“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Elohim (Dios) verdadero, y a Yeshua HaMashiaj, a quien has enviado” (Yohanan [Juan] 17:3).
¿Te has preguntado alguna vez cual es el propósito de esta vida? ¿Para qué estás aquí y quien eres en realidad? ¿Tiene esta vida algún sentido más allá de la muerte? ¿Es esta vida sólo un gran juego de monopoly donde adquieres bienes y riquezas pero una vez acabado todo vuelve a la caja? No estás solo, hay millones de personas que se han hecho y aun se hacen esta pregunta.
En realidad, la vida si tiene un significado último y eterno, este significado último y eterno esta necesariamente relacionado con el creador eterno de la Vida: Elohim (Dios).
Es este ser supremo lleno de amor, bondad y justicia quien creó el universo y a todos nosotros. De hecho a pesar de no ser visible, hay testimonio abundante de su existencia en las cosas que se ven. Su infinito poder se manifiesta cuando consideramos el increíble diseño inteligente del universo.
Elohim (Dios) creó el universo pero los humanos nos apartamos de él con velocidad record. Su plan para redimir al mundo comenzó a ponerse en acción de inmediato.
El Eterno escogió a un pueblo para revelar su palabra al mundo, esta palabra era la expresión misma de su voluntad para la humanidad. Este pueblo es el Pueblo de Israel, el único pueblo que ha sobrevivido a lo largo de los siglos a pesar de que ha sido el más odiado y perseguido.
A través de nuestro pueblo, el Eterno revelo su Torah al mundo, Torah significa instrucción y ha sido traducida al castellano popularmente como “ley”. El deber de Israel debía ser dar a conocer el monoteísmo (la creencia en un solo Dios) y la voluntad del único Dios a todas las naciones. El profeta Yeshayahu (Isaías) dice de Israel:
“Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Ya�akov a quien yo escogí, Este pueblo he creado para mi kavod (gloria) mis alabanzas publicará” (Isaías 41:8,43:21)
A través de Israel el Eterno desarrollaría su plan para redimir a la humanidad de sus pecados y de sus consecuencias temporales como eternas. Todas las personas, judíos o gentiles, han fallado en dar el ancho de los mandamientos de Dios, todos hemos pecado delante de él.
El pecado nos separó y nos separa de Dios y no podemos justificarnos delante de él por nosotros mismos, tal como está escrito: “porque no se justificará delante de ti ningún ser humano” (Salmo 143:2).
Como todos hemos pecado delante de Dios somos incapaces de justificarnos delante de él. La consecuencia del pecado es la muerte eterna, ya que la estricta justicia de Dios no puede ser pasada por alto, No castigar el pecado sería una injusticia lo cual es una imposibilidad para la naturaleza de Dios.
Sin embargo al mismo tiempo el infinito amor de Dios, quería y quiere, perdonar al pecador. El Eterno tenía un plan para redimir a la humanidad sin anular su justicia al castigar el pecado, ni su amor al perdonar a todos los transgresores (nosotros), sus profetas anunciaron que una persona sin pecado daría la vida voluntariamente para lograr la expiación de los pecados de Israel y del mundo, esta misma persona seria después el rey de toda la humanidad. De esa manera el pecado era castigado y el transgresor perdonado al aceptar esta dadiva de Dios.
Ese personaje era el “Mashiaj” (Mesías) que significa literalmente “ungido” Muchas profecías se escribieron y finalmente el redentor apareció en la cuidad de Natzrat (Nazaret) su nombre es Yehoshua, conocido popularmente como Jesús.
El apareció en Israel curando enfermedades y predicando la buena nueva del Reino de Elohim, muchos judíos creyeron en él, pero la clase gobernante y lideres corruptos de Israel de aquella época lo rechazaron (Lucas 24:20) y fue crucificado por permiso del procurador romano Pilato. Dios acepto la dadiva de su vida como sacrificio por los pecados del mundo y dio testimonio de esto al resucitarlo de entre los muertos conforme a las profecías (Tehilim [Salmos] 16:10, Yeshayahu [Isaías] 53:10)
La buena nueva es que todo aquel que acepta a Yehoshua como el sacrificio suficiente por sus pecados recibe perdón de pecados y herencia entre los santos, tal como está escrito:
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Carta a Efesios 1:7)
El Eterno puede perdonar todos tus pecados y cambiar el rumbo de tu vida, hacerte una nueva criatura y declararte su hijo por los meritos que Yehoshua el Mesías imputó a nuestro favor. La salvación del castigo eterno es un regalo de Dios para el mundo.
La biblia dice: “La paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Elohim (Dios) es vida eterna en Yehoshua HaMashiaj señor nuestro.” (Romanos 6:23)
Si te preguntas como hacer tuya dicha dadiva, la escritura establece claramente: “Si confesares con tu boca que Yeshua es el Señor y creyeres en tu corazón que Elohim(Dios) le resucitó de los muertos serás salvo.”(Rom 10:9)
La salvación es un regalo por gracia de Elohim que se recibe por fe y haciendo una confesión pidiendo a Elohim el perdón de nuestros pecados ¿Te gustaría recibir el regalo de la salvación? ¿Te gustaría que todos tus pecados fueran perdonados, como dice la escritura? ¿Quisieras hacer una confesión de fe delante de tu padre en las alturas? Puedes orar de la siguiente manera:
“Padre mío que habitas en los cielos, Dios de Avraham, Isaac y Jacob reconozco que soy un pecador y que me he rebelado contra ti al desobedecer tus buenas leyes y tu voluntad. No merezco nada de ti, pero he entendido que por tu gran amor enviaste a tu hijo, El Mesías Yehoshua, a morir en mi lugar y lo resucitaste de entre los muertos. Me arrepiento de todos mis actos y lo confieso como el Señor y salvador de mi vida. Ayúdame a cambiar de aquí en adelante para poder cumplir tu voluntad. Te agradezco por perdonar todos mis pecados por la bendita sangre de Yehoshua, te agradezco por aceptarme como tu hijo a partir del día de hoy. Gracias por darme vida eterna en el nombre de Yehoshua el Mesías. Amén”
Si oraste con todo tu corazón déjame decirte que acabas de hacer la mejor decisión de tu vida, la escritura dice que eres una nueva criatura (2 Corintios 5:17) y que puedes tener la seguridad de la vida eterna (1 Yohanan Juan] 5:13). Dios ha perdonado todos tus pecados por su gracia al haber confesado a Yehoshua como el suficiente sacrificio por tus pecados. Yehoshua mismo dijo:
“Porque de tal manera amó Elohim (Dios) al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Yohanan [Juan] 3:16)
Si eres judío, debes seguir siendo judío, guardando la Torah y estudiando la enseñanza de Yehoshua sobre los mitzvot (mandamientos) de la Torah, si no eres judío, debes crecer en el conocimiento de Dios para poder caminar rectamente delante de él. Este crecimiento vendrá por la oración y el estudio de las escrituras bajo la perspectiva hebrea.
Con Bendición !
Yitzjak
Francisco Hidalgo (Gabriel Ben Avraham)