Si hay un personaje que despierta curiosidad entre estudiosos y no estudiosos de la escritura este es Shimshon, conocido por su nombre en español “Sansón”. ¿Quién no ha leído la historia de su largo pelo? ¿Quién no sabe que su mujer fue Dalila? ¿Quién no ha oído de la famosa quijada de burro? Todos nosotros hemos oído todas estas cosas, y aquellos que tenemos interés en las escrituras siempre hemos visto a Sansón como un personaje interesante y peculiar.
El poder de la consagración.
La escritura nos informa el porqué de ese poder, tal como está escrito:
“Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos” (Jueces 13:5).
El voto de Nazareo esta detallado en la Torah, específicamente en Números 6. Ahí encontramos las distintas reglamentaciones para todo aquel que quería ofrecer un voto especial al Eterno. El voto de Nazareo estaba supuesto a significar una consagración especial al Eterno. Las medidas que se le exigían al Nazareo (En hebreo “Nazir”) eran de santidad especial y superior al resto, e incluso, se le requerían mandamientos similares al sumo sacerdote en su acercamiento a cadáveres. Una de las características del Nazareo, era que tenía que dejar crecer su cabello (Números 6:5)
Sansón sería “Nazir” desde su nacimiento. La palabra “Nazir” en hebreo, significa “Consagrado”. Sansón nacería de manera sobrenatural, al tener una madre estéril, su nacimiento fue anunciado por un ser sobrenatural (El ángel del Eterno), quien hizo un acto sobrenatural en frente de sus padres (ver Jueces 13:19-20). Sansón era sobrenatural incluso antes de su nacimiento, consagrado a Hashem desde el vientre de su madre.
Esta era la razón de su fuerza descomunal, no era el pelo en sí mismo. En otras palabras, su pelo no tenía un poder intrínseco sino que era símbolo de lo que en realidad daba a Sansón su fuerza sobrenatural: Su total consagración y la elección de Hashem, quien lo había apartado para librar a Israel de los filisteos. Más que un ser mágico, Sansón era alguien consagrado para una tarea sobrenatural.
Esto debe de darnos una gran lección: El poder que la consagración a Hashem tiene es increíble. Podemos lograr grandes cosas, si de verdad decidimos apartar nuestras vidas de la contaminación que hay en el mundo, y consagrarnos a Hashem. Al no haber templo, no puede haber voto de Nazareo; sin embargo, todos podemos tener una consagración especial ante Hashem, al seguir sus mandatos y amarle de todo corazón, hacer bondad con nuestros semejantes y mejorar cada día. Aquel que pudo librar a Israel de los filisteos por mano de Sansón, es nuestro Rey y Salvador. Su mano no se ha acortado para salvar, el puede hacer grandes cosas a través de nosotros, si solo se lo permitimos. El quiere usarnos para traer redención y salvación a Israel y el mundo. Está esperando para que nos consagremos a él de verdad. ¡Que esperamos para hacerlo!
Sin embargo, cuando leemos la historia completa de Sansón, dejamos de añorar ser como él y tener su final. ¿Podemos verlo? Ahí lo tienen, sin ojos, pues los filisteos se los han sacado; sin el pelo de su Nazareato, pues Dalila se lo quito; tampoco tiene su gran fuerza, pues está sometido a estos “Incircuncisos”. ¿Qué salió mal en esta historia? ¿Cómo es que aquel que tenía todo ahora lo perdió todo? ¿Qué podemos aprender de su historia para no repetirla? En una palabra: Obediencia
Sansón lo tenía todo, todo lo necesario. Sin embargo como se ha dicho en el talmud: “Todo está en manos del cielo, excepto el temor al cielo” (Berajot 33b, Nida 16b). La catástrofe de la vida de Sansón, fue la falta de obediencia, y no vivir según las normas del Eterno para su vida. Sus pecados costaron mucho y según los sabios de Israel, Hashem pagó Mida Keneged Mida, esto es “medida por medida” con castigos para él.
Por ejemplo, leemos en el talmud:
“Nuestros rabinos han enseñado: Sansón se rebeló [contra Dios] a través de sus ojos, como está dicho: Sansón dijo a su padre: Tómala para mí, porque ella es agradable delante de mis ojos; por lo tanto, los filisteos le sacaron los ojos, como se dice: Y los filisteos echaron mano de él, y le sacaron los ojos” (Sotah 9b).
Cuando Sansón quiere tomar mujer, planea tomar mujer de entre los filisteos, y no de entre su pueblo Israel. Su padre le advierte diciendo que podría tomar una hija de su pueblo, con mismas creencias, mismo Dios, mismo camino. Sansón contesta: “Tómame ésta por mujer, porque es agradable a mis ojos [Be’enay en hebreo]” (Jueces 14:3).
Según los jajamim, sus ojos comenzaron a desviar a Sansón de la óptima voluntad del Eterno. Debido a esto, y por el gran llamamiento que tenía y las expectativas de santidad puestas en él, Hashem lo castigó duramente, y permitió que los filisteos sacaran sus ojos.
El talmud agrega:
“Se ha enseñado: Rabí dice: El comienzo de su [Sansón] degeneración ocurrió en Gaza; por lo tanto, recibió su castigo en Gaza. “El comienzo de su [Sansón] degeneración estaba en Gaza”, como está escrito: Y fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, etc.; (Jueces 16:1) ‘ , por tanto, él recibió su castigo en Gaza “, como está escrito: Y le llevaron a Gaza (16:21)”.
Los sabios del talmud, acertadamente opinan que en Sansón tenemos un caso de Mida Keneged Mida. Sansón fue a Gaza y se acostó ni más ni menos ¡Que con una prostituta! ¿Podemos imaginar el calibre de su pecado? Ciertamente, está prohibido para un Israelita común, y para un gentil justo, llegarse a una prostituta, cometiendo fornicación. ¿Cuánto más alguien con un voto de Nazir, alguien casi equiparable a un sumo sacerdote?
Esto puede compararse a si hoy en día viéramos a un Rabino, pastor, predicador, Maestro bíblico, etc. entrar a un Night Club inmediatamente después de estar en su congregación. ¿Dejaría Elohim sin castigo a esta persona? ¿Tendría “fuero” del cielo para poder pecar así sin retribuciones? ¡Absolutamente no!
Yeshua Nuestro Santo Maestro, nos enseñó: “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” (Lucas 12:47-48)
Sansón terminó en la cuidad donde su degeneración había comenzado, o podríamos decir acrecentado. El también había transgredido comiendo miel de un panal que estaba en los restos de un león muerto. Esta era una cosa “Tame” (inmunda) que no debía ser consumida por él. El la consumió e incluso la compartió con su padre, tal como está escrito:
Sansón terminó en la cuidad donde su degeneración había comenzado, o podríamos decir acrecentado. El también había transgredido comiendo miel de un panal que estaba en los restos de un león muerto. Esta era una cosa “Tame” (inmunda) que no debía ser consumida por él. El la consumió e incluso la compartió con su padre, tal como está escrito:
“Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.” (Jueces 14:9).
El ángel había advertido a su madre diciendo: “Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda (Tame).” (Jueces 13:4).
Sansón no hizo caso de esto, y comenzó un camino de perdición y de pérdida de consagración. En Sansón se cumple lo que dijo el Emisario de nuestro Mashiaj: “Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.” (Colosenses 3:25).
Sansón era alguien verdaderamente fuerte físicamente hablando, si él hubiera podido tener esa misma fortaleza espiritual y de carácter, habría logrado grandes cosas. Quizás hubiera muerto en buena vejez (¡Muy fuerte quizás!) y no muriendo junto a los filisteos.
Quizás de él, es de quien está escrito:
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16:32).
Si Sansón se hubiera enseñoreado de su espíritu con la misma fuerza, con que podía tomar una ciudad, hubiera logrado más cosas grandes en Israel. Esta faceta de la vida de Sansón nos da una gran lección: Podemos tenerlo todo, podemos tener todo lo que se requiere para ser recto delante de Hashem, el llamado, la elección, la unción del Eterno, el compromiso o voto; sin embargo, todo será insuficiente sin el temor a Hashem y la obediencia, tal como se nos dice:
“Y Samuel dijo: ¿Se complace El Eterno tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de El Eterno? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.” (1 Samuel 15:22)
¿Qué tanto estamos obedeciendo a Hashem? ¿Esta nuestra alma ligada a sus mandamientos para nuestra vida? ¿Estamos dispuestos a ser un león muerto por un poco de “miel”? ¿Ocupamos nuestros atributos espirituales dados por el cielo, para pensar que tenemos “fuero político” para pecar? ¿O los ocupamos para obedecer más y más?
Que El Eterno nos permita una consagración poderosa ante él, y una obediencia firme para caminar rectamente delante de él y ser la luz que quiere que seamos
Con bendición
Yitzjak Bonilla Castellanos