es totalmente nuevo a ojos judíos, pues hay muchas fuentes judías que lo dicen. Veamos solo algunas de ellas

“El (Elohim) estará con el redentor final, como estuvo con el primero (Moisés) y como el primer redentor (Moisés) se reveló primero a los Israelitas y luego se escondió así hará el final redentor, se revelara a los Israelitas y luego se esconderá por un tiempo” (Midrash Rut Rabba 5:6).

“El rey Mesías se revelara a sí mismo y luego se ocultara para luego revelarse una vez más, como es dicho en el Midrash sobre Rut y en los poemas de Rabí Eliezer HaKalir”. (Rashi, comentario del Libro de Daniel)”

“Este es nuestro Mesías el Tzadik que es humilde y viniendo en un asno. El vendrá en mansedumbre porque no vendrá en un caballo. El vendrá en las nubes del cielo con los ángeles a su lado; esta será la grandeza que Dios le ha dado al Mesías” (Saadia Gaon, Mikraot Gedolot, 186).

“El Mashiaj se revelará asimismo y solo unos pocos lo reconocerán. El Mesías será escondido en cuerpo y espíritu… después será totalmente revelado y todos lo reconocerán y serán reunidos ante él” (Ha’ari, Sha’ar Haguilgolim cap 13)

Creo que después de estudiar la evidencia por nosotros mismos, podemos concluir que los ataques contra la fe en Yeshua nuestro Mesías, aquel que murió por nuestros pecados y que vendrá prontamente para liberar a Israel y juzgar al mundo, son argumentos que prueban no ser convincentes. Todos los que estamos aquí somos de esos “pocos” que hemos reconocido al Mesías y esperamos su venida tratando de vivir rectamente delante del Eterno.

No permitas que nada te robe tu fe en Yeshua, una papel o una conversión formal al judaísmo no vale haber encontrado al “más hermosos de los hijos de los hombres”. La tinta de un papel o la gloria de los hombres, no vale el gozo de estar inscrito en el libro de la vida y haber pasado de muerte a vida. En Yeshua nuestro Mashiaj, tenemos plena certeza que El Eterno ha desarrollado un plan para Israel y el mundo que concluirá llevándolo a feliz termino

Es mi deseo, mi oración, mi plegaria, que todos nosotros atesoremos nuestra fe, que ha vencido al mundo, y por la que estamos firmes, como el mayor de los tesoros. Queda mucho camino por recorrer para hacer de este movimiento algo que llegue a otro nivel, con humildad, la ayuda del Eterno y mucha tefilah (oración) lo podremos hacer.

¡Que Hashem nos haga merecer la segunda manifestación de su Ungido prontamente y en nuestros días! Ken Yehi Ratzon Amen

Con bendición
Yitzjak Bonilla Castellanos

 

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