Devarim (Deuteronomio) 7:12-11:25
Haftara: Yeshayahu (Isaías) 49:14-51:3
La parasha narra consecuencias de la bendición nacional que vendría al pueblo si vivían a la altura de las expectativas espirituales de pacto. Contiene fuertes exhortaciones de Moshe contra la “auto-justicia” y cualquier sentimiento de merecer la tierra prometida, haciendo un pequeño recuento de cómo el pueblo se reveló contra Hashem desde la salida de Egipto y como estaban vivos por la misericordia de Hashem, las promesas a los patriarcas y la intercesión de Moshe.
Finalmente la parasha concluye con el “Vehaya Im Shamoa” que es la segunda porción de la oración del Shema en la liturgia judía. Dicho verso es básicamente una paráfrasis de alcances colectivos del primer párrafo del Shema (Deuteronomio 6:4-9). Añade bendiciones nacionales que caerían sobre el pueblo por causa de tener fidelidad de pacto.
Una de las frases más famosas encontradas en la parasha es la que se registra en el recuento de los 40 años hecho por Moshe, tal como está escrito:
“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de El Eterno vivirá el hombre.” (Devarim [Deuteronomio] 8:3).
¿Qué es lo que quiso decir Moshe con “No solo de pan vivirá el hombre”? Si tomamos un literalismo extremo y desprendido del contexto histórico, ¡Nadie vive únicamente de comer pan! Además ¿acaso el mana no era pan también? ¿Por qué contrastar el mana, que es pan, para enseñar que no solo de “pan” vivirá el hombre?
Debemos de entender que en la cultura judía “pan” equivale a decir “comida” o “alimento”, esto es claramente evidenciado en el libro de Samuel donde se nos dice:
“Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había probado pan.” (1 Samuel 14:24).
“Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que tome hoy alimento. Y el pueblo desfallecía.” (1 Samuel 14:28).
Claramente pan y alimento se consideran sinónimos y términos intercambiables en la narrativa de Samuel. Esto debido a que es un hebraísmo muy conocido decir “pan” para referirse a la comida en general.
En vista de este dato, podríamos parafrasear lo dicho por Moshe como: “No solo de comida vivirá el hombre”. Esto explica en parte el porqué de la frase dicha por él, pero nos deja una pregunta esencial: El mana no volverá a bajar de nuevo ¿Qué es lo que Moshe esperaba que el pueblo supiera o entendiera entonces? En otras palabras, si el mana ya no cae ¿acaso no es cierto que el hombre SI vive de pan, puesto que ya no hay mana del cielo?
A pesar de que ya no hay mana en el sentido portentoso y literal de la palabra, existe un mana que sigue existiendo y es lo que Moshe quería que el pueblo judío entendiera para siempre. Este mana es la provisión sobrenatural del Eterno.
Todo lo que vino a ser, existe por la palabra del Eterno. Hashem creó el mundo a través de su palabra, El es el creador de todo lo que existe. El sustenta todas las cosas por el poder de su palabra y en su mano “esta el poder para fortalecer todo lo que existe” (1 Crónicas 29:12).
Muchas veces la cultura post-modernista, materialista y consumista que nos rodea nos lleva al sutil engaño de que vivimos por nuestros trabajos, nuestras capacidades, nuestro intelecto, nuestra fuerza, nuestros medios, etc. Esta parasha nos recuerda de que no dependemos de nuestro trabajo, sino de aquel que nos da trabajo; no dependemos de la comida, sino del creador de la comida. Eso es lo que significa que “no solo de pan vivirá el hombre”; a pesar de tener circunstancias adversas y de aparente estrechez, todo creyente tiene asegurado que: “Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Yeshua El Mesías.” (Filipenses 4:19).
En Hashem nuestra provisión está asegurada, el tiene cuidado de nosotros y como dijo Shimón Kefa, podemos echar en él toda nuestra ansiedad (1 Pedro 5:7). Cuando entendemos que nuestra vida está guardada en la buena voluntad del Eterno, nuestro afán o stress, por el mañana y por nuestras necesidades disminuye.
El Salmo 147 dice: “El da a la bestia su mantenimiento, a las crías del cuervo que dan voces” (147:9). Versos después dice: “Adonay se complace en los que le temen, en aquellos que esperan en su bondad… El da en tu territorio la paz; te hará saciar con lo mejor del trigo” (147:11, 14).
Es curioso ver como en primer lugar, el salmista dice que Adonay da comida a animales que nos parecen tan repulsivos como los cuervos. ¡Hashem está preocupado por lo que comerá el cuervo el día de hoy! Inmediatamente el salmista dice que él sacia a su pueblo con lo mejor del trigo. Al establecer este orden es como si estuviera diciendo “Si El Eterno está preocupado por lo que comerán el cuervo y su familia ¿Cuánto más estará preocupado por lo que comeremos tú y yo el día de hoy?”.
Es muy probable que este salmo estuviera en la mente de nuestro Maestro cuando hizo una Drasha (exposición o enseñanza) excepcional sobre el tema de la provisión. Leemos que él dijo:
“Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?” (Lucas 12:22-24).
Hashem vela por nosotros, podemos contar con él en momentos de estrechez, en momentos de crisis, en momentos de angustia. El solo está esperando a que reaccionemos positivamente y busquemos refugio en él. El no abandona a los que le temen y escuchará nuestro clamor.
El desorden de prioridades con los que el postmodernismo nos rodea debe de ser retado seriamente. La prioridad número uno de todo creyente es servir a Hashem, lo demás vendrá por añadidura, tal como está escrito:
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)
¡Que El Eterno nos haga entender que vivimos por el creador y no por la creación!
Shabbat Shalom!
Isaac Bonilla